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Miércoles 31 de Julio:
Hoy era nuestro último día en Jasper, y parecía que la previsión meteorológica era mejor que la de los días anteriores, así que teníamos que aprovecharlo para conocer algunos de los puntos del parque que a priori nos parecieron más interesantes.
Empezamos el día visitando el glaciar Angel. Tiene este nombre porque sus hielos se asemejan a un ángel con las alas extendidas. Lamentablemente está sufriendo mucho el cambio climático y cada día que pasa el glaciar pierde terreno. Eso sí, sigue siendo muy fotogénico ya que a los pies del glaciar hay una pequeña laguna de aguas azules y pequeños icebergs de hielo flotando en ella. Visitarlo es muy fácil. Hay que conducir hasta el monte Edith por una carretera serpenteante y al llegar arriba hay una zona de parking. Desde aquí hasta el mirador del glaciar hay un camino que sólo se tarda unos minutos en recorrer. Es bastante empinado en algunos tramos, pero es corto, y la visita bien merece el esfuerzo. Al volver al coche para bajar la carretera hacia la principal paramos en otro lago que hay muy cerca, el lago Cavell, ya que Víctor quería ver castores y tenía el presentimiento de que allí habría... pero sin suerte. Por esta zona hay algunas rutas de trekking bastante interesantes que no hicimos, y por lo visto es fácil encontrarse osos grizzly.
Al llegar a la carretera 93, la Icefields Parkway, giramos hacia el sur, en dirección a Banff. A pocos kilómetros del pueblo de Jasper se encuentra el Valle de los Cinco Lagos. Son cinco lagos dispuestos linealmente que constituyen una de las rutas de senderismo más fáciles de todo el parque, y por tanto de las más frecuentadas. El parking está junto a la carretera, y para llegar a los lagos hay que andar un rato. Nosotros hicimos la Y cerrada por arriba que aparece en este mapa, 9a, 9b y 9a otra vez.
El primer lago es el que está más al norte, y las vistas no eran nada buenas ya que está completamente rodeado de árboles, así que seguimos el recorrido. El segundo, el tercero y el cuarto son mucho más interesantes, y destacan por sus colores verdosos en el agua. Por desgracia el día estaba cubierto y los colores no eran todo lo intensos que son cuando el cielo está despejado, pero aún así nos gustó bastante. Hicimos un alto junto al tercer lago para comer allí los sándwiches que llevábamos preparados. Aquí hay un par de sillas de madera rojas, las típicas de Canadá, donde puedes hacerte una foto muy típica en un viaje por Jasper, pero estaban muy solicitadas y no nos paramos en ellas. La vuelta nos llevó más o menos unas dos horas, con parada incluida para comer. El sendero que bordea los lagos es muy fácil, prácticamente plano, pero para llegar allí sí que se pasan zonas más empinadas y complicadas, pero como digo, había bastante gente, niños incluidos, así que es asequible.
Tras la visita a los lagos volvimos a la Maligne Road, pasando por el pueblo de Jasper otra vez. Esta vez sí que pudimos llegar hasta el lago Maligne, que el día anterior fue imposible por la lluvia. El lago nos decepcionó en cierta manera, ya que está muy explotado turísticamente. Hay tiendas, restaurantes, varios parkings... y eso hace que pierda mucho encanto. La carretera acaba en el lago, así que si quieres ir más adelante sólo puedes hacerlo andando, en kayak, o sacando un billete en alguno de los barcos que lo recorren. Nosotros fuimos hasta allí para eso, para montarnos en uno de los barcos. Compramos un billete para el próximo barco que saliera y como teníamos casi una hora de tiempo aprovechamos para recorrer un poco este extremo del lago y tomarnos un café en la cafetería.
A la hora indicada nos acercamos al muelle y nos montamos en el barco. Existen varios tipos de tours, nosotros optamos por el más sencillo, el clásico, que cuesta casi 80 CAD y que en unas dos horas recorre la mitad del lago mientras una guía nos va contando curiosidades sobre la formación de lago, los animales de la zona, las primeras naciones.... todo en inglés y con el ruido del los motores del barco de fondo, aunque la conductora bajaba la velocidad cuando la guía hablaba. Después hay otros tours más avanzados para fotógrafos, con cena incluida los fines de semana, y cosas así.
www.banffjaspercollection.com/ ...urs-rates/
Estos tours son bastante populares pese a su precio y no por las vistas del lago precisamente. Realmente el lago Maligne no tiene nada de especial en la mayor parte de su extensión, en las Rocosas vimos otros muchos que le superaban. Lo que más atrae a la gente, a nosotros incluídos, es la posibilidad de visitar la Spirit Island. El lago tiene forma alargada, y justo en su parte central se encuentra esta diminuta isla que se ha convertido en una de las imágenes más icónicas de todo Canadá, junto al Lago Morraine o el Chaeteau Frointenac de Quebec. Al llegar allí nos dejaron bajar del barco frente a la isla y nos dieron un cuarto de hora para disfrutar de la zona y poder hacer fotos de la famosa isla en su majestuoso entorno.
Al terminar el paseo en barco nos volvimos a Jasper. Los desplazamientos en el parque son lentos, ya que en las carreteras puedes encontrarte con muchos animales y por tanto la velocidad es baja, hay que extremar la precaución. En esta ocasión nos encontramos un grupo de wapitis pastando al lado de la carretera. Lo que nos quedaba de tarde la aprovechamos para pasear por el pueblo de Jasper, mirar tiendas y cenar, esta vez tocó chino, y nos volvimos pronto al hotel para hacer las maletas y recoger ya que al día siguiente dejábamos la zona y seguíamos el viaje.
La verdad es que Jasper me gustó mucho más que Banff. Quizá no tiene paisajes tan espectaculares como Banff, aunque nos gustó mucho también, pero es más sencillo encontrarse con animales por aquí y el pueblo es mucho más tranquilo. Es perfecto para pasar unos días de tranquilidad y desconexión. Los dos días y medio que pasamos no tuvimos el mejor tiempo del mundo, ya que nos llovió y casi siempre estaba cubierto, pero aún así lo disfrutamos mucho.
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