26 de agosto
Hoy amanecemos sin prisas junto al Lago Van.
Nos espera un dia muy tranquilo y aprovechamos para tomar un desayuno de lujo en el bufet infinito y exquisito del hotel.
Aún dedicamos un buen rato a darles de comer a las gaviotas en la terraza de los parasoles rojos en compañia del simpático camarero. Y otro buen rato a pasear por la orilla salvaje y desolada del lago vacio.
Maletas al coche y nueva despedida que nos queda mucho viaje por delante.
Seguimos la tranquila carretera que bordea el lago hacia el Oeste. Algunos restaurantes y merenderos al borde del agua. Algunas familias turcas de vacaciones y una clara luz matinal bajo el cielo azul intenso. Recordamos que estamos a 1730 metros de altitud.
La primera parada la hacemos en GEVAS un pequeño pueblo junto al lago con un antiguo y olvidado - CEMENTERIO SELYÚCIDA - ( siglo XIV ).


Pasamos un buen rato totalmente solos entre malezas y viejas lápidas de piedra con delicados relieves. Andamos hasta el Mausoleo de Halime Hatum una exquisita y enorme tumba de forma poligonal y tejado cónico con sugerentes gravados en las viejas paredes.


Siete kilómetros más de carretera y llegamos al embarcadero de donde salen cada media hora barcos hacia la visitada
- ISLA de AKDAMAR - la segunda isla en tamaño del lago Van muy visitada por el atractivo de su Iglesia Armenia.
Subimos a uno de los barcos y navegamos durante 20 minutos en compañia de turcos de vacaciones venidos, según nos cuentan, de diversas ciudades de Turquia.


Nos acercamos rápidamente a la pequeña isla rocosa con la fotogénica Iglesia Armenia ( siglo X ) en su cima.


El sol luce muy intenso en la isla y buscamos refugio en las escasas sombras de los almendros. Las vistas son preciosas



Caminos empinados y pedregosos nos llevan desde el embarcadero hasta la cima, hasta delante de - la IGLESIA ARMENIA - Levantada en el siglo X junto a un palacio y un monasterio de los que bien poco queda. Tiene una serena perfección y su cálida piedra dorada contrasta con el azul del cielo.



Pasamos un buen rato contemplando los peculiares y bien conservados relieves de la piedra dorada. Santos, animales mitológicos y escenas bíblicas de un estilo algo naïf en las paredes exteriores de la iglesia.



En el interior aún se pueden admirar algunos sugerentes frescos bastante bien conservados en la fresca penumbra.



Otra vez en el exterior , bajo la luz intensa, volvemos a empaparnos del azul del lago rodeado por la enorme barrera de montañas en el horizonte.
Hay un sencillo chiringuito-tienda donde tomamos un refresco y unos frutos secos para reponer fuerzas.
Vuelta al barco y relajante viaje de regreso compartiendo charlas con los turistas turcos.

Son ya las dos de la tarde y en el pequeño embarcadero no hay restaurante. Así que compramos más provisiones y bebidas y emprendemos viaje hacia Tatvan.
El paisaje continua espectacular. Las grandes montañas que cierran el lago por el Oeste se acercan a las aguas obligando a la carretera a subir y bajar para poder cruzarlas. Encontramos algún moderno tunel. Luego volvemos a circular un rato por la orilla disfrutando de unas preciosas vistas hasta llegar a
- TATVAN - Otra ciudad junto al lago Van ( mucho más pequeña ) sin ningún interés histórico pero con un acogedor ambiente que nos conquistó.
A las tres y media de la tarde estamos aparcando el coche en la estrecha calle frente a la puerta del - HOTEL DINC - Hotel muy sencillo aunque suficiente y bien situado. Lo reserve por hoteles.com, pues en booking no encontré ninguno. Y teniamos la idea de dormir en Tatvan para avanzar camino y mañana poder llegar más pronto a Diyarbakir. Y también nos apetecia pasar otro atardecer junto al lago antes de entrar en las tierras áridas del interior.
Y la verdad es que Tatvan nos dejó un buen recuerdo. Paseamos un rato por la zona comercial donde las modernas tiendas han sustituido los antiguos bazares. Muchas teterías, mezquitas y vida cotidiana en perfecta armonia.
Pero lo mejor estaba en el gran y ajardinado paseo junto al Lago.
Espacio de ocio para grandes y chicos con entrañables atracciones de feria y un aroma envolvente a café turco.



Gente de vacaciones. Gente de fiesta. Fiesta discreta y mesurada sin ruidos ni extravagancias. Nos encontramos muy a gusto paseando entre ellos.
Cuando ya empieza a oscurecer, nos sentamos en una mesa del jardín del CAFÉ ORAK.

Con unos sabrosos kebabs y frente al escenario donde la aclamada cantante de voz dulce nos regala su largo repertorio de canciones turcas.
Canciones tristes y nostálgicas que nos sirven para despedir el remoto, desconocido e inalcanzable LAGO VAN.