Miércoles, 9 de noviembre. Último día en Bolivia. Llego a Santa Cruz a las 12:00h. Hace mucho calor y el sol abrasa. Los puestos callejeros están cubiertos de entoldados descoloridos. Se trata de una ciudad joven, sin atractivo.


Almuerzo y tras registrarme en el hotel, doy una vuelta por la ciudad. Son las últimas horas del viaje y el entorno me resulta conocido. De repente, me sorprendo en un mercadillo copado por menonitas. Todos ellos visten como ‘Bob el manetes’ y ellas como Laura Ingalls. Sigo caminando hasta el parque del Arenal. Hace bastante aire y el agua del surtidor sobre el lago llega hasta las gradas donde veo la puesta del sol.