A las 2.30 de la madrugada nos recogía nuestro autobús para visitar el templo de Abu Simbel. Una cosa que nos chocó es que en las calles siempre hay gente. Aunque sean las 3 de la madrugada, hay grupos de gente (siempre hombres) hablando o simplemente viendo la vida pasar.
Primero nos dirigimos hacia el punto de encuentro de todos los autobuses donde la policía nos controló y partimos en caravana escoltada durante poco más de tres horas a través del desierto y pasando varios controles policiales hasta esta maravilla.
En Abu Simbel hay dos Templos. El mayor erigido por Ramsés II y a su lado el dedicado a su esposa, la reina Nefertari.
Es un templo excavado en la roca y en la fachada hay esculpidas cuatro estatuas gigantescas del propio faraón. En lo más profundo del templo se encuentran cuatro estatuas sedentes de los dioses Ra, Ptah y Amón y el propio Ramsés. Los días 21 de febrero y 21 de octubre los rayos del sol naciente atravesaban todo el templo, iluminando las estatuas, salvo la de Ptah, dios de la oscuridad. Ahora este hecho ocurre los días 23 de ambos meses ya que se trasladó por la construcción de la presa de Asuán.
La presa fue construida en 1964 con el objeto de controlar las crecidas del rio Nilo y generar el 20% de la electricidad que consume Egipto. Con esta presa se creó el lago Nasser, el mayor lago artificial del mundo. También anegó diversos templos, como estos dos, el de Philae o el de Debod. Egipto pidió ayuda a la Unesco para salvarlos. Los templos fueron desmontados y trasladados piedra a piedra a nuevas ubicaciones, a salvo del agua. Para su reconstrucción se construyó una bóveda de cemento recubierta de arena y se incrustó el templo exactamente igual a como era. El templo de Debod fue regalado por Egipto a España como agradecimiento a su ayuda y se encuentra ubicado en Madrid.
A continuación, nos dirigimos al último templo que visitamos, el templo de Philae. Este se encontraba en una isla del Nilo y fue reconstruido en otra cercana más alta. Está dedicado a Isis, la diosa del amor y está considerado como uno de los más bellos. Desde esta isla se pueden ver unos pilones que sobresalen del agua, marcando el lugar donde se encontraba originalmente.
Por la tarde teníamos una navegación en faluca y, opcionalmente, una visita a un pueblo nubio. La faluca es una barca a vela típica del Nilo. La vela que monta es vela latina, que es la misma que utilizan las barcas a vela de la Albufera de Valencia.
Para la visita al pueblo nubio cambiamos a una barca a motor. En primer lugar cruzamos la primera catarata del Nilo, de la que hoy apenas quedan unos pocos remolinos.
Posteriormente llegamos a una playa natural, donde pudimos bañarnos en el río.
Desde esta playa se puede llegar al pueblo nubio en camello o en barca, medio que usamos nosotros.
Los nubios es un pueblo africano de tez muy oscura y ojos claros. Formaron parte del antiguo Egipto y eran muy importantes porque en sus tierras se encontraban las minas de oro que abastecían a los faraones.
El pueblo que visitamos es claramente turístico. Vimos una casa típica, donde nos ofrecieron té y alguno de los platos propios y donde, a cambio de la sempiterna propina, nos tatuamos con hena. También tenían cocodrilos vivos e incluso pudimos coger una cría de cocodrilo.
Con esta última visita acabó nuestro intenso pero impresionante viaje por el antiguo Egipto, esa civilización tan fascinante y de la que tantas cosas aún se desconocen. Espero que os haya gustado este diario.
Primero nos dirigimos hacia el punto de encuentro de todos los autobuses donde la policía nos controló y partimos en caravana escoltada durante poco más de tres horas a través del desierto y pasando varios controles policiales hasta esta maravilla.
En Abu Simbel hay dos Templos. El mayor erigido por Ramsés II y a su lado el dedicado a su esposa, la reina Nefertari.
Es un templo excavado en la roca y en la fachada hay esculpidas cuatro estatuas gigantescas del propio faraón. En lo más profundo del templo se encuentran cuatro estatuas sedentes de los dioses Ra, Ptah y Amón y el propio Ramsés. Los días 21 de febrero y 21 de octubre los rayos del sol naciente atravesaban todo el templo, iluminando las estatuas, salvo la de Ptah, dios de la oscuridad. Ahora este hecho ocurre los días 23 de ambos meses ya que se trasladó por la construcción de la presa de Asuán.
La presa fue construida en 1964 con el objeto de controlar las crecidas del rio Nilo y generar el 20% de la electricidad que consume Egipto. Con esta presa se creó el lago Nasser, el mayor lago artificial del mundo. También anegó diversos templos, como estos dos, el de Philae o el de Debod. Egipto pidió ayuda a la Unesco para salvarlos. Los templos fueron desmontados y trasladados piedra a piedra a nuevas ubicaciones, a salvo del agua. Para su reconstrucción se construyó una bóveda de cemento recubierta de arena y se incrustó el templo exactamente igual a como era. El templo de Debod fue regalado por Egipto a España como agradecimiento a su ayuda y se encuentra ubicado en Madrid.
A continuación, nos dirigimos al último templo que visitamos, el templo de Philae. Este se encontraba en una isla del Nilo y fue reconstruido en otra cercana más alta. Está dedicado a Isis, la diosa del amor y está considerado como uno de los más bellos. Desde esta isla se pueden ver unos pilones que sobresalen del agua, marcando el lugar donde se encontraba originalmente.
Por la tarde teníamos una navegación en faluca y, opcionalmente, una visita a un pueblo nubio. La faluca es una barca a vela típica del Nilo. La vela que monta es vela latina, que es la misma que utilizan las barcas a vela de la Albufera de Valencia.
Para la visita al pueblo nubio cambiamos a una barca a motor. En primer lugar cruzamos la primera catarata del Nilo, de la que hoy apenas quedan unos pocos remolinos.
Posteriormente llegamos a una playa natural, donde pudimos bañarnos en el río.
Desde esta playa se puede llegar al pueblo nubio en camello o en barca, medio que usamos nosotros.
Los nubios es un pueblo africano de tez muy oscura y ojos claros. Formaron parte del antiguo Egipto y eran muy importantes porque en sus tierras se encontraban las minas de oro que abastecían a los faraones.
El pueblo que visitamos es claramente turístico. Vimos una casa típica, donde nos ofrecieron té y alguno de los platos propios y donde, a cambio de la sempiterna propina, nos tatuamos con hena. También tenían cocodrilos vivos e incluso pudimos coger una cría de cocodrilo.
Con esta última visita acabó nuestro intenso pero impresionante viaje por el antiguo Egipto, esa civilización tan fascinante y de la que tantas cosas aún se desconocen. Espero que os haya gustado este diario.