- 27 de agosto -
Nos despertamos en Pelling bien descansados y ya conscientes de que las vistas desde la gran ventana de la habitación no van a ser de las montañas del Himalaya ni de los frondosos bosques. La vista es de los pulcros y vacios hoteles del otro lado de la calle, de los perros que holgazanean en medio de la carretera y de los pájaros que descansan en la repisa de nuestra ventana.
Desayuno perfecto entre amables sonrisas y, a las 9 de la mañana nos recoge Anil para empezar el día con la visita estrella de Pelling.
- EL MONASTERIO de PEMAYANGTSÉ -
Uno de los más antiguos y emblemáticos monasterios de Sikkim construido por el lama Lhatsum Chempo en 1647.
Circulamos por la carretera que andamos ayer hasta la colina y subimos la ondulada cuesta bordeada por una larga hilera de banderolas blancas.
El coche aparca junto al monasterio por lo que no hay sensación de aislamiento. Subinos la corta escalera y ya nos atrapa la belleza y equilibrio arquitectónico del viejo Pemayangtsé.



Perfectas proporciones y armoniosa combinación de vivos colores rodeados de verdes luminosos.
Vagamos por el patio fotografiando y disfrutando mucho con el espectáculo. Estos mágicos, inolvidables espacios fueron uno de los motivos de viajar a Sikkim. Y valió la pena.



Dentro del monasterio continua el espectáculo. Un mundo desconocido y fascinante de imágenes pintadas en las paredes y esculturas de misteriosos budas de inquietante belleza ( el buda negro, el buda enfadado, el buda amante ... )


Pero por desgracia está totalmente prohibido hacer ninguna fotografia. Así que nos conformamos con mirar y con una agradable charla con el joven restaurador que está repintando las esculturas de la entrada.


Dejamos con pena el monasterio para seguir con la próxima visita
- las RUINAS de RABDENTSE -
Rabdentse fué la segunda capital del Reino de Sikkim ( del siglo XVII al XIX ). Poco queda ahora del viejo palacio, pero el exuberante y cuidado entorno merecen mucho la pena.



Caminamos una media hora hasta la cima de la colina por un frondoso bosque rodeados de verdes plantas y algunas setas. El camino es precioso.



Y estamos un rato entre las ruinas del viejo palacio vislumbrando a través de las brumas el monasterio de Pemayangtsé en la colina de enfrente.
En la parte baja del camino hacemos una corta visita al parque de los Pájaros, una de las nuevas atracciones turísticas de Pelling. Aves autóctonas y aves exóticas en un muy bien cuidado espacio.
Toca deshacer el camino y cruzar todo Pelling para llegar a la nueva visita
- el SKY WALK -
Andar por el cielo. El nuevo " templo " de Pelling que está eclipsando a los antiguos y entrañables monasterios.



Una pasarela de cristal sobre un armazón metálico. Una larga escalera hasta el enorme buda dorado que hoy se esconde tras la niebla. Un montaje selfista del siglo XXI que en los días despejados debe tener su atractivo.



Hoy el gran buda juega al escondite entre la niebla. Nosotros cumplimos poco a poco con el ritual de subir la larga escalera hasta encontrarlo.
Pero lo que realmente deseamos es visitar
- el SANGA CHOELING -
Otro antiguo y pequeño monasterio de perfectas proporciones y vivos colores que contrastan con las gastadas estupas de piedra negra.


Aquí no se llega con el coche y debemos subir unas escondidas y embarradas escaleras por detrás del barrio de los nuevos hoteles en construcción. Pero en el patio del pequeño monasterio nos parece estar en otro mundo.



Estamos otra vez solos entre la niebla y pasamos otro buen rato en el interior del Sanga Choeling donde si se permiten las fotografías.


Ya son las 3 de la tarde y cae una fina llovizna. Así que nos despedimos de Anil frente al pequeño restaurante Big Bowl donde comemos de maravilla una calentita sopa tibetana, arroz con verduras y los momos de todos los días. Muy bueno y muy barato.
Un rato de descanso en el hotel otra vez a patear las tranquilas calles de Pelling. Arriba y abajo mientras empieza a oscurecer y las gentes caminan hacia sus casas colgadas de las montañas.
Relax y té masala en la tarde de Pelling. Alguna compra en la pequeña tienda de la calle del hotel.
Y volvemos a nuestro solitario comedor donde hoy no estamos solos. En la larga mesa contigua estan cenando el joven restaurador que conocimos esta mañana y un buen grupo de monjes del monasterio.
Y nos acostamos pronto pues mañana debemos salir a las 8 para el largo día de visitas previstas.