Miércoles 18 de Agosto
Sobre las 7h de la mañana llegamos a Uyuni en la parada nos esperaban de la agencia, hasta las 10h no saldría nuestro tour al Salar por lo que deberíamos esperar hasta entonces. Tranquilamente dimos un paseo por el pueblo pese al frío, a unos baños públicos para asearnos un poco y a desayunar, así que sobre las 10h regresamos a la agencia donde nos esperaba el chofer-guia que nos llevaría hasta EL SALAR
Llegamos hasta Colchani, el pueblo ubicado a las orillas del gran Salar y la entrada principal al desierto de sal, donde se dedican a la de extracción de sal de forma artesanal.
Visitamos una especie de museo de sal y nos pusimos en marcha para adentrarnos en el extraordinario desierto, no sin antes hacer una parada en las pequeñas dunas de sal, que no son otra cosa que los montículos de sal para su recogida.
El Salar ocupa una extensión de 250 km de este a oeste y 150 km de norte a Sur, a unos 3.600 m. sobre el nivel de mar y una extensión de más de 12.000 km²
En medio de la nada nos encontramos con un hotel de sal abandonado por no reunir las condiciones de salubridad apropiadas.
La verdad que la imagen fantasmórica del lugar es digna de mención
Tras unos kilómetros de asfalto blanco, soledad y horizontes salados llegamos hasta Incahuasi (Isla Pescado)
Antes de subir a la cima y visitar la isla comimos el picnic que nos habían preparado a base de ensaladas, escalopa y frutas, que estaba todo muy bueno o era por el hambre.
Tras el suculento banquete, nos pusimos rumbo a subir a la cima
para divisar el precioso paisaje que desde arriba se veía y la infinidad de cactus gigantes con alturas superiores a los 10 m.
A eso de las 15h, habíamos quedado con el chofer, con tiempo suficiente estábamos en el 4x4, dispuestos a partir nuevamente hacia Uyuni, pero antes pasamos por el Cementerio de trenes donde hay trenes y locomotoras muy antiguas de los años 1899,
La mayoría de los trenes circulaban con vagones cargados de minerales, entre ellos la plata, que salía de las minas de Huanchaca, pero ello duro muy poco tiempo, ya que el progreso esperado no llegó y estos trenes pasaron al olvido arrinconándose en una gran explanada que pese que es un reclamo turístico mucho dista de ser reconocido como un Museo o Cementerio de trenes, por la gran dejadez y el escaso o nulo mantenimiento de la zona donde estas reliquias están expuestas al vandalismo y la suciedad que el viento arrastra de un vertedero vecino.
Ya empezaba a oscurecer cuando regresamos a Uyuni, recorrimos las callejuelas de la periferia y pudimos comprobar la extrema pobreza que existía.
El chofer nos dejó en la puerta de la agencia, pero estaba cerraba así que nos aseamos un poco y nos fuimos a tomar algo calentito a un bar hasta que se hiciera la hora de partida del bus a las 20h.
A eso de las 19,30h, fuimos rumbo hasta la estación de buses donde parte el Bus turístico a la Paz y donde nos esperaban otras 10 horas de trayecto insufrible por culpa del mal estado de la carretera.
La buena noticia es que en el bus solo viajábamos nosotros, una pareja francesa y dos de mantenimiento, a parte del chofer y del auxiliar, así que teníamos para nosotros todo un bus con lo cual nos cogimos dos asientos para cada uno y dejamos uno entre medias para poderlos estirar bien, así que pese a los movimientos que tuvimos que sufrir al menos los pasamos cómodamente, no se en que momento el sueño consiguió vencerme pero nuevamente el viaje no se hizo tan largo como esperábamos.
ALOJAMIENTO
Bus turístico compartido La Paz – Uyuni (Duración del viaje es de 10 horas