En Pekín hay seis horas más que en Bilbao.
Son las doce horas, llegamos con retraso de cuarenta y cinco minutos. En Bilbao serian las seis de la madrugada.
Bajo del avión y salgo para recoger mi querida y preciosa mochila. Pasa una maleta, luego otra y así las tropecientas mil maletas de los mas de cuatrocientos pasajeros que íbamos en el jumbo (Boeing 747). Falta la mía y la de un tío de Madrid o no se donde.
Empezamos de cráneo. Yo en Pekín, sin idea de ingles, de chino.... voy a reclamar. Espero ante un tumulto de gente, y digo tumulto porque los chinos hacen de todo menos colas. Eso no existe aquí. Por fin llego donde una chinita de Air China y le digo "my bagagge is lost, where is?" Pues joder, que consigo que me entienda. Al final hago tropecientos papeles y creo entender que está en Frankfurt, que se ha quedado allí y que al día siguiente me la llevan a mi hotel. Pues vale, me piro, pero mosqueado porque creo haber entendido que me la llevan, pero sin la seguridad de que ostias me ha dicho en chininglish.
Salgo al hall. Cambio algo de dinero y voy al exterior del aeropuerto. Muchos autobuses y todos con los caracteres en chino. ¿Cúal cojo? Compro el billete (16 yuans, que son 1'6 euros. Hacer cálculos que un euro son diez yuans) y voy a preguntar al primer autobús. De este me mandan al numero 4, del 4 al 2, del 2 al 1, otra vez al 4. Al final que me ven que me estoy empezando a mosquear, me dicen que el 3.
Me subo en el autobús 3, con seguridad cero que ese sea mi autobús. Me miran todos raro. Soy el único europeo por allí. El autobús tira, tira, tira, y yo mirando como gilipollas la ciudad como si la conociera y esperara encontrar un sitio conocido. ¿Dónde paro? Pues despliego mi plano de Pekín, y como empiezo a ver hoteles, pues comienzo a situarlos en el plano. Así hasta que me oriento. Paso la plaza de Tian-An-Men y la Ciudad Prohibida y decido bajar en la siguiente porque mi hotel me suena que esta cerca de allí. Muy buena elección la mía porque es la ultima parada, jajaja.
Bajo y vuelvo en sentido contrario. Me encuentro con un poli, le pregunto y me hace gestos de que no sabe donde es. Y así con muchos. Y eso que lo llevaba escrito en caracteres chinos. Al final poco a poco consigo que me lo expliquen. El ciudadano chino, es totalmente incapaz de interpretar un mapa (o por lo menos todos los que me he encontrado yo allí)
Entre una cosa y otra (retraso del vuelo, tiempo perdido reclamando mi mochila y luego buscando el hotel), llego al hotel a las 17:00 horas. En recepción coincido con una pareja de italianos que también acababan de llegar. Hablo algo con ellos en italiano. A las 18 horas es totalmente de noche, pero me da igual, salgo a dar una vuelta.
Voy a Tian-An-Men. Veo la Ciudad Prohibida (que es donde vivían los emperadores) por fuera. Joder con la plaza. Tiene algo más de un kilómetro de larga por casi 800 metros de ancha. Saco fotos a tutiplen de noche. Gente a patadas, todos chinos y casi ningún europeo. Van a salir unas fotos de mierda porque había casi mas luz que de día. Aquí iluminan hasta los zurullos de los perros. Hay luces como si fueran gratis. Todos los edificios como si fuera navidad. Los árboles iluminados, las farolas iluminadas, y así todo lo que os imaginéis.

Otra cosa es el tráfico. Aquí cada uno conduce como le sale de las pelotas. Mi compi Víctor aquí lo mismo gasta un talonario por hora, que se cuelga de un árbol por el puto caos que hay. Los semáforos están como en mi casa ponemos el árbol de Navidad, o sea, de adorno. No los respetan. Se pone en verde para peatones y siguen pasando, eso si, intentan esquivarte... si pueden, claro. Las bicis por todos los lados, pero con carriles solo para ellos, aunque se la pela porque van por donde quieren.
Todo dios pita por todo. Y es la forma de decirte que aunque se han saltado el semáforo, te han avisado que van a por ti, jajaja
Por la noche voy a una zona de tiendas y restaurantes a cenar algo. Lo primero que veo es una calle como si fuera Broadway. Toda llena de luces de neón y pantallas de televisión de las mismas dimensiones que una pantalla de cine de lo grande que son, y colgadas de las fachadas.
Veo un Kentucky Fried Chicken o como se escriba, un McDonalds (salvación de casi todos los guiris en el mundo y al que deberían darle el novel a la alimentación en situaciones extremas de vida), etc. Pero ¡oh sorpresa! veo un Hutong. Un hutong es un barrio típico chino como ese que se veía en la primera peli de los Gremlins, y que es como era antiguamente.
Me paseo por el barrio. El ambiente genial, la gente genial, la iluminación, las tiendas, todo increíble. Mucho restaurante y comida que huele a fritanga a distancia, pero huele bien. Veo a la gente salir con una especie de pintxo moruno como en Bilbao. Me decido a coger un pintxo moruno y me acerco a un puesto. En los palos esos, están clavados los cachos de carne, y con una pinta, color, aspecto y olor genial. Pero para desgracia mía, al lado de ellos veo otros pintxos con una especie de gusanos gordos rojos redondos, y luego unos con escorpiones canijos clavados. Así que decido probar otro día la comida china, total, tampoco me voy a morir por un día sin comer comida china. Y termino en el centro de alimentación mundial para guiris desesperados, o sea, por si no me entendéis: EL PUTO MCDONALDS.
De ahí al hotel y a dormir que estoy cansado.