El día empezó en el aeropuerto. Teníamos el siguiente vuelo a las 2:40 de la mañana. Este nos llevaría a Sorong. Duraba 2h30’, que sumadas al cambio de hora, nos haría llegar a las 6 de la mañana a nuestro destino.
Llegamos puntuales al aeropuerto, y tras salir del avión y de la terminal los taxistas comenzaron a abordarnos.
Como de costumbre les dijimos a todos que no queríamos taxi y nos fuimos a un lugar más apartado a consultar con la aplicación Grab cuánto nos tenía que costar un taxi aproximadamente a la terminal de ferris. Nos indicaba que unas 120k rupias.
Por lo que volvimos a los taxis y preguntamos al primero de ellos que cuánto nos costaba que nos llevase al ferry. Nos dijo que 100k y directamente le dije que Ok, ni quise regatear. Su cara fue todo un poema cuando vio que no regateaba y que me había parecido bien el precio, pero se resignó a llevarnos.
Unos 15 minutos después estábamos en el lugar donde se compran los tickets que permanecía cerrado hasta las 8 de la mañana.
Hicimos tiempo tomándonos un té en uno de los locales que había cerca.
Cuando acabamos, seguía faltando bastante tiempo, por lo que decidimos ir a sacar dinero a un cajero. No había ninguno cerca por lo que llamamos a un Grab que nos llevó al cajero que le indicamos por 40k. En el primer cajero no pudimos sacar dinero, por lo que le dijimos que nos llevase a un segundo. Allí si que pudimos sacar dinero, sacamos 4 millones para pagar las excursiones en los días venideros.
Nos llevó de vuelta a la terminal, así que le pagamos 100k, 40k por cada uno de los trayectos y 20k que consideramos por llevarnos de un cajero al otro.
En Sorong no hay absolutamente nada que hacer y las calles que llegan al ferry están llenas de agujeros en el asfalto y en muy mal estado. En la "estación" tampoco hay gran cosa, algunos puestos de comida callejeros y algún que otro cerdo. Por eso, visto ahora con perspectiva, quizá hubiera sido mejor idea hacer tiempo en el aeropuerto, que está bastante bien, desayunar algo allí y sacar dinero. Más a gusto se está con el aire acondicionado seguro. Y ya más cerca de la hora del ferry, ir hacia el puerto.
Ahora sí que eran las 8 de la mañana pero el mostrador no estaba abierto todavía. Tardaron un cuarto de hora en empezar a vender los billetes y compramos 2 en clase turista (100k cada uno). Nos subimos al ferry y esperamos a que saliese. Tenía que hacerlo a las 9 pero lo hizo 9:20.
El horario de los ferris de Sorong-Waisai es uno a las 9h y otro a las 14h en los dos sentidos diariamente, y los billetes 100k en clave turista y 250k (si no recuerdo mal) en VIP.
Llegamos sobre las 11:30 a Waisai. Salimos del ferry sin saber bien dónde dirigirnos. No había mucho extranjero, la mayoría eran indonesios.
Se nos acercó un hombre y nos preguntó -¿Kri island? a lo que le respondimos que sí, y nos indicó que siguiésemos a otra pareja de extranjeros que iban acompañados de una chica. A los pocos minutos estábamos en la oficina del parque para pagar la tasa del parque marino (300k por cabeza, que se puede pagar con tarjeta). En internet leímos que había dos tasas, pero allí solo nos hicieron pagar una y tampoco hicimos esfuerzo por buscar el sitio (si lo había) donde pagar la otra.
Al salir, nos estaban esperando de nuestra homestay en la lancha para llevarnos.
La lancha a la isla de Kri nos costó 800k. Daban la opción de lancha rápida o de longboat (barco tradicional) que tardaba más y costaba 500k. Sin embargo, desde la homestay nos indicaron que debido a las condiciones del mar (en julio y agosto es época de monzones, pero hablaré de esto más adelante) era mejor la lancha rápida. Una hora después de dejar Waisai llegamos sobre las 13h a Nus Homestay, situada en el extremo oeste de la isla de Kri.


Ringa, el encargado del homestay nos recibió y nos dijo que la comida nos estaba esperando. Tras descansar un poco, pues estábamos bastante cansados (nos había llevado 22 horas desde Borneo hasta Raja Ampat), nos dedicamos a hacer fotos a uno de los lugares más espectaculares en los que hemos estado.
Nos duchamos y nos quedamos en la cabaña a ver el atardecer.


A las siete nos sirvieron la cena, y allí conocimos a Kilian y Nora, una pareja de suizos más joven que nosotros y también a una pareja de franceses.
Ringa nos comentó si queríamos hacer alguna excursión al día siguiente, y con los suizos decidimos hacer la excursión Top del viaje. Piaynemo. El precio era de 5 millones de rupias a dividir entre cuantos fuésemos. El tour incluía ir al mirador de Piaynemo, ir a la laguna con forma de estrella y una parada en la isla de Arborek para hacer snorkel.
Nos quedamos conversando un buen rato hasta que al final nos fuimos a dormir, seguíamos cansado y nos esperaba un día ajetreado.