Datos de la etapa:
Altitud ganada: 825 m
Ascenso total del día: 1250 m
Elevación máxima: 2740 m
Distancia recorrida: 17.85 km
Tiempo: 6h 15m
El primer día de ruta de verdad fue tirando a largo pero estábamos encantados de empezar la aventura. Nos parecía todo precioso, pero ahora mirando las fotos me doy cuenta de que fue un día bastante normalito, comparado con lo que vendría después!
Salimos de Dharapani antes de las 8 y como había insistido tanto al guía con lo de evitar la carretera, me sugirió desviarnos por Odar y luego enganchar otra vez el camino en Bagarchap. Esta subida a Odar está marcada en azul y blanco en el mapa, es decir, es un camino alternativo o un añadido voluntario a la ruta principal. El desvío supone añadir una media hora al total del día, pero el atractivo de subir hasta Odar es que en un día despejado puedes ver Manaslu, y es uno de los poquísimos puntos de AC desde donde poder verlo. Este primer día todavía no había empezado nuestra increíble racha de buen tiempo y estaba bastante nubladillo, así que no vimos Manaslu pero Odar es un pueblito muy curioso y la subida fue buen entrenamiento para las piernas. En la bajada hacia Bagarchap vimos por primera vez el pico del Annapurna II en la distancia y nos emocionamos; ilusos de nosotros que no sabíamos que nos íbamos a hartar de verlo los días siguientes. En total tardamos hora y media desde Dharapani a Bagarchap (una hora si no vas por Odar).



Danakyu
Pasado Bagarchap llegamos a Danakyu. A la entrada del pueblo hay un mural con las típicas prayer wheels que te dan la bienvenida a casi todos los pueblos del circuito. Tienes que hacerlas girar en sentido horario, es decir, con la mano derecha según vas avanzando. Poco después de pasar Danakyu llegas a una cascada muy mona y el camino se desvía de la carretera para subir por el bosque. Esta subida se me hizo más larga y pesada que la de Odar, en parte porque hacía más calor.
A eso de las 12 llegamos a Timang, un pueblo un poco más grande, y paramos a comer en una teahouse que eligió el guía. Aquí probé mi primer dal bhat, el plato más típico en las montañas del país, que consiste en un curry de lentejas, algo de verdura, arroz, pickle y pan chapati. Es básico pero llena bastante y puedes repetir si quieres más. No es algo que fuera a pedir todos los días, como el guía, pero sí lo pedí varias veces ya que en cada sitio lo hacen distinto.

Timang

Primeras vistas del Marshyangdi
De Timang a Chame hay unas dos horas y media. Después de Timang hay un poco más de subida hasta llegar a Tanchok, y luego ya el resto de la etapa es llana. El camino va asomándose de vez en cuando al río, y a veces vas andando entre una pared vertical de roca a un lado y una caída vertical bastante considerable hacia el río al otro lado. Técnicamente este camino es parte de la famosa carretera y se comparte con vehículos, pero tengo que admitir que no vimos demasiados, y los que vimos no nos resultaron molestos.

Camino de Chame
En Koto nos encontramos con el primer checkpoint de la ruta. Si vas solo, tienes que parar y presentar tus permisos de trekking y el pasaporte, pero a nosotros nos lo gestionaba el guía: le dábamos los pasaportes (que los llevábamos nosotros) y él los presentaba junto con los permisos (que los llevaba él). Hay varios checkpoints a lo largo de la ruta y es imposible saltárselos. Este de Koto está junto a una stupa muy colorida y aprovechamos la parada para asomarnos y dar vueltas a las prayer wheels.

Koto
Pasadas las 3 de la tarde llegamos por fin a Chame. El dueño del hotel de Dharapani nos había recomendado el Mountain Eagle View Hotel. Tenía ducha (fría) en la habitación y ducha de gas (compartida) incluida, pero estaba en un baño con una letrina al lado y era un poco desagradable ducharse con el olor. La habitación que nos dieron era bastante grande, con tres camas, pero daba a la calle y esa noche, que todavía estaban con el festival, hubo juerga justo al lado del hotel hasta las tantas, y tuvimos muchísimo ruido. Para colmo, cuando los paisanos se fueron a dormir, empezamos a oír ruido dentro de la propia habitación, o en las paredes, y creemos que eran ratas o ratones. No dormimos mucho esa noche… La comida estaba bien pero bastante normalita. En definitiva: mejor buscar otro hotel.