![]() ![]() Tour de ocho días por Eslovenia con final en Trieste. ✏️ Blogs de Eslovenia
Ocho días por Eslovenia con final en Trieste en viaje cultural organizado, visitando Liubliana, Maribor, Ptuj, el Lago Bohinj, el Lago Bled, Nova Gorika, Stanjel, Pirán, Koper, Izola, el castillo de Predja, las Cuevas de Postojna y las ciudades italianas de Palmanova y Trieste.Autor: Artemisa23 Fecha creación: ⭐ Puntos: 5 (7 Votos) Índice del Diario: Tour de ocho días por Eslovenia con final en Trieste.
01: Itinerario del viaje.
02: Viaje, visita de Palmanova (Italia) y llegada a Liubliana.
03: Liubliana (I).
04: Liubliana (II).
05: Maribor, la segunda ciudad eslovena.
06: Ptuj, un encanto medieval.
07: Lago Bohinj.
08: Lago Bled.
09: Monasterio de Kostanjevika y pueblo medieval de Stanjel.
10: Llegamos a la costa eslovena: Izola.
11: Piran, la ciudad más bonita de la costa eslovena.
12: Koper.
13: El Castillo de Predjama.
14: Las Cuevas de Postojna.
15: Final del viaje en la ciudad italiana de Trieste.
16: Vuelta a casa y conclusiones de nuestro viaje a Eslovenia.
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Etapas 7 a 9, total 16
Este día tocaba hacer una excursión a los lagos del noroeste. Amaneció una mañana bastante desapacible, con nubles y amenaza de lluvia, nada que ver con el sol y el calor de la jornada anterior. Y no era la mejor noticia teniendo en cuenta los lugares que íbamos a visitar.
Itinerario del día (solo ida) según Google Maps: 85 km, con una hora y diez minutos de carretera –teóricamente, claro-. Desde Liubliana al Lago Bled hay 55 km y desde el Lago Bled al Lago Bohinj, 27,6.
![]() LAGO BOHINJ. Aunque no estaba previsto de esa manera, sobre la marcha se cambió el orden de las visitas para disponer de más tiempo libre en el Lago Bled, tanto por las previsiones meteorológicas como por el almuerzo que lo tomaríamos allí, con lo cual de esa forma no habría ninguna prisa para salir de allí, ya que era el último destino del día.
![]() ![]() ![]() La primera parte del recorrido es exactamente la misma, hasta el punto de que primero pasamos por el Lago Bled, del que pudimos distinguir sus aguas turquesas desde las ventanillas del bus. También contemplamos nuestros ya conocidos panoramas verdes, si bien en esta ocasión algo más de cerca, puesto que las anodinas autopistas dieron paso a carreteras convencionales, estrechas y viradas, que proporcionaban mucho más encanto a los paisajes, sobre todo en directo, ya que las fotos no salían bien.
![]() ![]() El lago Bohinj está situado en el Parque Nacional del Triglav, el único de Eslovenia, cuyo nombre se debe a su pico más alto, que alcanza los 2.864 metros. Es el lago más grande de Eslovenia con una superficie de 3,3 k2, una longitud de más de cuatro kilómetros y una profundidad media de 30 metros y máxima de 45. Bohinj es también uno de los valles más hermosos de los Alpes Julianos, con verdes bosques, altas montañas y amplias praderas. Se trata de un espacio natural que atrae a muchos visitantes para hacer senderismo o practicar deportes de invierno.
![]() ![]() Pero, bueno, nuestra presencia allí no tenía nada que ver con las rutas de senderismo que tanto me gustan y que espero hacer algún día en la zona. Fuimos a ver el pueblecito y el lago; y, ciertamente, me pareció precioso desde el mirador del puente, sobre todo cuando un tibio sol despejó un poco las nubes e iluminó las aguas, que formaron un gran espejo, adquiriendo unos colores de tonalidades increíbles entre el verde y el azul.
![]() ![]() ![]() Estuvimos un buen rato caminando por sus orillas, donde vimos la escultura de la cabra con cuernos dorados que representa a Zlatorog, criatura de la mitología eslovena que habita en los bosques y las cimas del Triglav. Una maravilla el sitio.
![]() ![]() ![]() Y, mirando hacia atrás, aparece otra encantadora postal, que muestra el puente de estilo románico y la Iglesia de San Juan Bautista, con una torre de piedra bordeada por un festón de colorines y varios frescos en las fachadas, que parecen estar fechados en 1630.
![]() ![]() ![]() Tuve que pagar para pasar al interior –no me acuerdo si fueron tres euros-, pero no me importó porque me gustó mucho lo que vi dentro, pues está completamente pintada y, sobre todo, atesora una cabeza de madera tallada del siglo XIV que representa a San Juan Bautista, la única pieza de la época que se conserva en la iglesia.
![]() ![]() ![]() ![]() Muy bonito el lago y todo su entorno. Me han quedado muchas ganas de volver en un futuro, planteando un viaje diferente por estas montañas, donde la protagonista más que la cultura sea la naturaleza -que también lo es-.
![]() ![]() Etapas 7 a 9, total 16
Mientras nos desplazábamos en el autobús desde el Lago Bohinj hasta el Lago Bled nos cayó la del pulpo. ¡Menuda tormenta! Menos mal que ya en Bled no caía ni una gota, incluso empezaba a brillar algo el sol. Y la temperatura era muy buena.
![]() ![]() Pese a la belleza del Bohinj, el lago más famoso de Eslovenia es sin duda el de Bled, gracias a la enorme difusión de su idílica imagen por internet, con sus lánguidas aguas turquesas y su castillo medieval en lo alto de un risco.
![]() Como el Bohinj, está situado en los Alpes Julianos y es de carácter glaciar. Se encuentra a 475 metros de altitud sobre el nivel del mar y tiene 2.120 metros de largo por 1.380 de ancho, con una profundidad máxima de unos 30 metros. Rodeado de bosques y montañas, cuenta en sus aguas con la única isla natural de Eslovenia, que pudimos distinguir desde unos miradores que hay junto al castillo, aunque no entramos a visitarlo. Hice una foto con el teléfono deprisa y no quedó muy bien cuando traté de ampliarla; pero, bueno, algo se ve.
![]() Durante un rato, escuchamos las profusas explicaciones del guía local, de quien logramos zafarnos discretamente, porque, la verdad, estábamos más interesadas en recorrer el lago que en tanta teoría. Desde todos los ángulos, las vistas eran muy bonitas, si bien confieso que me esperaba algo distinto, no sé, quizás… ¿menos civilizado? Claro que no debió pillarme por sorpresa, pues sabía que se trata de un lugar muy turístico, pero es que también se estaba disputando una competición de canoas; incluso vimos una boda de las muchas que se celebran en la sede municipal.
![]() ![]() ![]() Eso sí, reconozco que el panorama mejoró, y mucho, según nos fuimos alejando del embarcadero y, por tanto, del gentío. Entonces es cuando se disfruta de la belleza del lago y, sobre todo, de su entorno.
![]() ![]() ![]() Después de almorzar en el restaurante de uno de los hoteles del lago, se nos ocurrió subirnos a una de las barcas tradicionales de la zona, unos botes de madera de siete metros de eslora por dos de manga, muy adornados y con toldos de colorines, llamados “Pletnas”, cuyo origen se remonta al siglo XII. Por entonces, los campesinos del pueblecito de Mlino, situado en la orilla sur del lago, eran demasiado pobres para pagar los impuestos, así que, como contraprestación, las autoridades les impusieron la tarea de llevar en barcas a los peregrinos que iban a la isla. Más tarde, ya en tiempos de la Emperatriz María Teresa, los derechos del transporte les fueron cedidos a veinte familias del pueblo, y se han transmitido de generación en generación.
![]() ![]() ![]() Los botes no tienen horario fijo y zarpan hacia la isla cuando se llenan, manejados por fornidos barqueros, capaces de moverlas solo con sus brazos y dos remos. En fin, tela marinera, porque en cada barca íbamos cerca de veinte personas. Eso sí, el precio (ida y vuelta, por supuesto) no era barato: 18 euros los adultos y 9 los niños.
![]() ![]() ![]() Tras unos veinte minutos, desembarcamos en la isla, un islote, en realidad, pues su superficie es de 0,82 hectáreas. Habitada, al parecer, desde la Edad de Piedra, las leyendas cuentan que sus pobladores adoraban a Ziva, la diosa del amor y la fertilidad; verdad o no, lo cierto es que con el correr de los siglos se convirtió en lugar de peregrinación.
![]() ![]() En la Edad Media, se erigió una iglesia de estilo gótico, que funcionó como santuario hasta el siglo XIX, cuando la alta aristocracia descubrió las bondades de sus aguas termales, por lo que Bled pasó a ser un centro vacacional de élite. La actual Iglesia de la Asunción data del siglo XVII, es barroca y en su interior hay frescos que representan a la Virgen María. Según la tradición, quien toque tres veces las campanas obtendrá el deseo que pida, así que están repicando continuamente. También se puede subir a la torre de estilo veneciano del siglo XV. Pero no hicimos ni una cosa ni otra porque, tras los dieciocho euros de la barca, no nos apetecía soltar otros diez por lo que nos pareció una turistada; en fin, lo normal en un sitio abarrotado de turistas. Naturalmente, tampoco falta una tienda de souvenirs con cafetería incluida. Menos mal que los servicios eran públicos y gratuitos. ![]() ![]() La isla es muy pequeña y durante el tiempo que estuvimos esperando para volver a embarcar (quizás fue una hora, no recuerdo bien) le dimos cuatro o cinco vueltas completas surcando unos senderitos que serpentean entre la frondosa vegetación y ofrecen bonitas vistas del lago, aunque lo que más me gustó fue el alucinante color turquesa del agua.
![]() ![]() En fin, cada cual tendrá su opinión, pero a mí la isla no me pareció gran cosa y, a toro pasado, habría preferido hacer alguna caminata larga por los senderos que rodean el lago. Nos hubiese dado tiempo de sobra.
![]() ![]() De regreso al embarcadero, caminamos hasta la Iglesia de San Martín, construida en 1905 en estilo neogótico, el último templo tras la desaparición de otros anteriores, el más antiguo del siglo XIV. En el interior, lo más interesante son las pinturas, realizadas entre 1926 y 1929 por Slavko Pengov, uno de los mejores representantes de la pintura mural figurativa de la primera mitad del siglo XX. En particular, me atraía la controvertida “Última Cena”, donde, según había leído, se representa a Judas con la cara de Lenin. Y sí lo parece, ¿verdad?
![]() ![]() En el interior, lo más interesante son las pinturas, realizadas entre 1926 y 1929 por Slavko Pengov, uno de los mejores representantes de la pintura mural figurativa de la primera mitad del siglo XX. En particular, me atraía la controvertida “Última Cena”, donde, según había leído, se representa a Judas con la cara de Lenin. Y sí lo parece, ¿verdad?
![]() ![]() ![]() A última hora de la tarde, retornamos al hotel. Como resumen, decir que, aunque pueda interpretarse lo contrario por alguno de mis comentarios, el Lago Bled y sus alrededores me gustaron mucho pese a estar un poco masificados. Por eso, sin duda prefiero el Lago Bohinj y su entorno.
![]() Etapas 7 a 9, total 16
![]() Monasterio de Kostanjevika y pueblo medieval de Stanjel.Día de transición para cambiar de base desde los alrededores de Liubliana a la costa eslovena. Entretanto, visitamos el Monasterio de Kostankevija y el pueblo medieval de Stanjel. Esta jornada era de transición, ya que cambiamos nuestra base de operaciones desde la periferia de Liubliana a Izola, en la costa eslovena. Quizás por ese motivo las visitas del día se presentaban como las menos interesantes del viaje. Y así resultaron.
Itinerario del día según Google Maps, unos 200 kilómetros en total.
![]() Monasterio de Kostanjevica. Después de desayunar temprano, nos despedimos de las montañas y comenzamos nuestro viaje hacia la costa. El cielo, algo cubierto al partir, se fue despejando según nos íbamos acercando al sur. La primera parada la hicimos en el Monasterio franciscano de Kostanjevica y su Iglesia de la Anunciación, situados a 143 metros de altitud, en una colina de Pristava, cerca de Nova Gorica, a menos de un kilómetro de la frontera italiana. Pese al sol que nos caía encima de lleno, haciéndonos sudar tinta, las vistas que contemplamos desde el acceso eran fantásticas, destacando en lo alto de un cerro las almenas del castillo de la ciudad italiana de Gorizia.
![]() ![]() Fuera de los límites de Gorizia, en 1623 se construyó un pequeño santuario que se amplió un siglo después con un monasterio, cuya capilla se convirtió en centro de peregrinación. Disuelto en 1781 por el emperador José II tras la expulsión de los carmelitas, tres décadas después, los franciscanos se hicieron cargo del monasterio, al que dotaron de una valiosa biblioteca compuesta por 1800 libros escritos a mano, procedentes del monasterio de Sveta Gora, y que fue enriqueciéndose posteriormente. Tras resultar muy dañado en la I Guerra Mundial, fue reconstruido en el primer tercio del siglo XX. En 1947, quedó ligado a la ciudad de Nova Gorica, dentro de las fronteras de Yugoslavia. Actualmente, su estado es impecable tras la restauración llevaba a cabo durante la pasada década.
![]() ![]() ![]() Hicimos una visita guiada empezando por la Iglesia, que conserva algunos estucos originales del siglo XVII en la parte del presbiterio. También recorrimos la magnífica biblioteca, que cuenta con 17.000 ejemplares, de los cuales hay que destacar 30 incunables anteriores al año 1500. No obstante, el más querido y valioso es la primera gramática de la lengua eslovena, publicada en 1584, con dedicatoria manuscrita de Adam Bohorič, su autor.
![]() Igualmente, estuvimos en los jardines, donde se cultivan unas rosas originarias de la Isla Reunión, muy apreciadas por su perfume. Aunque ya había pasado su mejor momento, todavía pudimos contemplar y oler algunas.
![]() Sin embargo, la cuestión más curiosa en torno a este sitio es que aquí está enterrado junto a varios miembros de su familia Carlos X de Borbón, el último rey de Francia, quien, tras un exilio que le llevó por varias ciudades europeas, murió de cólera en 1836 en Gorizia.
![]() Después, bajamos a Nova Gorica (Nueva Gorizia), en una de cuyas plazas pudimos ver una placa en el suelo que señala la frontera entre Italia y Eslovenia según el acuerdo de 1947, que dejaba la ciudad de Gorizia en territorio italiano, mientras que en la zona eslovena (dentro de Yugoslavia) se creaba esta nueva ciudad, que actualmente cuenta con unos 20.000 habitantes.
![]() ![]() ![]() ![]() No había mucho que hacer allí, puesto que los lugares más interesantes están en Gorizia o en los monasterios de las colinas próximas o incluso el castillo, aunque la verdad es que no sé si pueden visitar. En cualquier caso, nos limitamos a dar una vuelta y sentarnos a tomar un refresco en la cafetería de la estación. Bueno, que hubiésemos tenido de sobra con una parada de cinco minutos -si acaso- para hacer la típica foto de un pie en Italia y otro en Eslovenia.
![]() ![]() Stanjel. Después del almuerzo, la siguiente visita fue Stanjel, uno de los pueblos más antiguos y con más historia del Karst esloveno, situado en lo alto de un cerro del valle Vipana, al este de Nova Gorica y al norte de la ciudad italiana de Trieste. El municipio está organizado en forma de terrazas que ascienden a la cima del pico Turn, de 363 metros de altitud.
![]() ![]() Su población actual es de unos 400 habitantes y algunas mujeres se dedican al trenzado de flores para hacer coronitas que venden a los turistas. A nuestra llegada, el cielo pintaba un poco negro. Fue una falsa alarma porque no cayó ni una gota.
![]() ![]() Tras subir una cuesta, enseguida traspasamos una puerta coronada por un escudo que nos introdujo en un recinto de fuerte reminiscencia gótica, formado por calles estrechas y empedradas sobre terreno kárstico y casas de piedra con elementos de cantería.
![]() ![]() ![]() ![]() Habitado desde tiempos remotos, fue fortificado sucesivamente en los siglos XI, XII y, finalmente en el XV para su defensa frente a los turcos. Aunque parte de su patrimonio medieval resultó destruido por los bombardeos de la II Guerra Mundial, todavía siguen en pie bastantes edificios antiguos y varios lienzos de la muralla.
![]() ![]() ![]() ![]() Stanjel es pequeño y se recorre en poco tiempo. Entre los lugares más interesantes están el Castillo, cuyo aspecto actual data del siglo XVII, la torre defensiva románica en lo alto del monte Turn, la Torre de Kobdilj y la Galería de Lojze Spacal. Además, la Casa Carsa, que es el edificio más viejo, que refleja las características de las construcciones de estilo románico y gótico.
![]() ![]() ![]() ![]() La Iglesia de San Daniel fue construida en 1609 en estilo gótico tardío, aunque lo que más llama la atención es su campanario típico en forma de limón alargado.
![]() ![]() ![]() Me gustó bastante el Jardín Ferrari, construido en el espacio de entre guerras y que cuenta con un gran significado a nivel nacional. Aparte del jardín en sí, las vistas panorámicas me parecieron muy bonitas.
![]() ![]() ![]() ![]() En fin, aunque hubo opiniones encontradas sobre esta visita, a mí, particularmente, el paseo me resultó agradable e hice algunas fotos resultonas, de esas que a mí me gustan en los pueblos; no obstante, también admito que no será uno de los pueblos medievales de los que conserve un recuerdo imborrable.
![]() ![]() Y unos tres cuartos de hora después, recorriendo un paisaje sembrado de viñas, llegamos a nuestro hotel de la costa eslovena, pero eso queda para la siguiente etapa. Etapas 7 a 9, total 16
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