DÍA 39: AL SOL DE HELSINKI ✏️ Diarios de Viajes

---

¡Último día en Helsinki! Para hoy teníamos previsto ver el Museo de Historia Natural, pero parece que los lunes cierra y nuestro trigésimo nono día cae en un lunes.

La idea alternativa es hacer la maleta con calma por la mañana, preparar algo para la cena de hoy, ya que estaremos a bordo de un barco, salir a cambiar al centro algunos euros por rublos rusos y pasear un poco con calma para despedirnos de Helsinki.

¡El día es espectacular! así que después de cambiar la moneda, acabamos bajando nuevamente al mercado de Pescado, que hoy sí está mucho más concurrido.

Paseamos pues, un poco por el puerto y como si quisiéramos cerrar en un círculo perfecto lo que ha sido nuestra estancia, acabamos en la Plaza del Senado con la Catedral de Helsinki vigilándonos, el que fue punto de visita en nuestro primer día. Allí nos sentamos y leemos al sol un buen rato, tanto… que al final consigue hasta sacarnos los colores. La verdad es que hemos estado de fábula, pero casi es la hora de comer y yo no perdono.

Nuestro bono de transporte ya no nos es válido para la vuelta, y la verdad es que para un viaje de 10 minutos estamos tentadas a subir sin billete. En la semana que llevamos, únicamente una vez han subido los revisores. Menos mal que hemos cumplido, honradamente, con nuestro deber de consumidores del transporte finés, porque a las dos paradas de haber subido han entrado un par de revisores de incógnito que nos han pedido los billetes. juajuajua no parábamos de mirarnos y sonreírnos mientras intercambiábamos de mano con el revisor los billetes. Fiuuuuu…de poco!

Volvemos al hostal a descansar un poco. Lo cierto es que para lo poco que nos debíamos haber gastado en Helsinki, estamos agotadas. M casi se duerme una siesta en el lobby del hostal, mientras yo pongo en orden alguna documentación del viaje.

Podemos embarcar hasta cuatro horas antes de la salida del barco, así que cuando ya no tenemos nada más que hacer, pedimos un taxi para que nos lleve al Embarcadero de la St. Peter’s Line, que es la que contratamos para hacer el recorrido Helsinki-San Petersburgo.

¿Podríamos haber llegado en tren?. Pues sí. Pero el precio del pasaje marítimo nos ha salido muy económico por haberlo contratado con tiempo (40 € por cabeza) y me hacia cierta ilusión entrar a una ciudad imperial como es San Petersburgo, por mar.

El Princess Mary es un barco de crucero antiguo y Ruso, aún así, el camarote es cómodo y tenemos baño. Nada más embarcar, dejamos las maletas y exploramos las salas del barco: casino, restaurantes, zona de copas, de baile, piscina cubierta, gimnasio, cine… no vamos a usar la mayoría de estos servicios, pero nos pica la curiosidad de verlos.

Sin saberlo, acabamos sentadas en el mejor sitio que dos personas, que no tienen nada que hacer, pueden estar. Desde nuestras sillas tenemos, una ventana al mar detrás y de frente, la puerta por dónde embarca la gente. Así , que nos entretenemos un buen rato observando a niños llorando, parejas buscando su camarote, al de recepción bostezando, a las chicas de la oficina del tax free bailoteando cuando creen que nadie las ve, grupos de japoneses que como siempre van en manada riéndose de los comentarios de uno de ellos. Las bolsas de H&M se ven por doquier. Detectamos a los españoles fácilmente. Tenemos una manera de actuar…muy diferente al resto.


Estamos de acuerdo las dos en nuestra admiración por la tripulante que, con sus brazos y sonrisa guía estoicamente, y sin el resentir del tiempo transcurrido, a los más perdidos. No se ha movido de su sitio en casi la hora y media que hemos pasado allí.

Cuando es casi la hora de zarpar hemos subido a cubierta. El muelle de salida no es el principal de la ciudad, con lo que nos perdemos el poder despedirnos de su skyline más característicos Aún así a empezado a ponerse el sol y es espectacular el horizonte que tenemos a nuestra vista.

¡Adios Helsinki! Привет Санкт-Петербург!

---