INICIAMOS LA MARCHA
A las 6 puntuales empezamos la caminata. Es una subida dura y puedes hacerla tranquilamente hasta llegar a la cota 2000. Y si estás acostumbrado a caminar, la puedes hacer sin problema, al menos hasta la cota 2000. Vas parando de cuando en cuando, y si tienes palos de caminar los puedes utilizar sin problema. Nosotros vamos subiendo a nuestro ritmo, y nos pasan grupitos de excursionistas muy rápidos ( y algunos de cierta edad..) que sonríen cuando nos pasan.. El paisaje, os podéis imaginar que nos deja maravillados..

Cuanto más arriba subimos, más tramos de hielo y nieve encontramos pero la mayor parte del camino es de lava, y clavando las puntas de la bota es más fácil subir. Llevamos bastones y polainas, pero no Crampones. El ritmo es correcto y lo marca el guía, quien decide cuando nos paramos para tomar fotos, hacemos un descanso en el camino o la vía correcta por la que continuar. Algunos bancos de niebla aparecen durante el recorrido.

Kyril se conoce la montaña como la palma de la mano, ha subido al Avachy unas 47 veces, y muchas otras que por las características del grupo o por el mal tiempo, ha tenido que suspender el ascenso. Vas subiendo por la cresta para cansarte menos.

Con el sol, el paisaje es brutal. Realmente impresionante. Estamos maravillados. Y las vista del Koriansky, el volcán es aún mejor.. No tenemos palabras.. Meses más tarde, cuando escribimos estas palabras, son seguimos emocionando. Tenemos estas imágenes grabadas en la memoria..

Después de 4 horas de subida, llegamos a la cota 2000. Allí hay una estación meteorológica y el guía nos indica que a partir de este punto, el camino cambia considerablemente y es mucho más empinado. La mitad del grupo decide continuar con un guía de otro grupo y a un ritmo muy fuerte, y el resto nos quedamos en la estación. Es como un checkpoint ya que hasta aquí puedes subir sin demasiada dificultad y decidir si continuar o no. Siempre hay algún otro grupo que continua hacia la cima o se da la vuelta, por lo que te puedes unir a ellos, siempre y cuando vaya un guía experimentado con el grupo. Al regreso, me contarán que subiendo al ritmo de cada uno, se puede hacer en unas 7 horas pero que hay momentos en que la fuerte pendiente se puede convertir en un handicap si tienes que seguir un ritmo impuesto, no el tuyo propio. Mi pareja ha subido en 5 horas y 20 minutos. Consigue bajar en dos horas y media.. Regresa cansado pero impresionado por lo que ha visto.. Suyas serán las fotos que colgamos en el siguiente capitulo.

Obviamente el clima determina a menudo si continuar o no. En nuestro caso, sobre las 11 hemos llegado al checkpoint de 2000 metros con sol y buen tiempo. Aprovechando el descanso, desayunamos y yo estreno el “asiento” que me regaló Rafael el día antes. Es super práctico porque al sentarte en el suelo caes sobre blandito, y te aisla de las frías piedras. ( En las tiendas de deportes de Petropavlovks las encontraremos por 300 Rublos )
Sobre las 12, decidimos regresar al refugio. El clima cambia de repente y empieza a lloviznar. En poco más de 20 minutos, la niebla invade toda la montaña y la visibilidad es escasa. Bajamos por otra vía, un camino de lava, y los tramos son de mucha pendiente. Las rodillas lo acusan, al menos las mías, porque las piernas se hunden en la lava y tienes que ir haciendo zancadas largas y rápidas para evitar hundirte. Es fácil resbalarse y aunque no es peligroso si que hay que ir con mucho cuidado, porque caminas un tramo por la cresta de la montaña.

La niebla ahora es muy espesa, no vemos más allá de 10 metros. Cuando atravesamos un pequeño glaciar, Kyril clava sus botas en el hielo para dejar las marcas por las que pasaremos. Un poco más adelante, al atravesar un pequeño glaciar, el guía clava sus botas dejando marcadas las huellas para ayudarnos a pisar por el mismo lugar.