Hoy volamos a Curazao. El avión ha salido a su hora y a las 10:30 estamos en Curazao. Es perfecto como cuadran los aviones en Colombia, ayer en el Amazonas y hoy en Curazao.
Curazao es un país que yo hace unos meses ni sabía que existía. Fue descubierta por españoles, junto con Aruba y Bonaire, y abandonada al ver que no había ni agua. Posteriormente, los piratas holandeses se asentaron formando allí una colonia y lo que hoy es Curazao, un país perteneciente al reino de los Países Bajos. Nada más llegar a Curazao nos esperaba George, el dueño del alojamiento en el que nos quedábamos. Un alemán que pasa medio año en Curazao y otro medio en Canarias. Habla español justito para comunicarnos. En el aeropuerto se ven carteles en papiamento, una mezcla de español, portugués y holandés; suena muy parecido al portugués pero sin entenderlo tan fácil. Hablan también inglés, español y holandés. Aquí manejan básicamente 4 lenguas, siendo el papiamento el más hablado por los locales junto al español.
Geroge nos ha llevado a sacar dinero, florines antillanos, y para la casa. Un chalet frente al mar, está bastante bien el alojamiento, caro que nos ha costado, aunque tampoco hay opciones muy baratas en la isla. Al poco de dejar las cosas, han venido a entregarnos el coche de alquiler. El tema del coche de alquiler es un poco raro. Las compañías no tienen permitido entrar al aeropuerto por lo que no puedes recoger el coche en el mismo aeropuerto, te lo tienen que entregar en el alojamiento y tú buscarte las mañanas para ir y volver al aeropuerto. No le termino de ver el sentido. En la isla moverse en autobús es impracticable para hacer turismo, así que no ha quedado otra. El coche de alquiler nos sale por 250€ por 5 días, prácticamente igual que en el eje cafetero. Ya con nuestro coche lo primero ha sido llevar la ropa a la lavandería; íbamos los dos en situación de crisis con la ropa después de la selva. Nos hemos quedado con una camiseta y el bañador, el resto de la ropa estaba para quemarla. De la lavandería al supermercado. Los precios me recuerdan tanto a Belice como a Costa Rica. El litro de leche a casi 2 euros y cosas básicas mucho más caras que en España. En este país debe haber una desigualdad brutal.
Hemos comprado cerveza, hielo y cosas para picar en la playa para irnos directamente a lo que hemos venido a hacer aquí: playa. Hemos ido a una playa que está cerca, Cas Abao. El paisaje recuerda mucho a Fuerteventura, en cuanto a aridez, cactus y mucho viento. Predomina un tipo de cactus tipo candelabro que llaman kadushi; está toda la isla llena, con una densidad tremenda. Hay otro árbol que llaman "divi divi", del que se alimentan unas cotorras de cabeza naranja, y el árbol del manzanillo, común en toda Centroamérica y bastante venenoso al tacto.
La playa de hoy es privada. Se paga 5€ por entrar. Es una playa de arena finísima y agua turquesa totalmente cristalina. La orilla está llena de restos de coral. Una especie de restaurante llena su parte de la playa de sombrillas de cañas que puedes alquilar por 6€. La playa tampoco está muy llena y, al ser grande, se está bastante bien. Nos hemos traído unas neveras y somos los únicos de toda la playa que estamos en nuestras toallas en la arena, bebiendo cerveza con la nevera al lado, más gañanes imposible pero es que los precios en el bar son prohibitivos, la cerveza en el restaurante 7€ la lata... Esto también da para otro Pantomima Full.
La playa acompañado sabe mejor, que ganas tenía de esto. La gente que hay principalmente son parejas, posiblemente de luna de miel, y jubilados. El agua está un pelín fresquita. Da un poco de cosa al meterte pero luego se está especial. La época caliente empieza en abril, el agua estará ahora a unos 24 grados como mucho. Hace viento, pero viene de atrás por lo que el mar está plano, aunque se hace algo molesto en la arena. Hemos estado un rato bañándonos y haciendo snorkel. Bastante bueno. Es muy parecido a Honduras pero con mucha mejor visibilidad. Coral blando tipo gorgonias, esponjas tubulares, peces tropicales tipo ángel, cirujano, loros y demás; una morena y hasta un gusano de fuego.
De vuelta del snorkel, nos hemos echado otra cerveza y nos hemos ido a dar un paseo por la playa. Hemos estado hasta las 18:00, que es cuando cierran la playa, una hora antes del atardecer. De vuelta, hemos parado en el súper a comprar ya la comida para estos días. Antes de ir al alojamiento, hemos parado en la playa del resort en el que nos quedamos para ver el atardecer.
Ya en la casa, nos hemos puesto a hacer la cena cuando hemos tenido el momento de crisis. Han empezado a salir una especie de minicucarachas de la zona del fregadero. Estábamos ya haciendo las maletas para llamar al seguro y que nos recogieran en helicóptero cuando hemos detectado el origen: una especie de tostador debajo del fregadero. Menos mal que habíamos comprado insecticida. Hemos sacado fuera el tostador y hemos inundado todo de insecticida. Nos hemos salido fuera y, mientras esperábamos a que se ventilara, se ha ido la luz completamente. Resulta que se ha ido la luz en toda la isla y no es algo raro que pase. Ya ventilado el apartamento, hemos vuelto a entrar. De momento no hay señales de vida, así que parece que se queda en un susto la crisis de las cucarachas. Manda narices que habiendo estado en toda Centroamérica, el alojamiento donde más bichos me salen sea el más caro del viaje.
Mañana más playa.