Después de comer, bajamos a Teton. Yo no me lo esperaba tan bonito!! Es un paisaje totalmente alpino, con los picos nevados, el lago y todo tan verde.
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Paramos en el Visitor Center a coger un mapa (al entrar desde Yellowstone, como la entrada vale para los dos, no hay caseta de ranger y no te dan mapa ni periódico). Nos dijeron que el mejor momento para ver animales era a primera hora de la mañana o a última de la tarde, y que la mejor zona para ver alces (que nos habíamos quedado con ganas en Yellowstone) era Oxbow Bend, así que fuimos hacia allí. Pudimos ver un alce, pero hembra, nos hubiera gustado ver un macho por los cuernos! Aún así, es impresionante, parece un caballo de grande! Nos metimos por el camino de tierra que lleva hasta el río, pero había muchos mosquitos y nos fuimos enseguida.
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Llegamos al Signal Mt. Lodge, donde teníamos hecha la reserva desde hacía meses. Cuando en su día lo miramos, estábamos entre ese y una cabina en Colter Bay, pero elegimos el Signal por su situación al lado del lago. Qué acierto! La cabañita perfecta, y la ubicación genial. Para colmo, en la guía hablaban de los famosos nachos de su restaurante, y esa noche cenamos una montonera de nachos con carne, cebolla, tomate, aceitunas, crema agria y guacamole que nos costó terminarla (y eso que era media ración y comemos mucho!). Totalmente recomendable, aunque paséis por Teton sólo de pasada, parad a comer aquí! El restaurante da justo al lago y las vistas son preciosas. Después de cenar, nos dimos cuenta de que una de las ruedas del coche estaba casi vacía… a mí me entraron los siete males, pensando que habíamos pinchado, en medio de Teton, con el pueblo más cercano (Jackson) a 45 minutos… En la gasolinera del Signal pudimos echar aire, y viendo que parecía aguantar, decidimos llamar a National para pedir que nos cambiaran el coche en Jackson al día siguiente. Llamamos a asistencia en carretera (llevábamos el seguro a todo riesgo de ealquiler, pero no habíamos cogido el “roadsafe plus” porque la de National nos dijo que no hacía falta) y nos dijeron que teníamos que llamar por la mañana, que ya no podían hacer nada, así que nos fuimos a la cama bastante acojonados pensando que igual amanecíamos otra vez sin aire, y a ver cómo llegábamos a la gasolinera!
19/06
Por suerte, la rueda parecía estar bien de aire a la mañana siguiente. Llamamos a National otra vez, y resulta que como la “sucursal” de Jackson es una franquicia, privada, no tienen obligación de darnos uno de sus coches para devolver en Los Ángeles. Y como no tenían ningún coche corporativo (o sea, de National de verdad) disponible, no podíamos cambiar el coche. Opción B: Salt Lake City, que aunque nos pillaba un poco mal, no nos parecía mal del todo. Pero también es privada, y no tenían coches. Opción C: ir a un taller, arreglar/cambiar la rueda, y guardar el recibo para que nos lo devuelvan en Los Ángeles. Esa opción era la que menos me atraía, porque prefería cambiar el coche aunque fuera pagando un suplemento por una categoría superior, pero tuvimos que conformarnos con eso. Así que los planes que teníamos para esa mañana en Teton (alquilar un kayak un par de horas por el lago, cruzar Jenny Lake...) se quedaron en eso, en planes. Lo que sí hicimos fue subir a la cima de Signal Mountain esperando ver unas vistas espectaculares del lago, y resulta que da al otro lado! Las vistas son bonitas, pero menos de lo que esperábamos. También vimos varios ciervos por allí.
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Así que al bajar volvimos a llenar la rueda (porque se había vuelto a encender el testigo de presión baja) y fuimos a Jackson sin saber qué nos iban a decir en el taller. Paramos en el National del aeropuerto, pero no hubo suerte, nos dijeron lo mismo que por teléfono, así que fuimos a un taller que es cadena porque lo hemos visto en más sitios y lo hemos visto anunciado en la tele (Big O Tires). En media hora nos dijeron que no era para tanto, que sólo tenía un clavo, y lo arreglaron por 17$. Ya más contentos, fuimos al centro de Jackson a dar una vuelta y comer. Después de varios días en los parques con su problema de escasa variedad culinaria, en Jackson nos costó elegir de la cantidad de sitios que vimos para comer. Este pueblo sí que es más del “oeste”, muy curioso, y merece una visita. Queríamos comer en un thai que nos habían recomendado en Teton, pero estaba cerrado al mediodía (vimos muchos que sólo daban cenas), así que acabamos en un mexicano (Taquería Sánchez) muy sencillito pero con unos burritos y unas quesadillas de impresión. Comimos súper bien y súper barato (17 $).
Después de comer, cogimos carretera para llegar a dormir a Rock Springs, casi en la frontera con Utah. Ese día no vimos nada más, y después de 3 horas 45 minutos llegamos al Super 8 de Rock Springs. Muy correcto, para lo que costó. Estaba limpio, tenía desayuno y wifi, y pudimos poner la primera lavadora (2$ lavar y secar). Mientras se secaba la ropa, fuimos a cenar a un chino que estaba al lado del hotel, nos pusimos hasta arriba y estaba muy bueno (27 $).