Camino a Cobh.
Desde Cork a Cobh apenas hay 22 kilómetros, pero resultan interesantes por el paisaje que se contempla según avanza el río Lee hacia su desembocadura en el océano. Así, tras cruzar un puente, aparece la bucólica imagen del Bellvely Castle “De Barrá”, muy bien conservado, quizás porque es una residencia particular.
Muy chulas son también las panorámicas que se contemplan de las hileras de casitas de colores que flanquean el extremo opuesto del río. Una imagen de postal, mejor en directo que en las fotos.
Cobh.
Esta localidad forma parte del complejo portuario de la ciudad de Cork, que es el segundo puerto natural más grande del mundo después de Puerto Jackson en Sídney. Por ello, no es extraño que su historia haya estado siempre ligada al mar. Desde aquí fueron deportados un sinfín de presos hacia penitenciarias británicas, sobre todo de Australia. Y en 1838 de aquí zarpó el Sirius, primer barco de vapor de pasajeros que surco el océano Atlántico.
Situación de Cobh en el mapa de Irlanda.
Mapa turístico de Cobh en un panel municipal.
Igualmente, supuso el punto de partida de más de dos millones y medio de irlandeses que emigraron hacia América durante los siglos XIX y XX, huyendo de la hambruna y para buscar un mejor medio de vida. En su recuerdo, se erigió una escultura que representa a Annie Moore y sus hermanos, los primeros en ser recibidos en el centro de recepción de emigrantes de Nueva York, en 1892.
Sin embargo, la efemérides más famosa de este puerto acaeció el 12 de febrero de 1912, cuando la ciudad aún se llamaba Queenstown, antes de la independencia, ya que fue donde realizó su última escala el Titanic antes de hundirse tras chocar con un iceberg. Aquí subieron a bordo 120 pasajeros y bajaron 7. Para quienes les interese el tema, hay un memorial y se puede visitar una exposición que se llama Titanic Experience Cobh. Otro hecho desgraciado se produjo cerca de sus costas, en mayo de 1915, durante la I Guerra Mundial, cuando un submarino alemán hundió el trasatlántico Lusitania, provocando la muerte de 1198 personas, algunas de las cuales yacen enterradas aquí. El puerto conserva una parte del muelle original de madera de donde partió el Titanic, así como las oficinas de la compañía naviera White Star Line. Como anexo a la antigua estación de ferrocarril, se puede visitar un museo de la ciudad, llamado Cobh Heritage Centre.
Por lo demás, Cobh es una población con mucho encanto, lo que la ha convertido en un importante destino turístico, al que acuden los cruceros.
Lugares destacados son Casament Square, el Paseo Marítimo, Old Street y West View, dos calles paralelas en cuesta, flanqueadas por encantadoras casas de colores alineadas con tejados inclinados, que ofrecen unas perspectivas preciosas tanto sobre el mar, como mirando hacia arriba.
Sobre las casas, siempre aparece la imponente estampa de Catedral de San Fiban, que se eleva sobre una colina, constituyendo el monumento más importante de Cobh.
A pesar de su apariencia de templo medieval, se trata de un edificio neogótico, construido entre 1868 y 1915.
La entrada es gratuita y dentro se conservan numerosos objetos de los trece siglos de historia de la diócesis. Pese a que no es muy antigua, el interior resulta muy interesante.
También merece la pena pasear por sus alrededores, contemplando las panorámicas de la zona del puerto desde diferentes miradores.
Me gustó mucho Cobh; lo encontré uno de los pueblos más bonitos, quizás el que más, de todos los que vi en Irlanda.
De viaje hacia Waterdford, tuvimos oportunidad de apreciar paisajes diferentes, incluyendo algunas playas.