Tempranito, como es nuestra costumbre, bajamos a desayunar, nos encontramos con un buen y variado buffet acorde con la categoría del hotel.
En la recepción nos piden un taxi y por la tarifa “oficial” de 15.000 soms nos vamos hacia Itchan Kala, nos dejó justo enfrente de la Ota Darvoza , antes de entrar hay un edificio de cristal en el que está la taquilla para sacar la entrada que son 150.000 soms por persona (12€) con la que se accede a la ciudad y a la gran mayoría de los monumentos del interior, la entrada tiene una validez de 24 horas desde que la adquieres.
Empezamos la visita por la Madrasa Islomxo´ja , el edificio tiene una preciosa fachada de ladrillo y azulejo, tiene en su interior pequeño museo en las antiguas celdas, con algunas piezas curiosas, justo enfrente hay una serie tumbas realizadas en ladrillo y en un lateral está el minarete se puede subir pero la entrada no está incluida en la entrada general, la escalera no es precisamente cómoda, aunque las vistas son muy bonitas.


Seguimos hacia la Mezquita de los viernes Juma Masjid, el exterior no llama la atención, de hecho si no te fijas puedes pasar de largo, solo llama la atención la bonita puerta de madera tallada, pero el interior es otra cosa, un “bosque” de 213 de columnas de madera talladas conforman la sala principal, cada columna es diferente y su origen y antigüedad son de lo más variado, en algunas se pueden ver algunos símbolos zoroastrianos incluso alguna representación de Buda; las más antiguas datan del siglo X no todas son del mismo tamaño si te fijas en las bases de mármol verás que estos son de distinto tamaño para igualar la altura total. En la zona del mihrab hay un espacio reservado para la oración.
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Continuamos por la Madrasa Muhammad Amin Inoq, en su interior a un museo dedicado a los científicos que vivieron y ejercieron en la ciudad. Hay un pequeño video en el que explican la importancia científica que tuvo la ciudad, se exponen distintos libros, originales y replicas, de tratados como “El Canon de Medicina” de Avicena o el “Compendio de cálculo y ecuaciones” Muhammad Khwarezmi o también conocido como Al-Juarismi que es la base de los algoritmos


A continuación llegamos al Palacio Tash Khauli, en este palacio destaca sobre manera los distintos iwan y patios totalmente decorados con azulejos azules, las columnas y puertas talladas así como los techos en los que queda algo del color original que tenían. En uno de los patios hay una yurta.




Necesitamos un descanso porque el calor empezaba a hacer estragos, deshicimos el camino y nos fuimos a un restaurante justo enfrente de la mezquita del viernes que tiene un patio sombreado de lo más agradable, un rico te verde y agua muy fría nos reconfortaron el ánimo. Tras un buen rato continuamos nuestro camino.
Caminando por las calles de Khiva te vas encontrando con cualquier cosa, desde músicos, a tenderetes de cosas de lo mas variopintas, productos de artesanía, un camello bactriano y hasta un tigre de papel mache a tamaño natural con el que hacerte una foto, que entre los locales tiene un gran éxito.

Nuestra siguiente parada fue el Mausoleo de Pahlavan Mahmud, la entrada no está incluida y el precio es de 25.000 soms (2€) por persona. Es uno de los lugares más sagrados para los habitantes de Khiva, y se ve claramente por el fervor con el que los lugareños van a rezar.
El interior del edificio está totalmente decorado con azulejos azules y es una autentica preciosidad, la tumba propiamente dicha está en una pequeña sala en el lado izquierdo según se entra.



Los recién casados llegan hasta este lugar a pedir la bendición para su matrimonio, coincidimos con una pareja realizando el rito.

Ya se hacía la hora de comer y nos decidimos por Mirza Boshi, ensalada de tomate, shashlik y agua, no fue la mejor comida del viaje, pero cumplió por poco más de 12€
El calor hacía difícil continuar, por lo que decidimos descansar un rato en el hotel, cuando el sol empezó a caer volvimos a la ciudad, continuamos nuestra visita por el Palacio Kunya ark, esta fortaleza estuvo habitado desde el siglo V sufriendo distintas destrucciones y posteriores reconstrucciones, hoy la parte más antigua que se conserva es la torre Ak Sheik Bobo, del siglo XII; dentro del recinto hay un pequeño museo de monedas, el salón del trono en el que el Khan, el iwan de dos columnas. Otras dependencias están cerradas.



A la puesta del sol, la entrada a este palacio parece la romería del Rocío en hora punta, todos los visitantes de la ciudad se apelotonan ante una pequeña puerta que da paso a una estrecha y empinadísima escalera que da acceso a la torre donde ver la puesta de sol. Las vistas son bonitas, pero creo que el esfuerzo no merece la pena, ya que lo que se ve no es mejor que lo puedes ver desde el restaurante Terrasa cómodamente sentado, creo que me estoy haciendo mayor jajajajaja.
Cenamos en un pequeño local que nos había llamado la atención, justo enfrente del Kalta Minor, se llama Bir Gumbaz: gumma mixta, lagman y dos dulces caseros con agua y te fueron 180.000 soms (14€), la dueña fue encantadora.
