Me he despertado al amanecer para ir al jardín de colibríes a ver si hay más actividad. He estado un buen rato pelado de frio pero bastante entretenido. No es la locura de los anteriores días pero se dejan ver varios pajaros.
Hemos desayunado a las 7. El desayuno es parecido al de ayer, añadiéndole un caldito de costillas que, con el frío, entra bien, por muy raro que suene. Nos despedimos de las termales con muy buen sabor de boca. Hemos estado en la gloria. Muy muy recomendable sin duda.
Hemos vuelto a la entrada del parque nacional. A las 8 estaba despejado, pero varias nubes al fondo del valle amenazaban con ir subiendo. El parque lo abren a las 8, pero hay que esperar hasta las 8:30 a que los guardas den una charla, pagar y entrar. Aquí nuevamente lo de madrugar no se lleva. Nos dan la charla y, tras pasar por caja, una guía se sube con nosotros al coche y vamos hasta el punto panorámico que llaman el valle de las Tumbas.
El paisaje merece la pena verlo. Se ve la fumarola del Ruiz y un par de conos volcánicos. Antes se podía acceder más adentro, pero desde 2010 hay alerta de actividad y el parque permanece cerrado hasta el punto en que nos encontramos. Te llevan hasta el cañón por el que descendió la lava de la última erupción que se llevó por delante dos pueblos enteros con miles de fallecidos. El silencio es absoluto, con piedras y ceniza volcánica alrededor. Del valle de las Tumbas y el cañón, nos lleva a un antiguo refugio en el que nos enseña las especies vegetales que se ven. De ahí seguimos bajando hasta una quebrada llena de flores y plantas con colibríes. La parte alta del parque ya se ha cubierto de nubes totalmente. Treinta minutos más tarde y no vemos nada. Nos explican las plantas y volvemos a la entrada.
A ver, el parque merece la pena verlo, es un paisaje muy bonito y la guía era buena, pero no deja de ser un tour de una hora y media por el que nos han clavado 20€ a cada uno. Me parece un exceso y la guía está de acuerdo conmigo. Ya en la entrada del parque nos dedicamos a buscar otra vez al chivito del páramo mientras nos tomamos un té de coca en la terraza del centro de visitantes. Sobre las 12:00 ponemos rumbo a Pereira para dejar el coche y coger el avión de las 17:00. Hemos salido temprano pero viendo el tráfico de Manizales y Pereira no me fio un pelo.
Antes del aeropuerto hemos parado en un bar megalocal en un barrio de Pereira. Nos han puesto menú y hemos comido por 6€ los dos. Ultra barato.
Hemos llegado temprano al aeropuerto, no había tanto tráfico. En un principio el avión iba a salir a su hora. Cuando estábamos en pista preparados para despegar, han dado un aviso y el avión ha tenido que volver a la rampa de embarque porque se ve que han detectado un error. Después de una hora terminamos despegando. Son solo 30 minutos de vuelo, pero entre que han cancelado el despegue al principio, que han subido técnicos al avión y que el vuelo ha sido 30 minutos de turbulencias, iba todo el mundo cagado. Cuando han empezado las turbulencias, el piloto se ha puesto a hablar por megafonía para tranquilizar a la gente diciendo que estaba todo normal porque se notaba el pasaje alterado desde el despegue.
Hemos llegado a las 19. Nos ha recogido el hombre del alojamiento de Bogotá que utilizaremos cuando volvamos de la selva, hemos pillado pizza para cenar y a las 21 estábamos durmiendo. Mañana volamos al Amazonas a las 5 de la mañana, un poco apretado pero hemos venido a jugar.