Nuestro vuelo París-La Habana, iba lleno, nos comentó una azafata, que en el avión cabían exactamente 490 pasajeros y que íbamos completos.
Por lo que vimos, muchos de los viajeros eran cubanos, turistas como nosotros éramos pocos.
En la cola para subir, entablamos conversación con una cubana, que iba a ver la familia, ella vivía en Bélgica y como desde Bélgica, tenían un montón de problemas para viajar, iban a través de Francia, que las condiciones de viaje eran mas light (tema Covid).
Al ir tantos cubanos, el avión de equipaje también iba hasta los topes, ya que los cubanos aprovechan para llevar a Cuba todo lo que pueden y mas.
A la llegada a La Habana, alucinamos de los bultos que llegaron a salir por esa cinta, cada persona al menos lleva 4 bultos, vimos a uno que llegó con 2 televisores, que en mi casa no me caben de lo grandes que eran.
Esto hizo, que también dentro del avión todo el mundo llevará al menos 1 maleta de cabina y no cabían todas en los compartimentos pertinentes, haciendo que el capitán solicitara, que las maletas que no cabían en cabina, se tenían que poner en bodega.
Desde ese momento se montó un pitote en el avión, por que muchos no querían que sus maletas fueran a bodega, lo que con todo el jaleo, el avión salió 1 hora y media tarde.
Llegamos a La Habana, entre pasar aduana y esperando maletas ya eran las 23:30.
Nos faltaba 1 maleta de las 4 que llevábamos, nos temimos lo peor y nuestros malos presagios se cumplieron, nos avisaron que no habían cabido todos los bultos en bodega y que aleatoriamente habían quitado bultos, que llegarían con el próximo avión, así que nos tocó ir a reclamar, lo que hizo que llegáramos a nuestra casa de La Habana a las 0:45 horas.
Por la noche, no vimos muy bien donde estábamos, pero al día siguiente conoceríamos mejor a Vicky y podríamos ver lo mucho que habíamos acertado al escoger esta casa, para pasar nuestros días en La Habana.

Calle Barcelona nº 60 entre calle Águila y calle Amistad.
Estábamos justo detrás del Capitolio de La Habana, donde empieza Habana Centro.

Esta casa la encontramos en la web alojamientosencuba.com. Tienen casas por toda Cuba.
El sistema de funcionamiento, es que cuando ves una casa que te gusta, solicitas por mail reserva, si el propietario acepta, luego ya te mandan la dirección exacta de la casa, el mail directo del propietario y luego, yo ya me contacté a través de watsaap.
El telefono directo de Vicky es +53 52580754
Lo bueno de esta web es que pagas directamente al propietario(supongo que pagarán su comisión después a los de la web) También, en ningún momento te exigen tarjeta de crédito para hacer la reserva, tan solo que tengas la voluntad de ir, tan solo te piden que les digas el nº de vuelo con el que llegas a Cuba.
Nos costó 30€ la noche para los 4.
El desayuno, era a 5€ persona, pero le comenté a Vicky que las niñas no comían mucho, que si acaso con 2 desayunos comeríamos los 4, a lo que accedió.
Al final Vicky en realidad, nos dio desayuno igual para todos, huevos, frutas, sandwichis, zumo, no reparó en gastos y nos cobró tan solo 10€/día por desayuno para los 4.
El Sandwich de Jamón y Queso, triunfó entre nuestras hijas, estaba mejor que el que hacemos en casa

Vicky es una señora que vive sola, nos comentó que éramos de los primeros clientes que tenía, después de casi 2 años. Se lo pensó antes de aceptarnos, ya que tiene su edad y estaría en el grupo de riesgo en caso de enfermar por Covid, pero que pensó que éramos una familia y eso la tranquilizó.

Vicky es una persona muy agradable, fue como una abuela para las niñas, aún se acuerdan de ella, la verdad, por la ubicación y como nos trató, tan solo puedo recomendar encarecidamente esta casa.

El único pero que le encuentro a la casa, es que no te podías conectar a internet, aunque tuvieras la tarjeta de Etecsa, tenías que ir a algún lugar de la calle a conectarte.
Pero esto en Cuba, es bastante habitual, cada vez menos, pero lo de internet es complicado, los que no puedan vivir sin wifi, en Cuba podrían hacer una temporada de desintoxicación

