Al día siguiente visitamos el Museo del Louvre, ninguna de las dos somos conocidas o amante del arte, por lo tanto sólo nos interesaba ver la pintura de La Gioconda, la escultura de La Victoria alada de Samotracia y el sector egipcio que queríamos que fuera el cierre perfecto de la primera parte del viaje. Lamentablemente casi nada se nos dio bien. En la pintura de la Gioconda había tal cantidad de gente alrededor que fue un problema poder acercarse al cuadro para poder apreciarlo, el sector egipcio estaba cerrado ese día y al momento de buscar la escultura ya estábamos tan agobiadas de la gente y enojadas por el cierre del sector egipcio, que nos dirigimos directamente a la salida. Queda pendiente para la próxima.

El siguiente destino fue la Saint Chapelle, que cada vez que fui la visité, a pesar de las colas que hay normalmente, simplemente porque es preciosa.


Desde ahí fuimos a la Catedral de Notre Dam, preciosa también, desde fuera y en su interior, sus alrededores con el río Sena tan cerca y la parte parquizada de atrás hermosa, me encanta Notre Dam. En el 2019 que volví con una de mis hijas ya estaba tapiada para empezar las obras de restauración después del incendio de la torre.



En los alrededores mi amiga, fanática de las boinas parisinas, estaba como un niño suelto en una juguetería, las quería todas, se llevó, sin exagerar, una de cada color de las que había en exposición, las combina con cualquier prenda que se ponga, una genia y encima le quedan preciosas.