Nuestro viaje de algo más de tres semanas a La Patagonia de este año 2.024, entre los meses de enero y febrero, lo planifiqué para recorrer tres zonas distintas en la parte chilena que, de norte a sur, fueron: la Región de los Lagos, la Región de Aysén y la Región de Magallanes y, en la parte argentina, la Provincia de Santa Cruz.
Nos valimos de desplazamientos en avión dentro de Chile para cubrir las grandes distancias que separan las zonas que queríamos visitar y con coche de alquiler para movernos por ellas.
Tanto por el coste añadido del alquiler del vehículo como por la pérdida de garantías de cobertura del seguro al pasar la frontera, decidimos entrar en Argentina sólo en la parte sur, aunque, tanto en la Región de los Lagos como en la Región de Aysén, siempre estábamos muy cerca del límite entre los dos países y había cosas interesantes para visitar del otro lado.
Llegamos a Chile en vuelo directo desde Madrid y, por ser la mejor combinación disponible, nuestro primer destino en La Patagonia fue la Región de Aysén. No dejamos el aeropuerto de Santiago, ya que teníamos vuelo a Balmaceda para ese mismo día.
Tuvimos el tiempo para cambiar de terminal, comprar una tarjeta para el móvil y embarcar en un vuelo con unos asientos bastante más amplios y cómodos que en la especie de sala de tortura volante en que vinimos desde Madrid.
En este trayecto sobrevolamos la Región de los Lagos, con magníficas vistas aéreas de los volcanes con sus cumbres nevadas. Con el cielo completamente limpio, parecía que volábamos en una excursión panorámica en vuelo bajo.

A la Región de Aysén dedicamos cuatro días, que iban a incluir un tour en bote a las Capillas de Mármol en Puerto Río Tranquilo, senderismo en Cerro Castillo y la navegación al Glaciar San Rafael desde Puerto Chacabuco. Aquí el mapa de nuestro itinerario, incluida la travesía en barco.

Balmaceda es el aeropuerto y poco más. Se encuentra muy cerca de la frontera argentina y a menos de una hora de la ciudad de Coyhaique, la más importante de la región.
Allí recogimos el coche de alquiler, al que le pusimos el seguro de máxima cobertura, y fuimos advertidos de la precaución que debíamos tomar al abrir y cerrar puertas por el fuerte viento que suele ser lo más frecuente en la región.
Tomamos carretera para ir a nuestro alojamiento en Villa Cerro Castillo e hicimos el primer tramo de la famosa Carretera Austral (Ruta 7), que discurre en una buena parte de la Patagonia Chilena. En este caso, un tramo ya asfaltado, pero en bastante mal estado.

Después del largo viaje desde que salimos de Sevilla, teníamos idea de poder descansar esa noche tranquilamente y, al día siguiente, hacer los 120 kilómetros de carretera de ripio (tierra y grava) hasta Puerto Río Tranquilo, para ver Las Capillas de Mármol al mediodía o después de comer. Pero el operador del tour nos llamó para decirnos que ese día se habían suspendido desde el mediodía todas las navegaciones por el fuerte viento y que se esperaban condiciones similares para el día siguiente, por lo que nos recomendaban estuviéramos allí lo más temprano posible.
Así que, después de unas compras para hacer una cena precaria en nuestra cómoda cabaña a la orilla del río, nos acostamos temprano para el primer madrugón del viaje.