PLAZA DE ARMAS
Nuestro itinerario vespertino lo vamos a comenzar por el mismo lugar en el que nos encontramos y nos alojamos, por la Plaza de Armas. Una gran plaza de forma rectangular.
Antes, a estas plazas las llamaban Plaza Mayor. Pero en las contiendas la plaza era utilizada como lugar de reunión de las tropas armadas y fue derivando a ese nombre de Plaza de Armas.
Su origen se remonta a los tiempos del legendario inca Manco Capac. Era como una zona pantanosa que se fue desecando.
Comprendía dos zonas separadas por el río Saphi: Huacaypata y Cusipata.
El río aún mantiene su curso pero esta soterrado. Huacaypata es la actual Plaza de Armas y Cusipata correspondería a la aledaña Plaza del Regocijo y plazoleta de la Merced. Aunque realmente la plaza alcanzaba hasta donde se encuentra hoy día la plaza de San Francisco.
Muchas edificaciones incas se aprovecharon para cimentar las construcciones coloniales que hoy pueden admirarse.
La Plaza de Armas, actualmente, es uno de los principales atractivos turísticos de la ciudad. Con su arquitectura colonial es una de las plazas más hermosas y armoniosas de América.

Los mejores ejemplos de templos religiosos como la Catedral, Capilla del Triunfo, Capilla de la Sagrada Familia, Iglesia de la Compañía de Jesús con sus capillas laterales, ocupan dos laterales de la plaza.


En los otros dos laterales se alzan edificios de no más de dos plantas mantenidos por hermosos portales con arcos coloniales. Estos edificios señorean hermosos y antiguos balcones de madera que parecen vigilantes a cualquier hora.
Arquerías coloniales y soportales que recuerdan a los de muchas ciudades castellanas.

Esos portales y sus nombres traen el recuerdo de lo que fueron. En total hay ocho portales alrededor de la Plaza de Armas. Cada uno de ellos tiene su nombre y funciona como la denominación de una calle, con su número y todo.
Si nos ponemos de frente, mirando a la catedral, el portal que se encuentra a la izquierda de la misma, ya pasada la Iglesia de la Sagrada Familia, es el Portal de Carnes. No es difícil imaginar que allí despachaban los carniceros.

Las arquerías situadas a la derecha, junto a la Iglesia del Triunfo, son el Portal de Belén. No porque allí se montara un belén, sino por la patrona de Cusco en otros tiempos, La Virgen de Belén.

En el lateral izquierdo una serie de casonas coloniales forman los portales de Harinas y de Panes.
A nuestra espalda el Portal de Confitería y el Portal de Comercio o Ropavejero. En este último es donde se ubica el Hotel Virrey que es nuestro alojamiento.


En el lateral derecho, el Portal de la Compañía, por estar al lado de la Iglesia de la Compañía y pasada la iglesia el Portal de Carrizos.

Puede que hasta sus ciudadanos no conozcan todos los nombres. La dirección que nosotros teníamos del hotel era esa, Portal de Comercio. Y para encontrarlo tuvimos que preguntar a varias personas.
En todos estos portales se distribuyen toda clase de comercios, distintos restaurantes, hoteles, tiendas de todo tipo, oficinas, agencias de viajes….
El centro de la plaza lo tienen pavimentado y muy bien adornado con bonitos jardines y arbustos.
Y una fuente adornada con dorados y con la imagen del inca Pachacutec. O eso dicen.
Tan solo lleva allí desde 2011 y hubo protestas contra el monumento dorado.

En la plaza se celebran las ceremonias más importantes de la ciudad, tanto civiles como religiosas. Epicentro cultural, religioso, histórico y turístico.
Es un devenir de gente a casi todas horas. Es un lugar repleto de historia y de historias.
Incorporarse a este devenir de la plaza y pasear bajo sus arcadas es como sumergirse en un mundo de rojos, azules, rosas y morados. Momentáneamente tus ojos se llenan de telas a rayas y sombreros como hongos. Oyes voces que te rodean y reclaman tu atención sobre postales, sombreros, gorros, llaveros….y los tours que salen desde la ciudad.
Por la plaza pasaríamos en numerosas ocasiones, pero en cada una de ellas nos ofrecía una visión diferente.
Tanto la Plaza de Armas de Cusco como todo el perímetro que conforma su Centro Histórico han recibido el merecimiento de ser Patrimonio Cultural de la Nación (1972) y Patrimonio Cultural de la Humanidad por la Unesco (1983).