08/08/2022
Toda la noche lloviendo. Damos gracias que cuando fuimos a reservar la actividad de las motos acuáticas, que estaban pensadas para hoy, estuvieran ya todas las plazas pilladas. Lo malo es que eso nos llevaba a Whittier y cruzar el famoso túnel que comparte tren y coches y también realizar una de esas excursiones senderistas que todo el mundo que viene a Alaska tiene apuntadas, la que te lleva a ver Portage Glacier, la Portage Pass Trail
Como sustitución pensé en la excursión a Byron Glacier en la misma dirección pero que esta se encuentra un poco antes de llegar al túnel y luego en Seward hacer la actividad con perros de trineo, pero como ya vimos la previsión meteorológica y en Seward también iba a estar lloviendo no la habíamos reservado. Puede que dentro de un par de días podamos ya que parece haber una ventana de tiempo decente.
Así que no teníamos muchas cosas pensadas para el día de hoy. Como yo me levanté otra vez temprano y me da igual la lluvia me dirigí a la zona de Alyeska para hacer los primeros kilómetros del Winner Creek Trail pero cuando llegué al hotel de Alyeska que es de donde partía la excursión, no se podía aparcar ahí y tampoco veía exactamente el inicio del sendero, así que aparqué por otra parte y me puse a andar. Pillé una zona de senderos de ski invernales y vi que se comunicaban luego con el Winner Creek, anduve un ratejo por él, más solo que el uno y cuando llevaba un poco más de dos kilómetros me volví por donde había venido. El sendero claro, muy llevadero por un bosque, sin más historia.
Volví al alojamiento y nos pusimos a recoger todo. Y cogiendo de nuevo la Portage Glacier Rd, en unos 25 minutos estábamos en el parking de Byron Glacier Trail, con solo 2 ó 3 coches en el mismo. Eran sobre las 10 de la mañana y seguía lloviendo. El trayecto es prácticamente plano por un sendero amplio, en el inicio asfaltado, hasta que te lleva a la zona del glaciar en unos dos kilómetros. Una vez en el hielo puedes avanzar por él cuanto quieras. Yo anduve un poquillo, aunque donde más tiempo echamos fue en la zona donde salía el río de sus profundidades. El sendero está bien para el poco esfuerzo exigido, aunque las nubes y la lluvia desmejoraran un poco el mismo.
Nuestro destino de hoy era Seward, a una hora y media en coche. La carretera hasta el cruce con la Sterling Hwy en muy buen estado. Los paisajes que se divisaban invitaban a pararse cada dos por tres, pero la persistente lluvia hacía lo contrario. Justo pasado el cruce con la Sterling se encontraba Tern Lake, uno de los múltiples lagos que se ven desde la carretera. Aprovechando que había amainado en ese momento, paramos a echar un vistazo, ya que siguiendo esta guía de zonas de observación de fauna de la península de Kenai era un buen lugar. Se veían algunas acuáticas desde el apartadero en la carretera y luego fuimos a la zona de picnic para ver en Daves Creek a los salmones, que efectivamente estaban ahí.
Puente sobre el arroyo Daves
Ya desde el lago sin parar (quitando las provocadas por los arreglos de carretera) hasta nuestro alojamiento en la zona de Bear Lake, una zona residencial de Seward a unos 5 kms del centro. Tras conocer a la simpática dueña y mostrarnos nuestra habitación, dejamos todo en la que será nuestra casa durante las dos próximas noches. Como era ya la hora de comer, decidimos ir al pueblo, a comer con vistas al mar. Por la carretera vimos de pasada a un par de águilas calva en un nido en una de las copas de los árboles y ya en Seward (que por cierto lo esperaba más grande) nos metimos en Resurrection Camp y con vistas a la bahía, en el coche porque chispeaba, comimos.
Tras la comida tranquila, decidimos qué hacer y entre las rutillas interesantes por la zona se encuentra la que partiendo de Lowell Point te lleva hasta Tonsina Point, donde desemboca el arroyo del mismo nombre en Resurrection Bay. El sendero entre ida y vuelta no llega a los 7 kms y el desnivel sobre los 250 metros.
El sendero parte desde el parking de Lowell Point State Recreation Site donde hay que pagar 5 $ Nada más bajarnos, al lado de una caravana había una mierda de oso XL, así que durante todo el caminito por el bosque lluvioso estuvimos bien atentos a posibles movimientos. El sendero está muy bien cuidado y solo en la parte final, cuando desciendes a la playa es cuando es algo más agreste. A la playa se accede por un bonito puente sobre el arroyo Tonsina, que suele ser una zona de observación de osos cazando salmones del arroyo. Aunque se veían restos de los salmónidos en la orilla, quien estaban dándose un buen festín eran las gaviotas. Tuvimos la mala suerte de que no pudimos disfrutar mucho de las vistas de la playa a Resurrection Bay y sus montañas porque además de estar el cielo cubierto de nubes, en ese momento el chirimiri empezó a convertirse en lluvia más seria, así que ante el temor a que apretara más, nos dimos la vuelta por el mismo camino por donde habíamos venido.
Cogimos el coche y nos dirigimos hacia Bear Lake, que tiene un sendero alrededor del lago. Este sendero suele ser bastante osero y bueno, llegamos a él y entre que no se veía coche aparcado alguno, que estaba chispeando y que estábamos un poco acojonados, decidimos dar unas vueltecillas con el coche por los caminos de tierra a ver si veíamos al plantígrado desde la seguridad del mismo. No vimos nada, aunque paramos en Bear Creek Weir para ver montones de salmones saltando.
De ahí al alojamiento para tras la ducha de rigor y cena comentar que a pesar de las inclemencias del tiempo el día no había estado nada mal. A ver qué tal mañana que se espera un día parecido.
Como sustitución pensé en la excursión a Byron Glacier en la misma dirección pero que esta se encuentra un poco antes de llegar al túnel y luego en Seward hacer la actividad con perros de trineo, pero como ya vimos la previsión meteorológica y en Seward también iba a estar lloviendo no la habíamos reservado. Puede que dentro de un par de días podamos ya que parece haber una ventana de tiempo decente.
Así que no teníamos muchas cosas pensadas para el día de hoy. Como yo me levanté otra vez temprano y me da igual la lluvia me dirigí a la zona de Alyeska para hacer los primeros kilómetros del Winner Creek Trail pero cuando llegué al hotel de Alyeska que es de donde partía la excursión, no se podía aparcar ahí y tampoco veía exactamente el inicio del sendero, así que aparqué por otra parte y me puse a andar. Pillé una zona de senderos de ski invernales y vi que se comunicaban luego con el Winner Creek, anduve un ratejo por él, más solo que el uno y cuando llevaba un poco más de dos kilómetros me volví por donde había venido. El sendero claro, muy llevadero por un bosque, sin más historia.
Volví al alojamiento y nos pusimos a recoger todo. Y cogiendo de nuevo la Portage Glacier Rd, en unos 25 minutos estábamos en el parking de Byron Glacier Trail, con solo 2 ó 3 coches en el mismo. Eran sobre las 10 de la mañana y seguía lloviendo. El trayecto es prácticamente plano por un sendero amplio, en el inicio asfaltado, hasta que te lleva a la zona del glaciar en unos dos kilómetros. Una vez en el hielo puedes avanzar por él cuanto quieras. Yo anduve un poquillo, aunque donde más tiempo echamos fue en la zona donde salía el río de sus profundidades. El sendero está bien para el poco esfuerzo exigido, aunque las nubes y la lluvia desmejoraran un poco el mismo.
Nuestro destino de hoy era Seward, a una hora y media en coche. La carretera hasta el cruce con la Sterling Hwy en muy buen estado. Los paisajes que se divisaban invitaban a pararse cada dos por tres, pero la persistente lluvia hacía lo contrario. Justo pasado el cruce con la Sterling se encontraba Tern Lake, uno de los múltiples lagos que se ven desde la carretera. Aprovechando que había amainado en ese momento, paramos a echar un vistazo, ya que siguiendo esta guía de zonas de observación de fauna de la península de Kenai era un buen lugar. Se veían algunas acuáticas desde el apartadero en la carretera y luego fuimos a la zona de picnic para ver en Daves Creek a los salmones, que efectivamente estaban ahí.
Puente sobre el arroyo Daves
Ya desde el lago sin parar (quitando las provocadas por los arreglos de carretera) hasta nuestro alojamiento en la zona de Bear Lake, una zona residencial de Seward a unos 5 kms del centro. Tras conocer a la simpática dueña y mostrarnos nuestra habitación, dejamos todo en la que será nuestra casa durante las dos próximas noches. Como era ya la hora de comer, decidimos ir al pueblo, a comer con vistas al mar. Por la carretera vimos de pasada a un par de águilas calva en un nido en una de las copas de los árboles y ya en Seward (que por cierto lo esperaba más grande) nos metimos en Resurrection Camp y con vistas a la bahía, en el coche porque chispeaba, comimos.
Tras la comida tranquila, decidimos qué hacer y entre las rutillas interesantes por la zona se encuentra la que partiendo de Lowell Point te lleva hasta Tonsina Point, donde desemboca el arroyo del mismo nombre en Resurrection Bay. El sendero entre ida y vuelta no llega a los 7 kms y el desnivel sobre los 250 metros.
El sendero parte desde el parking de Lowell Point State Recreation Site donde hay que pagar 5 $ Nada más bajarnos, al lado de una caravana había una mierda de oso XL, así que durante todo el caminito por el bosque lluvioso estuvimos bien atentos a posibles movimientos. El sendero está muy bien cuidado y solo en la parte final, cuando desciendes a la playa es cuando es algo más agreste. A la playa se accede por un bonito puente sobre el arroyo Tonsina, que suele ser una zona de observación de osos cazando salmones del arroyo. Aunque se veían restos de los salmónidos en la orilla, quien estaban dándose un buen festín eran las gaviotas. Tuvimos la mala suerte de que no pudimos disfrutar mucho de las vistas de la playa a Resurrection Bay y sus montañas porque además de estar el cielo cubierto de nubes, en ese momento el chirimiri empezó a convertirse en lluvia más seria, así que ante el temor a que apretara más, nos dimos la vuelta por el mismo camino por donde habíamos venido.
Cogimos el coche y nos dirigimos hacia Bear Lake, que tiene un sendero alrededor del lago. Este sendero suele ser bastante osero y bueno, llegamos a él y entre que no se veía coche aparcado alguno, que estaba chispeando y que estábamos un poco acojonados, decidimos dar unas vueltecillas con el coche por los caminos de tierra a ver si veíamos al plantígrado desde la seguridad del mismo. No vimos nada, aunque paramos en Bear Creek Weir para ver montones de salmones saltando.
De ahí al alojamiento para tras la ducha de rigor y cena comentar que a pesar de las inclemencias del tiempo el día no había estado nada mal. A ver qué tal mañana que se espera un día parecido.