Datos de la etapa:
Altitud ganada: -175 m
Ascenso total del día: 386 m
Elevación máxima: 3813m
Distancia recorrida: 9 km
Tiempo: 3h 15m
Otro día sin una sola nube. El amanecer desde Ngawal fue espectacular, con unas vistas envidiables de Annapurna III y su circo glaciar. Teníamos un día relajado por delante así que desayunamos sin prisa y a las 8:30 estábamos en marcha. Como os decía en la etapa anterior, la mayor parte de la gente que pasa por Ngawal sigue camino a Bhraka o Manang en el mismo día. Pero luego todos coinciden en que es uno de los días más duros de todo el circuito. Y encima la mayoría va tan apurada de tiempo que cogen la ruta rápida desde Ngawal, y es una pena porque la ruta “escénica” que hicimos ese día fue de lo más impresionante de la ruta. Desde Ngawal, la ruta rápida baja directamente al valle y retoma la carretera, y en unas dos horas estás en Bhraka. Pero hay otro camino que sigue por las alturas, mucho más interesante y con unas vistas maravillosas de las montañas al otro lado del valle. Por supuesto, este es el que cogimos nosotros… a pesar de que el guía no lo conocía (pero estaba más que dispuesto a dejarse guiar por mí!). Pero antes de abandonar Ngawal, paramos a visitar su monasterio, precioso y muy fotogénico.

Amanecer en Annapurna III


Ngawal




Monasterio en Ngawal
Desde Ngawal, el camino es más o menos llano durante unos 30 o 40 minutos, hasta que llegas a una estupa y un monasterio/escuela budista (Lophelling Monastery). Aquí el camino desciende a través de un precioso bosque de pino hasta Julu, un pequeño y tranquilo pueblo en el fondo del valle de un río que desemboca en el Marshyangdi (el del valle principal). Desde Julu tienes la opción de seguir el curso del río hasta retomar la carretera, o ascender al otro lado del valle que acabas de bajar y seguir camino paralelo a la carretera, pero en altura, que es lo que hicimos nosotros. Esta subida son unos 40 minutos y se me hizo menos pesada que la de Ghyaru del día anterior, pero hacía mucho calor y notábamos la altura.

Mani stones



Estupa y Monasterio antes de bajar a Julu

Julu en el fondo del valle: si giras a la izquierda al llegar abajo terminas retomando la carretera, pero nosotros seguimos recto, ascendiendo al otro lado del valle

Julu

Así se ven Julu, el río y el monasterio desde el otro lado del valle
Cuando ha pasado la peor parte de la subida el camino se allana y aunque sigues ascendiendo, es muy gradual y ni se nota. Estás en una especie de meseta y los picos al otro lado del valle, montañones de más de 7000 metros, parecen todavía más grandes desde esta perspectiva, y es impresionante verlos desde tan cerca. Hay un punto de la subida desde donde tienes vistas ininterrumpidas de todo el macizo: Annapurna II, Annapurna IV, Annapurna III, Gangapurna y Tilicho Peak, algo que no volveríamos a ver.

De izquierda a derecha: Annapurna II, Annapurna IV, Annapurna III, Gangapurna y Tilicho Peak
No vimos a nadie en este tramo entre Julu y Bhraka. Ni un alma, no está mal para ser temporada alta!! Es un paseo precioso entre pinos y con las montañas al otro lado. Hicimos una paradita para comer algo y reponer fuerzas, pero sobre todo porque el paisaje era tan espectacular que nos daba pena irnos!



La ruta escénica entre Julu y Bhraka
Cuando estaba preparando el viaje pregunté en un grupo de Facebook del Annapurna Circuit si realmente merecía la pena ir por este camino “largo” entre Julu y Bhraka, y hubo una chica que me dijo que no, que la bajada hacia Bhraka era súper peligrosa, así que según nos acercábamos al final de la meseta empecé a pensar que igual por eso no venía nadie por este tramo… En realidad no tenía por qué haberme preocupado. Desde el punto más alto a 3813 m el camino desciende unos 300 m hasta Bhraka, y aunque es cierto que hay puntos estrechos, no me pareció en absoluto peligroso (con nieve es distinto, claro). Vas bajando hacia la carretera, y tienes unas vistas estupendas del valle, las montañas, y los pueblos de Bhraka y Manang. La geografía de esta zona es muy curiosa y recuerda a las Médulas, y desde este camino se aprecia muy bien.



Bajando hacia Bhraka
Cuando estás a una media hora de llegar a Bhraka sale un camino a la derecha que sube hacia Tilicho Lake y que es por donde iríamos al día siguiente. Alguien en muy buena forma y bien aclimatado podría ahorrar un día yendo directamente desde Ngawal hasta Ice Lake y de ahí a Bhraka en el mismo día (aunque eso supone cargar con la mochila entera, en lugar de una mochila de día). Nosotros seguimos directos a Bhraka, y dedicaríamos el día siguiente entero a Ice Lake.


Bhraka
Llegamos a Bhraka a eso de las 12, justo a tiempo para comer. Teníamos reservado el hotel New Yak, que tiene buena fama, pero de todas formas Bhraka es pequeño, mucho más pequeño que Manang, y no hay mucho donde elegir. También es más tranquilo, y está mejor situado para ir a Ice Lake, así que decidimos pasar dos noches allí para poder subir tranquilos con la mochila pequeña al día siguiente sin tener que preocuparnos de recoger la habitación. Tomamos posesión de nuestra habitación, que estaba bien pero no teníamos agua (lavabo) ni enchufe, y nos fuimos directos al comedor a meternos una hamburguesa (vegetariana y bastante decente). Como teníamos un par de días allí, aprovechamos para lavar algo de ropa (en Bhraka se paga por artículo: 75 rupias los calcetines y la ropa interior, 90 rupias las camisetas y pantalones). El dueño del hotel era muy amable y le preguntamos si se podía visitar el monasterio, que había leído que es el mejor monasterio que puedes visitar en todo el circuito. Nos dijo que el paisano que hacía las visitas estaría allí a las 3:30, así que allá nos fuimos. Las 3:30 suena pronto pero a esa hora el sol estaba ya metiéndose detrás de la montaña y de hecho vimos el atardecer desde allí. El monasterio está en la parte alta del pueblo y la visita bien merece el precio de la entrada (no apunté cuánto era, pero creo recordar que unas 100 rupias por persona, más la propina). El “main prayer hall” está lleno a rebosar de figuras, estatuas, banderitas, manuscritos llenos de mantras y todo lo que os podáis imaginar. El budismo es una religión de lo más visual y colorida. Algunas de las figuras tienen más de 500 años, que lo antiguo que es el monasterio. La estatua gigante de Buda (en otra sala), también es muy llamativa.








Bhraka Monastery
Muy satisfechos, volvimos al hotel a pasar la tarde. Come veis, la mayor parte de los días estás ya en el comedor a eso de las 4 o las 5, pasando el rato, mirando las fotos del día, el planning del día siguiente, decidiendo qué pedir de cenar, aprovechando el wifi, y bebiendo mucho masala tea o ginger lemon honey. A las 6 o 7 cenas, y a las 8 o 9 en la cama. Una existencia muy simple pero, para mí, perfecta.