Día 20 (26-08-24): vuelo Seúl-Barcelona
Pues llegamos ya al final del viaje y poco puedo contar sobre este día. Nuestro vuelo de regreso a Barcelona salía a las 11:50h de la mañana, así que desayunamos y antes de las 8 ya nos dirigimos al aeropuerto deshaciendo el trayecto del primer día (metro hasta Seoul Station y tren AREX Express al aeropuerto). Justo nos acabamos el saldo que quedaba en la T-money con ese último trayecto de metro, el AREX Express se paga aparte en una máquina donde se sacan los billetes.
Aunque no facturábamos, llegamos al aeropuerto con nuestras acostumbradas tres horas de antelación (bueno, no voy a mentir, en la mayoría de ocasiones son cuatro

El vuelo salió puntual y como teníamos asientos de emergencia, fue muy cómodo, dentro de lo posible viajando en clase plebeya en una lata de sardinas con alas y con más de 13 horas de trayecto por delante.
Nada más a destacar, a las 19 h hora local aterrizábamos en Barcelona y finalizábamos así nuestra aventura veraniega por Corea del Sur.
Conclusiones
Corea del Sur es un destino asiático en auge, no tan frecuentado como sus vecinos China y Japón, ni tan económico como los países del sudeste. No es paisajísticamente tan espectacular como Vietnam, Tailandia o Indonesia, y muchos de sus templos y palacios son reconstrucciones debido a la destrucción ocasionada por las diferentes invasiones que ha sufrido el país. Tampoco es una zona rica en fauna como por ejemplo Borneo ni dispone de playas paradisíacas (aunque las de Jeju deben ser muy bonitas), ni tiene el misticismo y el encanto de Nepal.
Dicho esto, y reconociendo que no lo considero un destino de los más top que he visitado, para mí sin duda merece la pena viajar a Corea del Sur aunque sea una vez en la vida. Me gustó mucho todo lo que vimos y me lo pasé muy bien, hay algunas cosas que son características solo de allí y disfruté vivirlas. Su historia me parece muy interesante y la sociedad coreana actual también, aparte de poder ver en directo sitios y escenas que había visto en los k-dramas. La gastronomía es sin duda deliciosa y es fácil encontrar comida rica en todos lados. Es un destino muy fácil de organizar (y de viajar) y muy seguro, todo funciona bien. Hay mega-ciudades modernas pero también zonas rurales, naturaleza y lugares tradicionales. No hay masificación turística prácticamente en ningún sitio (salvo excepciones muy puntuales a ciertas horas). Y ese punto friki con las tiendas de “pongos”, los fotomatones y otras tonterías, a mí la verdad que me resulta muy curioso.
A modo de resumen os dejo un pequeño listado de lo que ha sido para mí lo mejor de Corea del Sur (siempre teniendo en cuenta las zonas que visitamos, ya que por ejemplo no incluimos Jeju):
1) Gyeongju: dicen que es un museo al aire libre y la verdad es que es así. Los parques de túmulos, el puente Woljeonggyo, la zona de hanoks y el estanque Anapji son una maravilla, y sus parques y los jardines también. El templo Bulguksa es la guinda final del pastel.
2) Seúl: una ciudad de contrastes, vibrante, animada, variada, pero a su vez ordenada y limpia. Moderna y tradicional, los distintos barrios cada uno con sus atracciones turísticas me gustaron mucho, aunque nos faltó tiempo para acabar de conocer bien algunos lugares, sobre todo la zona más cercana al río Han.
3) Sokcho y Seoraksan: buena zona para hacer excursiones y frecuentada principalmente por turismo local. Lo vi muy auténtico y poco trillado, se nota que no todo el mundo lo incluye en su ruta.

4) La comida: ya lo he dicho varias veces, la coreana es una gastronomía que vale la pena probar y que en Europa es difícil de encontrar. Hay muchas paraditas y puestecillos callejeros de comida, sobre todo cerca de los mercados, y todo está rico y económico (y la higiene alimentaria es impecable, no hay riesgo de “alteraciones” intestinales a no ser que uno se atiborre de picante sin estar acostumbrado).
5) La gente, lo bien que funciona todo y la seguridad: tanto el transporte, como los horarios, como la atención en restaurantes y tiendas… todo funciona perfectamente y de manera eficiente, lo que te facilita el viaje y ayuda a no perder el tiempo. La gente fue muy amable y nos ayudaban sin pedírselo cuando creían que lo necesitábamos. Es muy fácil moverse por el país en transporte público, tanto dentro como entre ciudades. Naver map también funciona muy bien para ver opciones en los desplazamientos. Por otro lado es un país muy seguro (delictivamente hablando, en cuanto a otros temas no hay que olvidar que tiene a Corea del Norte al lado

6) El viaje: en vuelo directo de Barcelona a Seúl, para mí es un plus no tener que hacer escalas ni arriesgarme a perder ninguna conexión. Una maravilla meterse en el avión y al cabo de un rato (largo) aparecer allí.

Y ahora la otra cara de la moneda, lo que menos nos ha gustado o factores menos positivos a tener en cuenta a la hora de viajar a Corea del Sur:
1) El calor y bochorno en verano: como ya habréis leído mil veces, ya que me he repetido más que el ajo, en agosto hace un calor y una humedad insoportables, con sensación térmica de casi 40 grados. Las primeras dos semanas lo llevamos bastante bien, pero la última ya noté que arrastrábamos mucho cansancio y dejábamos de ver cosas debido a este tema. Nos ha limitado y por primera vez hemos tenido que buscar sitios con aire acondicionado durante las peores horas del día. La parte positiva es que las lluvias nos respetaron, un montón de días no llovió nada y los últimos días llovió algún rato, pero solo fue digna de mención como diluvio universal la mañana en Busán.
2) Busán: los sitios me gustaron, pero no me acabó de convencer el hecho de perder tanto tiempo en desplazamientos al estar todo tan escampado por distintos puntos. Se le saca muy poco partido porque te pasas la mitad del día dando vueltas en transporte público (o en taxi, quién así lo haga). Quizá también influyó que aquí fue el único sitio donde las lluvias nos fastidiaron un día del planning y en cambio en los demás lugares del itinerario todo salió según lo previsto.
3) El exceso de consumismo y materialismo: no sé si fue una impresión mía, pero vi una sociedad muy enfocada al consumo y al estatus social (posiblemente igual que aquí, pero me pareció que más). También el hecho que haya mil tiendas de cosmética y potingues por metro cuadrado indican que están bastante obsesionados con su imagen.
4) No poder visitar Jeju: ya sé que fue decisión nuestra no ir, pero al ser temporada de tifones no quisimos arriesgar. De nuevo todo fue por la época del año elegida para viajar.
5) El tamaño de las toallas: no entiendo el motivo, pero todos los hoteles están confabulados para obligar al humilde visitante a secarse con una microscópica toallita de uno por dos palmos

Y hasta aquí mis impresiones, como veis más positivas que negativas, no descarto volver en un futuro siempre y cuando no sea en verano ni tampoco en pleno invierno. Espero que este diario os sirva de ayuda y os animo a visitar la todavía no explotada ni masificada Corea del Sur.
