Llego el ultimo día.
Cargamos el camión con nuestro equipaje y nuestras tripas con un buen desayuno. Nuestro vuelo salía desde el aeropuerto de Kilimanjaro a unos 280 km. Hicimos una parada en un pueblo, creo que fue Karatu, donde podíamos hacer unas últimas compras. A mí todavía me faltaba una manta Masái. Antes de ir al mercado, fui con 3 compañeros a un bar a tonar un café. Era tal como esperábamos Te traen la taza, te echan el agua hirviendo y tú te puedes echar el Africafe del sobre y el azúcar que prefieras. El café estaba rico, pero a pocos metros, ya en la calle, había un puesto vendiendo sopa. Era sopa de cordero viejo. Vaya olor tan fuerte Si me la hubieran ofrecido, hubiera quedado mal. Hubiera sido incapaz de comerlo.
Cuando terminamos el café nos dirigimos al mercado que estaba en frente del bar. No tardé mucho en encontrar una manta masái. El vendedor quería 25 $. Le dije que por 25 $ le podría vender yo mis gafas de sol. De pronto me ofreció el trueque manta por gafas. Me pareció interesante ya que era unas gafas que compre en un chino por 3 € y de todas formas me quería deshacer de ellas. Para darle mas valor a las gafas le dije que la cambiaba por 2 mantas. Pero al final me dio un poco de pena y solo me dio una. Cuando llegue al camión me puse otra que llevaba y poco después también las cambie. Esta vez por una jirafa de madera.
De ahí nos dirigimos a Arusha, donde almorzamos en un restaurante. Como aquí va todo pole-pole, hice el pedido y mientras me lo preparaban fui a un cibercafé para dar señal de vida. Cuando llegue del cibercafé la comida todavía no estaba en la mesa. Me lo suponía. De ahí fuimos ya directamente al aeropuerto. Nos despedimos de Justine, Safari, Noel y Goddy.
La salida del avión fue a las 19:50. Hice una nueva experiencia. Un avión con hélices.
Cargamos el camión con nuestro equipaje y nuestras tripas con un buen desayuno. Nuestro vuelo salía desde el aeropuerto de Kilimanjaro a unos 280 km. Hicimos una parada en un pueblo, creo que fue Karatu, donde podíamos hacer unas últimas compras. A mí todavía me faltaba una manta Masái. Antes de ir al mercado, fui con 3 compañeros a un bar a tonar un café. Era tal como esperábamos Te traen la taza, te echan el agua hirviendo y tú te puedes echar el Africafe del sobre y el azúcar que prefieras. El café estaba rico, pero a pocos metros, ya en la calle, había un puesto vendiendo sopa. Era sopa de cordero viejo. Vaya olor tan fuerte Si me la hubieran ofrecido, hubiera quedado mal. Hubiera sido incapaz de comerlo.
Cuando terminamos el café nos dirigimos al mercado que estaba en frente del bar. No tardé mucho en encontrar una manta masái. El vendedor quería 25 $. Le dije que por 25 $ le podría vender yo mis gafas de sol. De pronto me ofreció el trueque manta por gafas. Me pareció interesante ya que era unas gafas que compre en un chino por 3 € y de todas formas me quería deshacer de ellas. Para darle mas valor a las gafas le dije que la cambiaba por 2 mantas. Pero al final me dio un poco de pena y solo me dio una. Cuando llegue al camión me puse otra que llevaba y poco después también las cambie. Esta vez por una jirafa de madera.
De ahí nos dirigimos a Arusha, donde almorzamos en un restaurante. Como aquí va todo pole-pole, hice el pedido y mientras me lo preparaban fui a un cibercafé para dar señal de vida. Cuando llegue del cibercafé la comida todavía no estaba en la mesa. Me lo suponía. De ahí fuimos ya directamente al aeropuerto. Nos despedimos de Justine, Safari, Noel y Goddy.
La salida del avión fue a las 19:50. Hice una nueva experiencia. Un avión con hélices.
Fue muy ruidoso. Menos mal que el vuelo hasta Nairobi solo tardo unos 50 min. De nuevo tuve la ocasión de dar señal de vida por Whatsapp. Desde allí salió el vuelo a Dubái a las 22:50 hora local.