![]() ![]() Galápagos o los Dueños son Ellos ✏️ Blogs de Ecuador
8 inolvidables días en el único lugar del mundo donde los animales son los dueños.Autor: Carcor Fecha creación: ⭐ Puntos: 4.7 (3 Votos) Índice del Diario: Galápagos o los Dueños son Ellos
Total comentarios: 2 Visualizar todos los comentarios
Etapas 4 a 6, total 12
Nos levantamos temprano, preparamos las mochilas y Angy nos llevó al aeropuerto a las 8,15 hs. para hacer los trámites con tiempo y conseguir asientos en la parte delantera del avión según el modelo que volara ese día.
Tomamos un café y despachamos la mochila. Viajamos por empresa TAME (ecuatoriana) que era mucho más económica que Latam y Avianca. El vuelo, un Airbus 320 comienza en Quito y hace escala en Guayaquil de 40 minutos. Desde allí hay una hora y media de viaje que lamentablemente tuvo poco de paisaje porque estaba nublado. Nos ofrecieron sólo bebidas (gaseosas y jugo) o café e infusiones. Hubo algunas turbulencias suaves. Cuando comenzó el descenso apareció ante nuestros ojos un mar de color turquesa que arrancó expresiones de asombro entre los pasajeros y un aspecto general de aridez. El aterrizaje fue muy suave en Baltra, una pequeña isla pegada a Santa Cruz que solo tiene la pista y algunos metros más hasta el mar y 3 molinos eólicos que proveen de energía a la isla más poblada y desarrollada del archipiélago. Apenas descendimos por la escalera sobre la pista empezamos a ver en los jardines a las iguanas caminando o descansando a la sombra de las escasas plantas que crecen en un ambiente muy árido. ![]() Hicimos los trámites de rigor incluido el pago de un ingreso al archipiélago de $ 50 por pertenecer al Mercosur (sino $ 100) y esperamos el equipaje. La modalidad consiste en depositar todas las valijas sobre una plataforma y pasear a los perros entre ellas separando las que indican los canes para una revisación detallada. Nuestro problema fue que no estaba la nuestra y mientras los perros olfateaban me acerqué a un guardia y le consulté que pasaba en ese caso. Comenzamos a conversar y me dijo que era raro que ocurra porque al no haber escalas el equipaje nunca pudo bajar, salvo que no hubiera sido cargado… cuando autorizaron el retiro fue una avalancha y preferimos esperar con el guardia para hacer el reclamo correspondiente pero casi al final apareció debajo un una valija enorme y en un rincón alejado del público. Un gran alivio. Hay un sistema organizado de negocios donde los pasajeros estamos obligados de participar. Hay que pagar un pasaje de colectivo de $ 5 porque es la única forma de llegar al muelle en no más de 5 minutos. (Me recordó a Aguas Calientes en Perú) Desde allí hay que pagar $ 2 para que nos crucen en una balsa los 400 metros hasta el muelle de la isla Santa Cruz y para terminar otros $ 5 por un viaje de 35 minutos hasta el centro de Puerto Ayora. Una vez más nos indicaron mal dos veces como llegar a nuestro hostal hasta que cansados de caminar con mucho calor y bastante hambre preguntamos en una ferretería y el empleado marcó el teléfono que teníamos y el encargado del hostal me indicó la forma de llegar desde el lugar en el que estábamos. Por suerte eran pocas cuadras, la reserva no estaba agendada… pero había lugar. Eso nos pasó en 4 de los 5 lugares a los que fuimos en todo Ecuador siendo que estaba todo “confirmado” desde octubre. Nos alojamos en el Hostal Carliza II por $ 30 por noche. Habitación cómoda pero sin ventana al exterior (olor a humedad), cocina compartida, muy buena actitud de los encargados y buena voluntad y muy limpio. Para variar, el entusiasmo y las largas caminatas con el calor me aparecieron dos ampollas grandes y muy incómodas para caminar. Estábamos en las Islas Galápagos, caminaría hasta con muñones. ![]() Antes de salir a caminar nos avisaron que la isla tiene una hora de diferencia con el continente por lo que la diferencia con Argentina era de 3 horas pero como internet coordina la hora de acuerdo al continente nunca se actualizó en el celular. Los días duran alrededor de 12 horas, atardece a las 18/18,30 hs. y allí comienza el horario de la cena. Caminamos por la costa para conocer algunas cosas a visitar con más detalle al día siguiente y encontramos una oficina de turismo donde preguntamos de todo un poco. Las calles en la costa están compartidas entre turistas y las iguanas que cruzan entre la gente sin inmutarse. Llegamos a una mercado de pescadores donde estaban bajando y limpiando atunes de 14 kilos pescados con cañas ya que está prohibida la pesca industrializada, para venderlos a buen precio ($ 3,50 la libra, o sea casi ½ kilo). Lo increíble fue ver a la persona que cortaba los atunes con un lobo marino entre sus piernas y 2 pelícanos en la punta de la mesada, todos esperando un desecho de la limpieza. ![]() Al atardecer, habíamos llegado al comienzo del sendero pero cerraba en pocos minutos y comenzamos el regreso al centro. ![]() Compramos pan, 4 bollos por 1 dólar. Las islas son caras, en algunas cosas el doble que en el continente. La distancia es el principal argumento que nos dijeron, reciben mercaderías una vez al mes en un barco que recorre las islas habitadas y lo que no llegó debe esperar hasta el próximo mes. Por otro lado tienen un público cautivo ya que hay 4 o 5 vuelos todos los días que traen turistas de cualquier lugar del mundo durante todo el año y eso permite en algunos casos aprovecharse. Cada uno sacará sus propias conclusiones. Cenamos en una calle que al atardecer cierra la circulación de vehículos y todos los restaurantes ponen sus mesas en la calle y sacan a modo de mostrador sus pescados para tentar a los comensales. Comimos camarones al ajillo y limonada por $ 5. Los platos son abundantes y lo compartimos. Son dos horas de ebullición luego de las cuales el lugar queda ocupado por los visitantes tardíos ya que parece que ese es el horario de cenar y no otros. Hay otros tipos de restaurantes, de mejor nivel donde una cena no cuesta menos de $ 12 o 15 por persona lo que para nuestra relación peso argentino/dólar y pautas de viaje es muy alta. Etapas 4 a 6, total 12
Nos levantamos temprano, estaba nublado con lloviznas pero había que salir igual salvo un diluvio. Estaba caluroso y pesado.
Desayunamos en la cocina, café y sándwiches y salimos caminando al Centro Darwin. Es un importante complejo de investigaciones y criadero de tortugas; es una ONG internacional que trabaja con donaciones. Volvimos a pasar por el mercado de pescados y se repitió la imagen de ayer con un lobo marino esperando restos de pescado al costado de una mujer y un par de pelícanos en la parte trasera. Ninguno de los animales toca los pescados que están en el suelo esperando su turno de fileteado. En un momento se agregaron un par de gaviotas y una fragata que se metió por el frente volando y salió por detrás. Sus enormes alas casi tocaban el techo o la gente. Al llegar a la entrada del sendero había una mesa con personal vestidos de guías o guardaparques que nos saludaron y explicaron un par de características del lugar para su visita y finalizaron intentando vendernos una caminata libre por $ 10. Eso merece un par de explicaciones para que cada uno tome la posición que prefiera. Los guardaparques en Ecuador en su gran mayoría se dedican sólo al control y a la recolección de residuos en las playas. No tienen formación naturalista ni educativa. Para colmo tienen uniformes similares a los guías privados (casualidad ?). Durante la recorrida nos encontramos con un par de guías con grupos de turistas y lo que les decían (inglés y castellano) era lo mismo que decían los paneles y carteles exhibidos. Cuando nos cruzamos con guardaparques en ese sendero y en otros lugares del Parque Nacional Galápagos y en el Parque Nacional Cajas en el continente no conocían los árboles más importantes del lugar ni explicaban si había mamíferos mayores o carroñeros. Muy pobre formación lamentablemente. Personalmente creo que se trata de una situación buscada y provocada de privatización del conocimiento. Para saber hay que pagar. Detestable. La recorrida es muy linda, con buena información en cartelería y con buenos recursos didácticos que se ofrecen al visitante y cada uno los aprovecha o no. Durante la caminata uno pasa por pequeños centros de interpretación abiertos con desarrollo de ciertos temas en los que uno se detiene o no. Hay una biblioteca grande pero de poco uso en el lugar con mucho material de investigación, un centro de interpretación grande e independiente del recorrido con mucha información y material. Nos pareció un muy buen primer paso para entender dónde estamos y cómo es la historia y presente del ecosistema. ![]() En el camino de salida hay un desvío a una pequeña playa y allí fuimos a conocer el agua del pacífico a 1000 km. de la costa ecuatoriana. El agua estaba fresca pero perfectamente tolerable para un friolento como yo. En la costa había varias iguanas, la mayoría negras que se mimetizaban con las rocas volcánicas que acompañan a casi todas las playas del archipiélago y mientras comíamos unos sándwiches aparecieron los famosos pinzones, aves chiquitas de varios colores (todos oscuros) que inspiraron junto a otras especies su famosa teoría de la evolución. Son muy confianzudas, se venían a comer migas y restos de frutas de las manos y pies y en la lona extendida. Al volver fuimos a visitar una agencia turística (hay cientos) para contratar una excursión que visitaba la Bahía durante 4 horas por $ 30 por persona. Salimos a las 14 hs. en una lancha cómoda junto a 13 turistas más y el guía y el capitán. Al comienzo fue algo frustrante ya que nos mostraban aves desde la lancha y que se veían en todos lados y como era el ambiente (el mismo que habíamos caminado toda la mañana). Llegó al límite cuando el guía hizo una explicación referida al ovoviviparismo muy clara relacionada a los tiburones aleta blanca o tintoreras que podíamos encontrar pero terminó diciendo que nacían crías placentarias… Una verdadera aberración biológica que me hizo perder todo respeto por sus palabras. No me animé a corregirlo ni siquiera en privado porque no sabía cómo reaccionaría, era una persona mayor con aspecto de agotado o desgastado por la rutina. Conversando con el capitán, un tipo de alrededor de 40/45 años de buena onda le recordé varias veces que el tour incluía ver tortugas y tiburones y hasta el momento no habían aparecido. La salida mejoró notablemente cuando paramos a hacer snorkel con tortugas; fue increíble encontrarse con animales de más de 1 metros de caparazón nadando con total delicadeza a menos de 1 metro de distancia en agua transparente y los rayos del sol generando colores y sombras inolvidables. Comían algas de las rocas rodeadas de pequeños peces que aprovechan las sobras, se empujan reclamando territorios (supongo), salen a respirar a la superficie con total delicadeza y vuelven a lo suyo sin preocuparse en absoluto por nosotros al punto que somos los “intrusos” del lugar los que debemos movernos para no chocarlas. En un rato llené la tarjeta de memoria de la cámara. ![]() Después visitamos el “Canal de las Tintoreras” pero no había tiburones supuestamente porque el agua estaba revuelta desde hacía unos días. Unos momentos antes de la siguiente parada para una caminata de 45 minutos por una zona de grietas formadas por las corrientes de lava el capitán nos dijo a Sandra y a mí que nos quedemos con él en el barco y que iríamos a buscar tiburones. Obviamente le dijimos que sí y luego de parar en el embarcadero y que la gente bajara con el guía nos fuimos a cierta distancia del lugar y anclamos cerca de un manglar (árboles que crecen a orillas del mar y forman bosques). Llevábamos máscara, snorkel y patas de rana; al estar cerca de la costa el agua estaba bastante turbia pero evidentemente el tipo sabía lo que hacía. Nos preguntó si hacíamos apnea y podíamos nadar a 2 metros de profundidad y cuando le dijimos que sí nos indicó que cuando viera algún tiburón nos empujaría hacia abajo. Nos sumergimos varias veces y alcanzamos a ver un par cuando se escapaban de nosotros revolviendo aún más el fondo. Son tiburones que miden hasta 2 metros y cazan de noche mientras durante el día descansan en el fondo y no son agresivos salvo que se sientan agredidos. Hubo adrenalina porque en definitiva eran tiburones pero el capitán nos dio mucha seguridad. Después de esas inmersiones nos fuimos a nadar en el manglar y lo cruzamos entre sus múltiples raíces con casi nada de visión bajo el agua salvo las raíces cuando estaban muy cerca de nosotros. Sólo faltaban los caimanes en ese paisaje bastante oscuro y enredados entre las raíces pero estuvo muy bueno. Salimos lejos del barco pero vimos algún tiburón más y otras especies de peces hasta llegar al barco. Ser insistente a veces tiene sus frutos. Cuando buscamos al grupo y el capitán les contó lo que habíamos hecho nadie dijo nada, eran bastante “serenos”. Desde allí fuimos al islote Caamaño que está algo más afuera de la bahía donde vive una colonia de lobos marinos; el color del agua era increíble y se veían a los lobos nadando cerca de la costa a una profundidad espectacular. Sólo cruzamos una mirada con el capitán y me dijo si quería nadar con los lobos, dije sí en el acto y me dio 5 minutos. Nadie se metió conmigo y fue increíble y emocionante aún sin estar tan cerca como hubiera querido hasta que uno pasó muy cerca desde el costado y me pareció tan largo como yo. Los vi nadar en movimientos tan delicados que no parecen que nadaran sino que se deslizan de manera muy estética. El agua y las rocas eran un escenario que mejoraba el momento y se sumaban peces grandes (más que en la bahía) de colores muy fuertes y llamativos. Todo fue muy rápido y no llevé la cámara; eso sólo quedó en mis retinas y mis sensaciones. Era una enorme pecera. Volvimos al puerto muy cansados pero con la sensación que ya habíamos justificado el viaje. Nos duchamos con agua caliente y cenamos arroz con atún en el hostal (lo compramos en el mercado de los pescadores) y una salsa muy rica mientras conversamos con otros viajeros en la cocina. Etapas 4 a 6, total 12
Desayunamos en el hostal y nos fuimos en bus/chiva hasta el pueblo llamado Santa Rosa distante 16 km. de Puerto Ayora. En ese tramo se ascienden alrededor de 400 metros de altura y se pasa de un ambiente seco en la costa a un bosque tropical con alta humedad y lloviznas/lluvias casi todos los días. En esos lugares los pobladores producen frutas y hortalizas y algunos poseen ganado.
![]() En ese ambiente viven las tortugas Galápagos en libertad. Hay un par de lugares para visitar y ver tortugas y túneles de lava por $ 5 por persona. Llegamos con lloviznas de a ratos y decidimos caminar hasta el Rancho “El Chato”. Durante el camino empezaron a aparecer tortugas en los campos al costado del camino y entramos ya que los alambrados estaban rotos o no estaban. Son tan grandes como lentas; si ven cuando te acercas meten la cabeza entre las patas y emiten un bufido de queja. Pueden quedarse así durante 45 minutos lo que transforma la emoción de ver esos animales históricos en un aburrimiento importante. Se mueven muy poco porque la comida abunda al lado de ellas y por el peso que tienen. Parado al lado de una de las más grandes la parte del caparazón era más alta que mi rodilla y medía más de un metro de largo. Cada isla tiene especies diferentes ya que se adaptaron a la vegetación y condiciones del lugar. Éstas mantienen la capacidad de ocultar su cabeza entre las patas ya que no necesitan estirar su cuello para buscar comida pero otra especie tiene el borde superior del caparazón sobre elevado ya que vive en lugares más secos y deben esforzarse hacia arriba para llegar a la vegetación. ![]() Observamos varias aves durante la caminata durante los escasos minutos en los que dejó de llover como la calandria (Mimus sp) aquí llamada Cucuve (4 especies), pinzones y un canario (Setofhaga petechia) con un amarillo brillante en el pecho que aquí llaman “María”. Cuando llegamos cerca del rancho nos preguntamos si valía la pena pagar por ver los túneles de lava cuando a las tortugas ya las habíamos visto cómodamente. Decidimos volver a Puerto Ayora y visitar la Bahía de la Tortuga a nadar y ver iguanas. Mientras volvíamos vimos otras tortugas y en un momento apareció un taxi (todas camionetas doble cabina) con un hombre con el que habíamos compartido el tour del día anterior en lancha y nos invitó a subir hasta el pueblo. Ahorramos tiempo y en un rato estábamos en Puerto Ayora. Hay que tener cuidado con algunas ofertas turísticas ya que al salidas que ofrecen actividades que se pueden hacer gratis. Por supuesto que la comodidad se paga y cada uno elige en qué gasta su dinero pero hay propuestas que incluyen opciones libres o muy económicas. Esta excursión en taxi cuesta $ 30.- Nosotros gastamos $ 1,50 cada uno además de “estar” en el ambiente mientras caminábamos. Al bajarnos de la chiva fuimos hacia el sendero que nos llevaba a “Tortuga Bay” o Bahía de las Tortugas; caminata de 45 minutos con mucho calor y sol entre cientos de lagartijas en los pequeños bordes del sendero y altos cardones en sus costados. Llegamos a la primer playa que es para surfers ya que hay un oleaje fuerte y caminando hacia la derecha recorrimos una gran playa de arena hasta una curva en un manglar donde aparecieron gran cantidad de iguanas en la playa que parecían rodearnos y pocos metros después llegamos a una playa muy serena con bastante gente y aguas muy tranquilas donde nos sentamos en la poca sombra que había disponible producto de árboles bajos y arbustos. ![]() Comimos unos sándwiches y nos bañamos varias veces sin ver casi nada de fauna acuática. En la playa mientras comíamos aparecieron nuevamente los pinzones, empezamos a jugar con sus acercamientos y se paraban en mi estómago a comer y hasta uno en mi frente esperando su turno. Una convivencia muy placentera para quienes soñamos con vivir en equilibrio con nuestro ambiente. ![]() Esperamos el atardecer y volvimos sufriendo por mis ampollas. Ducha y cenamos la segunda parte del arroz con atún de ayer con una cerveza y gaseosa. Etapas 4 a 6, total 12
📊 Estadísticas de Diario ⭐ 4.7 (3 Votos)
![]() Total comentarios: 2 Visualizar todos los comentarios
CREAR COMENTARIO EN EL DIARIO
Diarios relacionados ![]() ![]() ![]() ![]() ![]()
![]() |