Tras un buen descanso nuestro primer desayuno en el Turon nos esperaba, es tipo buffet, con opciones tanto dulces, como saladas, fruta, huevos, frutos secos, yogures (muy dulces, por cierto), zumo (de bote), café, té. La cantidad y calidad es correcta, aunque como veríamos posteriormente un tanto repetitivo si estas varios días.
Taxi y hacia la necrópolis Shah-I-Zinda el taxista se perdió y nos dejó en el mausoleo de Islom Karimov, primer presidente de la república tras la independencia del país, el sitio es curioso con aire religioso en el que no se puede hacer fotos en el interior, pero que merece una visita rápida si tienes tiempo. Después de pelearnos con el Google maps llegamos a la necrópolis. Hay un camino arbolado muy agradable y en unos diez minutos estas en la puerta, el maps no lo recogía y nos mandaba a dar una vuelta de varios kilómetros.
La necrópolis tiene una entrada de pago 40.000 soms (3,20€) lo primero que te encuentras la escalera de los cuarenta peldaños también llamada escalera del Paraíso, al subir los empinados escalones te encuentras una “calle” y a ambos lados hay una sucesión de mausoleos que llegan hasta el Mausoleo de Qassim-ibn-Abbas, primo del profeta Mahoma que llegó a Sogdiana en el año 676, que fue decapitado por los infieles mientras rezaba, y según la legenda recogió su cabeza y bajo por un pozo que conducía al paraíso. En los siglos XI y XII se fueron construyendo tumbas en los alrededores, que se destruyeron por los mongoles, solo se salvó el mausoleo. En la época timúrida durante los siglos XIV y XV las familias nobles fueron construyendo mausoleos en la creencia del que la proximidad de la tumba de un santo proporciona protección en la otra vida.
La decoración de los mausoleos es a cuál más bonita, desde preciosos azulejos de un azul intenso, a ladrillos desnudos, cupulas brillantes, edificios que no se sabe muy bien cual era su finalidad como el octogonal.
Al fondo hay una mezquita, si sigues un pasillo que hay a la derecha, llegas al mausoleo Qassi,-ibn-Abbas en su antesala hay una pequeña sala con bancos pegados a la pared, es una sala de oración en la que los peregrinos rezan con un gran fervor, y dan sus ofrendas. Había un chico joven que parecía el encargado del lugar, le dieron donativos y comenzó a rezar-cantar lo que entendimos que eran suras del Corán, la voz era impresionante y en aquel pequeño espacio sonaba de maravilla, fue un momento realmente impresionante.
Como en todos los monumentos uzbecos hay una zona de tiendas en las que también tienes bebidas frías, cosa que se agradece mucho
Regresamos hacia la salida haciendo mil y una fotos y fijándonos en detalles que antes se habían pasado desapercibidos. Recomiendo hacer esta visita por la mañana ya que el sol da en la mayor parte de las fachadas y la viveza de los colores se acrecienta sobremanera.
Nuevo taxi hacia el mercado Siyob, estaba en plena efervescencia, es un mercado plenamente local en el que comprar fruta, carne, frutos secos, especies, etc, todo está impecable y bien colocado. Mención aparte merecen los panes, que se venden en pequeños carritos y son casi una obra de arte además de estar muy ricos.
Pasamos por delante de la impresionante fachada de la Mezquita Bibi Khanun, no entramos ya que la habíamos dejado para otro día, subimos caminando por la calle peatonal que llega hasta la zona lateral cercana al Registan, si no quieres caminar tienes la posibilidad de hacer el recorrido en coches eléctricos que hacen las veces de pequeños minibuses por 3.000 soms por persona.
La subida es cómoda y está arbolada por lo que el calor no agota demasiado, llegamos hasta la parte alta donde está una tienda que queríamos ver Art Gallery Happy Bird que tiene fama por sus diseños en ropa y otros objetos de artesanía. No encontramos nada de nuestro gusto, pero si merece la pena echar un vistazo, el edificio de dos alturas y con balcones es bonito y en la parte inferior hay otros artesanos con productos de muy buena calidad, un miniaturista, un esmaltador en madera, y un ceramista, había alguna otra tienda pero estaban cerradas, creo que la mejor artesanía de la ciudad la encontramos aquí, y a precios muy razonables.
Para comer nos quedamos en un local justo al lado, Chorsu el sitio es local, aunque había algún turista también, no hablan inglés, pero tienen la carta con fotos lo que hace muy fácil pedir, nos decidimos por mantis, albóndigas y para beber agua con gas y te, la cuenta fueron 51.000 Soms (4,11€).
Paseíto hacia el Registan para tomar un helado de postre en la heladería que hay en la zona izquierda de los jardines, tiene unos helados muy ricos, mientras estábamos allí, otras 3 bodas haciendo sus fotos y los familiares cantando y bailando, animación no faltaba-
Por la tarde nuevamente piscina.
La cena hoy tocaba en Emirham está situado justo detrás del Registan y desde su terraza tiene unas vistas preciosas. No teníamos reserva, pero tuvimos suerte y nos dieron mesa (mejor reservar si quieres cenar en la terraza).
La cena fue una ensalada griega (versión uzbeca), kebab, berenjenas crujientes, Laghman y pastel napoleón todo por 294.000 Soms (23€), la comida abundante y rica y las vistas fantásticas.