Para llegar a la calle Hatun Rumiyoc desde la Plaza de Armas tan solo hay que adentrarse en la Calle Triunfo. Llamada así porque se encuentra en el lateral de la Iglesia del Triunfo.
Antes de llegar a destino se puede ver la portada de la llamada Casa de las Arpías.
En su portada se pueden ver dos de estos seres mitológicos. Es una de las casonas coloniales importantes de Cusco. Una portada manierista relevante.

Son varias las calles de Cusco con edificios coloniales que muestran como cimientos las paredes incas de piedra tallada. Ya lo hemos estado comprobando.
Pero hay una calle más afamada que atrae a muchos turistas por un detalle especial y concreto. Es la calle Hatun Rumiyoc.
Se acercan para fotografiarse junto a la popular piedra de los 12 ángulos.

Precisamente la expresión Hatun Rumiyoc significa “casa que tiene piedras grandes”
Esta casa era el palacio del Inca Roca, (aunque investigaciones posteriores lo ponen en duda), y sus muros son una muestra del perfeccionismo que alcanzaron los incas en el tallado de la piedra y en el ensamblaje de los bloques.

La popular roca de los 12 ángulos muestra el perfecto encajamiento de sus esquinas con las demás piedras. Y no solo esta piedra. El mismo efecto se puede ver en el resto de rocas, solo que ellas tienen menos ángulos.

Las piedras de Hatun Rumiyoc pertenecen al estilo conocido como irregular geométrico grande, distinto del almohadillado rectangular pequeño
Estas piedras son de diorita, un material ígneo de mucha resistencia y cualidades magnéticas. Esta última explicaría la “energía” que podría brindar la piedra si se toca.

Pero muchos visitantes van a lo rápido y no se percatan de que hay más que ver además de la famosa piedra.
Sobre estos muros ahora se contempla la arquitectura colonial y republicana. Convivencia de tres estilos. Dando lugar a una de las más bellas casonas de Cusco.
Una arquitectura colonial que aportó también su influencia árabe en el balcón en ajimez preciosamente trabajado en madera y completado con un balcón de cajón. Forma la esquina entre la calle Hatun Rumiyoq y Triunfo.

Y una notable portada barroca.

En el edificio que actualmente es el Palacio Arzobispal de Cusco y el Museo de Arte Religioso.
Con este título pues lo mismo no es una prioridad su visita. O eso pensaba yo.
Y fue una de las visitas más interesantes de la ciudad.
El Museo alberga la colección más importante de arte religioso virreinal y de obras de la conocida como Escuela Cusqueña.
Con una decoración interior de lo más fascinante.
El museo ha sido recientemente remodelado y ofrece grandes paneles explicativos. Lástima que no se pueden hacer fotos en el interior. Si en los espacios al aire como los patios.
Un hermoso patio colonial de corte renacentista con arquerías de piedra ofrece una muy buena bienvenida. Las paredes que lo rodean presentan un zócalo amplio de azulejos andaluces. En el centro una fuente o pileta bastante vistosa.


En el recorrido aparece otro patio secundario de similar factura.


Las puertas y ventanas de las distintas salas son de madera y muchas reflejan un estilo morisco. Algunos techos son de madera de cedro muy bien tallados.

Los salones son señoriales.
Como la primera sala que se visita. El Salón Dorado.
Otra sala es conocida como el Huerto, por un cuadro, “El huerto de San Antonio Abad.
La sala Libertador, con un catre de Simón Bolivar y objetos relacionados con la independencia.
Sala Orígenes. Una ilustración con una línea de tiempo muestra diversas fechas de trascendencia histórica. Lienzos de paisajes.
Sala Corpus Christi. Una de las más importantes pues recopila pinturas que representan esta famosa celebración en Cusco y sus peculiares características. Fueron encargados por el obispo Mollinedo.
Este obispo fue muy importante pues durante su obispado la ciudad conoció un florecimiento cultural y artístico sin precedentes.
Todo está muy bien relatado en los paneles que acompañan las obras.
La Capilla. Consagrada a la Inmaculada. Con un retablo de cedro y dorado. Una serie de pinturas de la Virgen y el Niño de Marcos Zapata
Sacristía.
Sala Zodíaco. Lienzos de Diego Quispe Tito. Cuadros muy particulares que corresponden a un mes del año y a una estación del viejo mundo, a un signo zodiacal y a una parábola del nuevo testamento. En esta sala hay nueve de los doce que se compone la serie
El Palacio Arzobispal tiene otras fachadas con muros incas similares a la calle Hatun Rumiyoc, que dan a la calle Herrajes y a la calle Inca Roca. En esta última dicen que algunas de sus piedras forman la silueta de un puma, una serpiente y un vaso ceremonial. Pero yo no supe distinguirlas. Y por allí ya no llegan los tours.

Si se sigue caminando desde la calle Herrajes se llega a la calle San Agustin que sigue formando parte de la zona monumental de la ciudad.
Es una bonita calle con casonas muy bien restauradas porque albergan actualmente hoteles, algunos bastante distinguidos. Casonas con balcones en madera tallada, paredes blancas y puertas y ventanas azules. Algunas en gris o negro. Se respira el aire colonial.

El nombre viene del antiguo convento de los Agustinos de Cusco, hoy Hotel Marriot. En la construcción del hotel fueron encontrados restos pre-Incas y restos de canales Incas. Los mismos fueron puestos en valor y expuesto en el hotel.

Una casa importante en esta calle es la Casa de los Cuatro Bustos.
Fácilmente identificable por los cuatro bustos que le dan nombre. En el dintel de la puerta se pueden ver cuatro bustos que representan a Juan de Salas y Valdez, su esposa, su hijo y su nuera. Dos a cada lado de un escudo central. Sobre el mismo otro gran escudo dividido en cuatro partes. La puerta está flanqueada por columnas dóricas.

Dicen que el terreno fue entregado a un hermano de Pizarro que lo vendió al marqués Juan de Salas que fue el que mandó construir la casona en dos pisos, utilizando los muros incas e introduciendo los arcos de piedra.
Después de varias vicisitudes la casona actualmente alberga un hotel. Pero no un hotel cualquiera. Pertenece a la marca The Luxury Collection de la cadena Starwood. Un hotel de cinco estrellas denominado Palacio del Inka.
Allí que nos colamos nosotros a echar un vistazo. Como dicen en su propaganda, “una gloriosa mansión”. Un gran patio a modo de Claustro de dos pisos. Uno de sus laterales recuerda bastante al claustro de la Iglesia de Santo Domingo. Otro lateral blanco con características coloniales. Es sus soportales restaurantes y bares de lujo. Arcos de piedra que comunican dependencias. Lienzos de la escuela cusqueña. Un museo con un Inca señalando una pared de estilo inca que contiene una piedra de diorita verde de ocho ángulos. Dice una leyenda que si alguien consiguiera quitar esa piedra, la pared y el palacio se derrumbaría.
Y no faltan elementos modernos mezclado con los detalles históricos que le dan su punto de actualidad y comodidad.

Perfecto para rascarse el bolsillo y pasar allí un par de noches.
Esta calle se encuentra cerca del Coricancha.