Depertarse frente al mar, con un silencia total no está pagado. Hemos desayunado en la terracita y nos hemos ido para la zona oeste de la isla.
La idea era pillar un par de kayaks en un pueblo que se llama Santa Cruz e ir hasta una cueva y una calita. Hemos llegado al pueblo temprano, solo había perros. Nos hemos acercado a la zona de kayaks y nos ha atendido el hombre más desagradable de la isla. Imagino que esta gente hará negocio con los cruceros porque tratando así al turista independiente... mal negocio. Entre eso, el viento que hacía y que pretendía clavarnos 40€ por el kayak nos hemos dado media vuelta. Era temprano y el sol no picaba aún. En el pueblo de al lado tenía marcada una mini ruta por el parque nacional Christoffel y hemos tirado para allá.
El parque nacional es una extensión que ocupa prácticamente toda la parte oeste de la isla. El senderismo es complicado porque si ahora estamos en la época fría y hace calor, en la época caliente no me quiero imaginar. La vegetación es cactus y matorral y no hay ni una sombra. Cualquier ruta que se plantee se tiene que hacer a primera hora de la mañana. Hemos hecho una rutilla corta que pasa por unas ruinas de una antigua minería y termina en un árbol famoso en Curazao que llaman el árbol de la vida para los turistas, en idioma local le llaman "palu di sia". El camino hasta el árbol es un camino de faquires. Hay una especie de acacias que llena el sendero de pinchas y en cuanto te descuidas se te clava uno. Entre lagartos y pinchos hemos llegado a los árboles. Tres árboles, uno de ellos bastante grande y con las raíces de forma curiosa que es lo que le da fama. Está bonito.
De vuelta al coche hemos ido a una de las playas más famosas, Kleine Knip. Kleine Knip es una playa metida en una bahía. De agua turquesa, bastante fotogénica, e increíblemente no está llena, hay gente pero nada loco. Yo creo que en esta isla lo que se peta de gente son los puntos que tienen los cruceros predeterminados.
Hemos estado lo que queda de mañana echando unas cerves y bañándonos tan a gusto. Hemos vuelto al alojamiento para comer, parando de camino en una salina con flamencos del Caribe, con el calor que hacía poco tiempo se podía marear ahí. Después de comer hemos ido a la otra playa famosa, groote knip. Se encuentra al lado de la de esta mañana pero esta es mucho más grande.
Groote knip me ha encantado. Tiene buen snorkel, zona de andar grande donde se ve bastante pajareo y vive una familia de cerdos. La madre se pasea por la playa, se pega sus baños y se acerca a la gente por si le cae algo. La pobre iba muerta de sed y en cuanto me ha visto la botella de agua le ha faltado correr. Le he dado de beber dos litros de agua que se bebía como si fuera una persona. Hemos echado una tarde de playa estupenda hasta el atardecer.
Ya de noche hemos vuelto para el alojamiento. Mañana vamos al plato fuerte de Curazap: una isla que se llama Klein Curazao, pequeño Curazao.