Desde Kubu sale un camino que atraviesa un trocito de Sua Pan hacia Mmatshumo, el pueblo donde empieza la carretera asfaltada. En esta parte había muchos cactus (?) con unas flores muy curiosas:

Sua Pan
En teoría el camino hasta Mmatsumo no es especialmente complicado en época seca, pero vimos gigantescas rodadas, ya secas, que dejan los coches que se atreven a recorrerlo en épocas más húmedas, y no me gustaría verme en una de esas, la verdad. Nos perdimos un poco al intentar evitar unas rodadas especialmente profundas cuando nos desviamos y gps “recalculó” la ruta a seguir. Tengo que decir que llevar gps está muy bien pero a veces son bastante inútiles. Nos metió por unos caminos de cabras (literalmente) que casi ni existían, y acabamos dando la vuelta porque veíamos en el mapa que cada vez nos desviábamos más de Mmatshumo. Al final tardamos dos horas en llegar a Mmatshumo, y a partir de ahí ya no tuvimos más problemas.
A media hora de Mmatshumo, en Letlhakane, paramos para echar gasolina y hacer compra para nuestra última noche de acampada. Es un buen pueblo para parar a comprar, tiene un buen supermercado bien abastecido y con bastante variedad. Siguiendo la A14 llegamos a Khama Rhino Sanctuary poco después de las 12, con idea de aprovechar el resto del día para hacer un último safari. Este sitio, justo antes de llegar a Serowe, es un pequeño santuario que se estableció a principios de los 90, cuando la población de rinocerontes en Botswana había prácticamente desaparecido. Se eligió este terreno de 8500 hectáreas por ofrecer características especialmente adecuadas para los rinocerontes, y fue la comunidad local la que luchó por el proyecto y la que lo gestiona a día de hoy. La existencia de una base militar junto al santuario también ayudó, ya que se encargan de su continua vigilancia porque desgraciadamente la caza furtiva sigue siendo un problema. Al principio se introdujeron varios rinocerontes blancos, pero más adelante se introdujeron rinocerontes negros también, aunque hoy en día es mucho más fácil encontrarse con ejemplares blancos que con negros. El parque también tiene otros muchos animales, entre ellos jirafas, cebras, avestruces, buitres, varias especies de antílope y hasta leopardos.
Compramos un mapita del parque y algo de leña en recepción (P30), y nos acercamos a la zona de acampada, en un extremo del parque, para comer algo rápido y poder lanzarnos a por nuestro último safari.
Al salir del camping, en uno de los caminos, vimos nuestro primer rinoceronte dormitando debajo de un árbol. Era enorme y estaba muy cerca, pero la vegetación era bastante espesa y no pudimos hacer ninguna buena foto. Lo que no sabíamos es que nos íbamos a hartar de ver rinos, esa tarde vimos hasta 15 ejemplares distintos! El segundo que vimos estaba en una charca, creo que era Malema’s Pan, y no solo estaba bebiendo sino que pudimos ver cómo se revolcaba y retozaba en el agua!


Khama Rhino Sanctuary
El siguiente punto al que nos dirigimos fue el Bird Hide, donde puedes bajarte del coche y acercarte al mirador sobre la charca. Es un sitio genial para pasar un buen rato con una cerveza fría en la mano, y me recordó mucho a la facilidad que habíamos tenido para ver animales en Etosha. Cuando llegamos había una jirafa bebiendo y luego se acercaron unas cebras.


Khama Rhino Sanctuary
Desde allí nos acercamos al plato fuerte del parque, Serwe Pan, que es la zona con mayor concentración de rinos. Por el camino nos encontramos unos simpáticos kudus:

Khama Rhino Sanctuary
…y también con una patrulla de militares que nos dijeron que fuéramos a Serwe Pan porque había varios rinos, así que allí fuimos directos, y efectivamente por un lado había varios rinocerontes a la escasa sombra de un árbol y por otro lado una familia de mamá, papá y bebé rinoceronte. También había varios buitres de distintas especies en la pequeña charca.







Khama Rhino Sanctuary
Nos tiramos un buen rato haciendo fotos y disfrutando de la enormidad de estos tanques de bichos. El rinoceronte blanco es mucho más tranquilo que el negro, y nuestra presencia a escasos metros no parecía incomodarles lo más mínimo, aunque a mí me acojonaba un poco tenerlos tan cerca. Pasamos el resto de la tarde dando vueltas al parque, que es muy pequeñito y se ve muy rápido, con la esperanza de ver algún leopardo, pero no hubo suerte. Vimos varios rinos más, unos más cerca y otros más lejos, y volvimos al Bird Hide al atardecer. Cuando eran ya casi las 6 decidimos volver al camping y dar por terminado nuestro safari. Esa noche hicimos nuestra última barbacoa, intentamos gastar toda la comida que nos sobraba, y dejamos todo recogido para tardar lo menos posible al día siguiente, ya que nos esperaban muchos kilómetros. A las 7:15 de la mañana salíamos de Khama y nos poníamos en marcha. Teníamos 550 km por delante hasta llegar a Pretoria a devolver el coche, donde teníamos que llegar sobre las 4 de la tarde para que nos diera tiempo de ir luego al aeropuerto a por nuestro vuelo de vuelta. En Serowe echamos gasolina, y luego otra vez justo antes de la frontera con SA para gastar las pulas que nos quedaban (7.25 P/L). Tardamos solo 20 minutos en hacer los trámites en la frontera (Martin’s Drift) y dos horas y cuarto más tarde estábamos entrando en la autovía de peaje N1 que nos llevaría a Pretoria. Por cierto, los peajes son varios y no cogen tarjeta, así que intentad llevar algún rand de sobra (en total fueron 4 peajes por un total de R110). Aunque eran muchos kilómetros, la cosa se nos dio bien y antes de las 3 estábamos ya dejando el coche en la sede de Safari 4x4 Hire en Pretoria, desde donde nos llevaron al aeropuerto. Con esto terminó nuestra aventura!