El día anterior a este viene del diario de Brasil. De AQUÍ
Una noche de locura de aviones desde Salvador de Bahia - Sao Paulo - Panamá y finalmente Medellín. Increíblemente he podido medio dormir y no he llegado tan reventado como imaginaba. A las 9 de la mañana estaba aterrizando en Medellín.
En el aeropuerto he cambiado 10$ que llevaba, y menos mal porque los cajeros no funcionaban. He cogido el bus al centro y en una hora estaba en la plaza de la Catedral de Medellín.
La primera impresión nada más bajar del bus ha sido mala, muy mala. Desde el autobús se ven ya muchísimos indigentes por la carretera, claramente drogados. Yo imaginaba que eso sería en las afueras, pero qué va, me he bajado del bus y había un montón. Recién llegado y desconociendo qué sucede, pues no da buena impresión, más yendo solo y con la mochila encima, que es como si llevara un rótulo parpadeante que dice "róbame". Parecía estar en un video de Zazza el Italiano. Hay un montón de vagabundos que van drogadísimos, están durmiendo en cualquier parte de la calle, con una falta de higiene absoluta y famélicos. Yo había leído el problema que había aquí con el crack, o lo que llaman "Bazuco", pero jamás me imaginaba este panorama. Sea la droga que sea, el efecto es dormirse como si estuvieras muerto.
Con la cabeza bien alta y el pecho palomo he echado a andar como si supiera a donde voy, realmente es fácil porque ya había mirado en google que era todo recto. Veinte minutos hacia el alojamiento por calles que me recuerdan a la típica ciudad dormitorio de Madrid, rollo Móstoles o Leganés. Si no fuera porque el panorama esta protagonizado por gente durmiendo en la calle por todas partes, parecería casi una ciudad europea.
He llegado al alojamiento bastante temprano y no había nadie. He aprovechado para sacarme la tarjeta de datos y, al volver, había llegado la pareja que lleva el alojamiento. Son encantadores, el hombre un crack, aunque le entiendo la mitad del acentazo que tiene. Después de Brasil se agradece aún así comunicarse en español. Le he preguntado por el tema de los indigentes y me cuenta que es un problemón gordo. La alcaldía les da tres comidas gratis al día y la droga es baratísima, una dosis vale menos de un dólar. Esto hace que muchos colombianos, venezolanos e incluso europeos terminen en la calle consumiendo y acudiendo a comer a las zonas habilitadas. Cuando no duermen, recogen basura o piden dinero con el que se sacan lo suficiente para consumir. Me comenta que al ser domingo se nota más porque está todo cerrado y apenas hay gente en la calle, pero entre semana pasa más desapercibido. Me ha recalcado que, aun así, no hacen nada malo. Realmente en el estado físico que se encuentran poco pueden hacer.
He dejado las cosas y me he ido a sacar dinero y recorrer la ciudad. Me he pegado una pateada increíble. Eso sí, antes me he metido a un restaurante y me han puesto una bandeja de carnaza por el equivalente a 7 euros, espectacular.
La ciudad tiene cosas objetivamente bonitas. Muchos monumentos, gente bailando en la calle, ambiente de bares, muchísimas zonas verdes, muchísima policía, las esculturas de Botero, una zona moderna tipo la Ciudad de las Ciencias... Lo único es que en el centro la miseria es muy notable y cuesta que no cobre el protagonismo. El colmo es que en la misma plaza Botero, el mismísimo centro, hay varias calles llenas de prostitutas. He pasado por ahí como a las 3 de la tarde, he empezado a ver chicas muy jóvenes vestidas bastante ligeras y he pensado "tela cómo de sexualizadas van aquí las crías". En esto que me fijo que cada vez que miraba a una, me miraba y me sonreía y ahí ya he pensado me he dado cuenta de la situación. Fijándome bien había hasta mujeres muy mayores, pero lo más descarado eran niñas de discutible mayoría de edad, y con la policía al lado. He estado leyendo y se ve que es un problema que se ha acrecentado con la inmigración venezolana en los dos últimos años, nunca había visto algo así de descarado a plena luz del día. En Quito había una calle, pero se ponían al atardecer y eran 4 o 5. Aquí son muchísimas, más que turistas. He estado un rato en la plaza Botero y he aprovechado una pareja de policias que había al inicio de la calle de las prostitutas y le he preguntado que cómo es posible. Uno de los policias se ha echado a reir y muy amablemente me ha respondido que es una zona de tolerancia y que aquí al menos están controladas. Impactante.
Del centro me he alejado a la zona del Museo del Agua, la más moderna. Aquí el ambiente es otro totalmente distinto. Cero indigencia, familias en los bares y en las plazas jugando con el agua, gente vendiendo comida callejera, edificios modernos, otro rollo. Ya atardeciendo, me he vuelto para el hostal cansadísimo. Llevo un tute hoy importante. Mañana visitaré la zona de teleféricos que tienen, por lo que veo es algo parecido a lo que hay en La Paz. Por la tarde iré a la famosa Comuna 13.
De momento, el centro, como experiencia, no se puede decir que deje indiferente. Me ha dado la misma sensación que en la India, un paseo muy bonito, pero la miseria se me hace muy difícil de ignorar. Lo mejor es que no hace calor infernal ni humedad. La temperatura es perfecta.