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Nuestro último día en Gyeongju nos lo tomamos con calma a la hora de levantarnos y es que la primera actividad del día, estaba muy cerca del hotel. El cielo, una mañana más, estaba despejado y la temperatura… más bien fresquita, 5 °C
Aunque no lo traíamos planificado desde España, estando en Gyeongju vimos que, en la otra orilla del río Namcheon, había una avenida con un montón de cerezos, así que, pensamos que sería buena idea verlo un día a primera hora de la mañana, antes de que se llenara de gente.
Aunque no lo traíamos planificado desde España, estando en Gyeongju vimos que, en la otra orilla del río Namcheon, había una avenida con un montón de cerezos, así que, pensamos que sería buena idea verlo un día a primera hora de la mañana, antes de que se llenara de gente.

Según pasamos por la avenida con el coche, vimos que era un sitio bastante turístico ya que tenían “conos” en los bordes de la carretera para que la gente no se parase en la mitad a sacarse fotos.
Al ir a primera hora, pudimos aparcar sin problema en un parking (gratuito) cercano y disfrutamos de un paseo muy agradable y saludable entre unos preciosos árboles de cerezo en plena floración.
Al ir a primera hora, pudimos aparcar sin problema en un parking (gratuito) cercano y disfrutamos de un paseo muy agradable y saludable entre unos preciosos árboles de cerezo en plena floración.


Sobre las 10h el sitio se empezó a llenar de gente e incluso llegaron un par de autobuses y ya os podéis imaginar lo que empezó a pasar. Gente corriendo entre coches para hacerse un selfi o coches yendo prácticamente parados porque iban grabando videos. Afortunadamente, nosotros ya habíamos hecho el trabajo. En fotografía, como en muchas otras cosas, se cumple el dicho “Al que madruga, Dios le ayuda”, jejeje

Una cosa muy bonita de ver en directo fue cuando se levantaba un poco de brisa y caían las hojas de los árboles. Parecía que estaba nevando. Para los que veis series coreanas, ¿os suena?

Nuestra siguiente actividad (esta sí que la traíamos planificada) era visitar el complejo de tumbas de Daereungwon. Como es un sitio bastante turístico no encontramos sitio para aparcar y tuvimos que dejar el coche en uno de los parkings habilitados (pago por uso). Por cuatro horas, pagamos 3.000 krw (1,95 €). Un precio más que razonable y además, estábamos al lado de la entrada.
Lo primero que hicimos antes de entrar en faena fue almorzar unas ricas salchichas rebozadas y nos cafés. 9.800 krw (6,40 €). También compramos unos dorayakis en una tienda famosa que los hace artesanales (venían en caja y se supone que eran para regalar, pero no llegaron a España) 18.000 krw (11,77 €).
Lo primero que hicimos antes de entrar en faena fue almorzar unas ricas salchichas rebozadas y nos cafés. 9.800 krw (6,40 €). También compramos unos dorayakis en una tienda famosa que los hace artesanales (venían en caja y se supone que eran para regalar, pero no llegaron a España) 18.000 krw (11,77 €).

El complejo de Tumbas Daereungwon, está en pleno centro de la ciudad de Gyeongju, y es el lugar donde se encuentran antiguas tumbas del período Silla. Estos túmulos funerarios son montículos distintivos sobre terreno llano, característicos únicamente del período Silla. La superficie total es de aproximadamente 600.423 m2 y alberga 50 tumbas de reyes, reinas y miembros de la alta sociedad de aquel período.
Debido a su significancia histórica y características especiales, en 2011, la Administración del Patrimonio Cultural decidió integrar todos estos túmulos y declararlos “sitio histórico”.
Debido a su significancia histórica y características especiales, en 2011, la Administración del Patrimonio Cultural decidió integrar todos estos túmulos y declararlos “sitio histórico”.


Las tumbas grandes son cámaras funerarias revestidas de madera con montículos de piedra, mientras que las pequeñas ni siquiera tienen montículos. Dentro del complejo de Daeneungwon se encuentran las tumbas de Michuwangneung, Cheonmachong y Hwangnamdaechong.
En 1973 se encontraron una corona y numerosos objetos antiguos en la tumba Cheonmachong. Recibió ese nombre porque se halló un caballo alado pintado en el colgante de una silla de montar (“Cheonmachong” significa Tumba del Caballo Celestial). La tumba tiene 47 metros de diámetro y 12,7 metros de altura.
La tumba de Hwangnamdaechong fue excavada entre 1973 y 1975. Tiene un largo de 120 metros de sur a norte, un ancho de 80 metros de este a oeste y una altura de 23 metros.
Nada más comenzar la visita, nos encontramos con dos chicos catalanes que también estaban recorriendo Corea del Sur. Estuvimos un rato muy agradable intercambiando experiencias. Si por casualidad están leyendo este diario, les mandamos un saludo.
Como no podía ser de otra manera, en una de las zonas, dentro del complejo, había un lugar para que la gente se sacara fotos con las tumbas de fondo. Como se puede ver en la foto, también había su correspondiente cola.
Como el lugar nos pareció bonito, nos pusimos al final de la cola y esperamos nuestro turno. La diferencia entre nuestra foto y la de los demás, es que en la nuestra, no sale nadie, jejeje
En 1973 se encontraron una corona y numerosos objetos antiguos en la tumba Cheonmachong. Recibió ese nombre porque se halló un caballo alado pintado en el colgante de una silla de montar (“Cheonmachong” significa Tumba del Caballo Celestial). La tumba tiene 47 metros de diámetro y 12,7 metros de altura.
La tumba de Hwangnamdaechong fue excavada entre 1973 y 1975. Tiene un largo de 120 metros de sur a norte, un ancho de 80 metros de este a oeste y una altura de 23 metros.
Nada más comenzar la visita, nos encontramos con dos chicos catalanes que también estaban recorriendo Corea del Sur. Estuvimos un rato muy agradable intercambiando experiencias. Si por casualidad están leyendo este diario, les mandamos un saludo.
Como no podía ser de otra manera, en una de las zonas, dentro del complejo, había un lugar para que la gente se sacara fotos con las tumbas de fondo. Como se puede ver en la foto, también había su correspondiente cola.
Como el lugar nos pareció bonito, nos pusimos al final de la cola y esperamos nuestro turno. La diferencia entre nuestra foto y la de los demás, es que en la nuestra, no sale nadie, jejeje


El complejo está perfectamente señalizado y preparado para que todo el mundo pueda disfrutar un agradable paseo entre “montañas” con siglos de historia. Siguiendo el mapa, intentamos que no se nos quedara ninguna en el tintero.


Después de una hora de visita, llegamos a una de las tumbas principales, ahora convertida en museo. Para acceder, hay que sacar una entrada aparte, que cuesta 3.000 krw (1,95 €) por persona.
En la tumba Cheonmachong en Hwangnam-dong, fue donde se descubrieron una corona de oro, brazaletes y otras reliquias durante la excavación realizada en 1973. El nombre de la tumba proviene de una pintura de un caballo blanco volador sobre una solapa protectora de silla de montar que cuelga a ambos lados. En la pintura, el caballo vuela hacia el cielo con la cola apuntando hacia arriba; sus patas delanteras y traseras tienen ganchos en forma de anillo y su lengua parece sobresalir, lo que expresa un espíritu divino.
Esta imagen representa al caballo celeste blanco, el dios de los animales, que posiblemente actúa como guía para llevar a los difuntos al cielo. Es una de las pocas pinturas conservadas del periodo Silla, junto con la pintura Avatamska de la época del rey Gyeongdeok, y se considera de gran valor histórico y artístico.
En la tumba Cheonmachong en Hwangnam-dong, fue donde se descubrieron una corona de oro, brazaletes y otras reliquias durante la excavación realizada en 1973. El nombre de la tumba proviene de una pintura de un caballo blanco volador sobre una solapa protectora de silla de montar que cuelga a ambos lados. En la pintura, el caballo vuela hacia el cielo con la cola apuntando hacia arriba; sus patas delanteras y traseras tienen ganchos en forma de anillo y su lengua parece sobresalir, lo que expresa un espíritu divino.
Esta imagen representa al caballo celeste blanco, el dios de los animales, que posiblemente actúa como guía para llevar a los difuntos al cielo. Es una de las pocas pinturas conservadas del periodo Silla, junto con la pintura Avatamska de la época del rey Gyeongdeok, y se considera de gran valor histórico y artístico.

La corona de oro, encontrada junto al cuerpo enterrado que la llevaba puesta, es una corona típica del reino Silla, excavada en Cheonmachong, y mide 32,5 cm de alto. Fuera del ataúd se hallaron gorros interiores y ornamentos diademáticos para la corona, junto con otros objetos funerarios. Tiene una banda circular con tres puntas en la parte frontal y dos ornamentaciones traseras en forma de astas de ciervo. Las tres puntas frontales, en forma del carácter chino 山 (“montaña”), tienen tres niveles y están decoradas con motivos similares a capullos a lo largo de sus bordes.

La corona entera está adornada con placas redondas de oro y jade curvado del que cuelgan hilos de oro trenzado, firmemente sujetos con placas doradas. A cada lado de la corona cuelgan dos colgantes de cadena de oro con lentejuelas en forma de hoja.


En uno de los rincones del museo, había un espacio audio visual donde pudimos ver demostraciones del proceso de restauración de piezas tan valiosas como el sudadero o mantilla de los caballos de la realeza de la época.
A pesar de tener que pagar un suplemento a la entrada general, a nosotros nos gustó mucho y creemos que merece la pena la visita. Nota: aunque en el cuadro resumen, hemos puesto que no hay información en español, estos vídeos, en concreto, sí que se podían poner en nuestro idioma.
A pesar de tener que pagar un suplemento a la entrada general, a nosotros nos gustó mucho y creemos que merece la pena la visita. Nota: aunque en el cuadro resumen, hemos puesto que no hay información en español, estos vídeos, en concreto, sí que se podían poner en nuestro idioma.



Para acabar la visita al complejo, fuimos a la tumba del rey Michu Isageum (r. 262–284), el primer rey del clan Kim y el decimotercer monarca del período Silla, quien impidió varias invasiones por parte de Baekje y promovió el cultivo agrícola. Esta tumba, de 12,4 metros de altura y 56,7 metros de diámetro, es un túmulo circular de tierra con una cerca que rodea todo el sepulcro como medida de protección. Frente a la tumba se encuentra el Santuario Sunghyejeon, donde se realizaban servicios conmemorativos. Fue incendiado durante la Guerra Imjin en 1592 y reconstruido en 1794.
Según una leyenda, en el año 14 del reinado del rey Yurye (297), cuando Silla era atacada por Iseoguk, aparecieron soldados con hojas de bambú en las orejas que repelieron a los invasores y luego desaparecieron. Alguien vio hojas de bambú apiladas sobre la tumba del rey Michu y pensó que su espíritu había ayudado a Silla a derrotar a Iseoguk. Por ello, la tumba también se conoce como Jukjangneung o Jukhyeongneung.
Según una leyenda, en el año 14 del reinado del rey Yurye (297), cuando Silla era atacada por Iseoguk, aparecieron soldados con hojas de bambú en las orejas que repelieron a los invasores y luego desaparecieron. Alguien vio hojas de bambú apiladas sobre la tumba del rey Michu y pensó que su espíritu había ayudado a Silla a derrotar a Iseoguk. Por ello, la tumba también se conoce como Jukjangneung o Jukhyeongneung.


Una vez terminamos la visita y antes de recoger el coche, buscamos un sitio para comer. Esta vez porque igual era un poco pronto (apenas eran las 13h30), el restaurante fue para nosotros solos. Pedimos bulgogi, que por cierto, nos encantó. 34.000 krw (22,25 €).

Para bajar la comida, pensamos que lo mejor era dar un paseo por la historia milenaria de Silla, que reinó en la península de Corea durante más de mil años (57 a.C. – 935 d.C.) y cuya capital, precisamente, fue Gyeongju. Y qué mejor, que el Gyeongju National Museum.


La Sala de Historia de Silla presenta la historia del Reino de Silla, una civilización que floreció durante mil años, desde el 57 a.C. hasta el 935 d.C., en la parte sureste de la península de Corea. Esta sala está compuesta por tres galerías:
• Galería 1: Introduce el surgimiento de Silla como reino.
• Galería 2: Destaca la tradición de la orfebrería en oro del reino.
• Galería 3: Se centra en la unificación de los Tres Reinos (Goguryeo, Baekje y Silla) y la rica cultura del período de Silla Unificada.



Sala de Arte de Silla. Esta sala presenta el esplendor del arte y la cultura budista del Reino de Silla. La Galería de Esculturas Budistas, ubicada en la primera planta, expone la belleza y diversidad de las esculturas de Silla. Está organizada en torno a tres grandes temas: historia, leyendas y la Tierra Pura.

En la segunda planta se encuentra la Galería de Templos Budistas, que presenta objetos como relicarios, tejas de techos y ladrillos decorativos de pared excavados en templos renombrados de Gyeongju, como Hwangnyongsa, Bunhwangsa y Gameunsa.

Fuera de los edificios principales, pudimos ver la Gran Campana del Rey Seongdeok, una de las piezas más emblemáticas del Museo Nacional de Gyeongju y una verdadera maravilla de la metalurgia antigua coreana. Se construyó en bronce, en el año 771, durante el reinado del Rey Hyegong, en honor a su padre, el Rey Seongdeok. Mide 3.33 mt, tiene un diámetro: 2.27 mt y pesa alrededor de 18.9 ton.
La decoración destaca por contener motivos florales, figuras celestiales y dragones que simbolizan sabiduría y protección. También está presente el Taeguk (símbolo del equilibrio) y el loto, que representan el cosmos y la pureza espiritual. Esta campana, está considerada como la mayor campana sobreviviente de Corea y un Tesoro Nacional. Su sonido era usado tanto para ceremonias religiosas como para marcar acontecimientos importantes del estado.
La decoración destaca por contener motivos florales, figuras celestiales y dragones que simbolizan sabiduría y protección. También está presente el Taeguk (símbolo del equilibrio) y el loto, que representan el cosmos y la pureza espiritual. Esta campana, está considerada como la mayor campana sobreviviente de Corea y un Tesoro Nacional. Su sonido era usado tanto para ceremonias religiosas como para marcar acontecimientos importantes del estado.

Nuestra visita continuó por la biblioteca y por el almacén (al otro lado del río), donde pudimos ver salas con miles de objetos, algunos pendientes de clasificar y otros que se usan para ir cambiando las exposiciones del museo.



Tras la “obligada” visita a la tienda del museo, cogimos el coche y nos fuimos hasta el Donggung Palace and Wolji Pond (Anapji), donde queríamos fotografiar el atardecer.
El estanque Anapji estaba originalmente ubicado cerca del palacio Banwolseong. Después de la caída de Silla, el estanque quedó abandonado durante muchos siglos. El nombre Anapji aparece en un documento de la era Joseon del siglo XVI llamado Encuesta Ampliada de la Geografía de Corea, con la explicación de que el Rey Munmu creó el estanque con estética taoísta.
El estanque Anapji estaba originalmente ubicado cerca del palacio Banwolseong. Después de la caída de Silla, el estanque quedó abandonado durante muchos siglos. El nombre Anapji aparece en un documento de la era Joseon del siglo XVI llamado Encuesta Ampliada de la Geografía de Corea, con la explicación de que el Rey Munmu creó el estanque con estética taoísta.


Como parte del proyecto de restauración de sitios históricos en Gyeongju, Anapji fue dragado y reconstruido en 1974. El proyecto de excavación a largo plazo, que tuvo lugar entre marzo de 1975 y diciembre de 1986, sacó a la luz una gran cantidad de reliquias del estanque. Las investigaciones revelaron que el estanque había estado rodeado por muros de piedra, y que cinco edificios se alzaban desde el lado oeste hasta el lado sur del estanque. También se detectaron sistemas de canales.
Se excavaron cerca de 33.000 piezas históricas, entre ellas tejas de techo únicas, materiales arquitectónicos, cerámica, figuras de Buda en bronce dorado, joyas, adornos y objetos cotidianos.
Se excavaron cerca de 33.000 piezas históricas, entre ellas tejas de techo únicas, materiales arquitectónicos, cerámica, figuras de Buda en bronce dorado, joyas, adornos y objetos cotidianos.

Poco antes de las 18h30, cuando el sol estaba a punto de esconderse, disfrutamos de un espectacular atardecer con tonos dorados y magentas increíbles.

Y como “guinda del pastel”, encendieron la iluminación de los edificios. No podíamos pedir más: palacios iluminados, reflejo en el agua y hora azul. Postal garantizada.

Cuando el cielo perdió el color azul y se volvió negro, la mayoría de la gente que estábamos dentro del recinto, fuimos saliendo (aunque la entrada está abierta hasta las 21h30) y seguñia entrado gente. Aprovechando que, junto al parking, había puestos de comida callejera, degustamos unos ricos taoyakis, unas brochetas de salchicha y pastel de arroz y también unas brochetas de pollo. Todo nos salió por 19.000 krw (12,50 €).

A las 20h15 nos retiramos al hotel. En la calle había 7 °C y en el cielo, se habían disipado las nubes que habíamos visto durante el atardecer y sólo se veían las estrellas. Compramos unos cafés y unos yogures para completar la cena. 8.600 krw (6,28 €).
*** final del día 14 ***
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