DÍA 49: VLADIMIR ✏️ Diarios de Viajes

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El sol sale a las 5 y poco de la mañana. El hecho de que en el hotel no haya cortinas oscuras ni cualquier atisbo de la persiana que tanto nos gusta a los españoles, hace que nos despertemos bien pronto. El comedor del hotel está a rebosar de gente y nos cuesta encontrar una mesa libre para desayunar.

Cuando ya hemos arreglado todo lo que teníamos que arreglar, cogemos un taxi para ir al centro de la ciudad. Para comunicarme con el taxista le enseño una foto de la Catedral de la Adormición de Vladimir y le señalo la pantallita de mi móvil. Asiente con la cabeza y ¡allí que nos vamos! En el centro de la ciudad, básicamente están prácticamente todas las atracciones turísticas de la ciudad, alineadas en la misma calle. Nos deja justo delante del monumento que le he indicado. Está justo en un parque lleno de columpios para los críos y banquitos para sentarse. La catedral no la podremos visitar hasta algo más tarde, puesto que a primera hora no dejan entrar a turistas. En ella se inspiró la construcción de la Catedral del mismo nombre que vimos en el kremlin de Moscú y además de ser el edificio más alto de la época cuando se construyó, aquí fueron coronados todos los dirigentes rusos hasta Ivan III.

Desde la explanada de la Catedral se ve una vista fabulosa del Condado de Vladmir y del río Klyaz'ma. Hay césped dónde poder sentarse y la wi-fi gratuíta alcanza toda la explanada del parque.

Como no podemos visitar el gran orgullo de la ciudad hasta la una, nos entretenemos con la Catedral de San Demetrio que está justo al lado y también forma parte del Patrimonio mundial de la Unesco. La particularidad que tiene son sobretodo la gran cantidad de grabados en la fachada exterior.

El día dos de mayo es aquí festivo. Eso junto a que el día es absolutamente primaveral ha hecho que Vladimir esté a rebosar de turistas no sólo foráneos sino también locales. Nos cruzaremos con familias enteras que se atreven con la manga corta.

Nos acercamos también a las antiguas puertas de la ciudad, las Puertas de Oro, que se hicieron a semejanza de las que construyeron en Kiev, que a su vez se construyeron a semejanza de las antiguas puertas de Constantinopla. La imagen de Nuestra señora de Vladimir en lo alto sirve de guarda de la ciudad.

Entre visitas, cafés y paseos acabamos un día más tranquilo de lo que viene siendo habitual.

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