Nos levantamos tranquilos y sin prisas, desayunamos en una cafetería y paseamos un poco por el centro de Lisboa. Hoy vamos a ver otro de los lugares emblemáticos y lugar de reunión de la ciudad, la Plaza Don Pedro IV en Rossio. La plaza es grandísima y muy bonita, cuenta con una fuente ornamental preciosa. En ella han tenido lugar juicios, espectáculos, festivales, desfiles militares e incluso Autos de Fe durante la Inquisición. En el centro de la plaza, se encuentra la estatua de D. Pedro IV, el primer emperador del Brasil independiente. En su base, las cuatro figuras femeninas son alegorías de la Justicia, Sabiduría, Fuerza y Templanza, cualidades que se atribuyen a D. Pedro. El monumento mide 27 metros de altura. En la plaza se encuentra el Teatro Nacional Doña María II, nombre de la hija de D. Pedro. En el siglo XIX, la plaza fue pavimentada con adoquines en forma de ondas, un diseño que se ve hoy en muchas otros lugares de Portugal, y que se ha extendido a las antiguas colonias portuguesas desde Río de Janeiro en Brasil hasta Macao en China. La mayoría de los edificios alrededor del Rossio datan de la reconstrucción del centro de Pombaline llevada a cabo después del gran terremoto en 1755 , que arrasó con la mayoría de las estructuras de la zona, incluido el magnífico Hospital de Todos los Santos. Solo el Palacio de la Independencia sobrevivió al catastrófico terremoto.


Después de pasear por varios lugares sin rumbo fijo, nos vamos a Sintra a conocer el Palacio da Pena. Es el monumento más famoso de la ciudad y no es para menos, que maravilla de lugar en todos los sentidos. Para subir hay que coger un bus que te deja cerca o bien subir la cuesta andando, nosotros optamos por el autobús y el último tramo ya andando. No recuerdo cuanto nos costó la entrada

El eclecticismo es una de las señas de identidad del Palacio da Pena, cuya arquitectura, mezcla de estilos y corrientes estéticas, resulta única en el mundo En el palacio podremos observar elementos clásicos portugueses, como los azulejos que recubren las paredes, y también otros propios del Romanticismo, con numerosas referencias mitológicas y también religiosas, entre otros. La reconstrucción del palacio, data del siglo XIX y se incluyeron diversos estilos arquitectónicos con motivos mudéjares y manuelinos que se integran con torres góticas y mobiliario barroco en su interior, dando lugar a este extravagante y espectacular castillo cuyas estancias interiores también se pueden visitar y creo que nosotros no lo visitamos porque no tengo ninguna foto, toca volver


El palacio fue un antiguo monasterio de frailes jerónimos. Cuando éstos se trasladaron a la zona de Belem, en Lisboa, el rey Fernando II compró las ruinas ya que la construcción original había quedado destruida tras un terremoto y decidió construir un palacio en el lugar como obsequio para su esposa María II de Portugal. Tras la reconstrucción y ampliación fue convertirlo en residencia de verano de la familia real portuguesa. Cuando la monarquía portuguesa llegó a su fin y la familia real se vio obligada a exiliarse, el Palacio da Pena pasó a ser administrado por el Estado y permanece abierto al público desde 1910
Si optas por coger el autobús, tendrás que coger el 434 junto a la Oficina de Turismo de Sintra y llegarás hasta una explanada donde se encuentra la puerta que da acceso al Palacio y al Jardín da Pena. Ahí puedes comprar las entradas y comenzar la visita. Los coches particulares no pueden acceder, sólo los de empresas turísticas, hay parkings habilitados para ello o como os dije antes, subir la cuesta empinada llena de curvas.
Pórtico de Tritón como alegoría de la creación del mundo, una preciosidad.


Paseamos un poco por los jardines y llegamos hasta donde está la Estatua del Guerrero, una zona escarpada y poco accesible. La escultura es de 1848, posiblemente representando al Rey como guardián de su obra.

Volvemos a Lisboa y nos vamos a coger un ferry para ir al Barrio de Almada. El ferry lo cogimos en el mismo lugar donde ayer cogimos el tren para ir a Cascais, en Cais do Sodré. El ferry te lleva hasta la Terminal Fluvial de Cacilhas. Nos bajamos y vemos un galeón precioso atracado allí.


Vamos caminando por R. do Guinjal y llegamos a la Quinta da Arealva, un lugar abandonado, pero pasamos hacer alguna foto pero con un poco de respeto

Nos vamos a ver otro de los monumentos importantes de la ciudad, aunque se encuentre al otro lado del río, también es recomendable venir hasta aquí sobre todo por las vistas panorámicas de la ciudad de Lisboa, el río Tajo y el famoso Puente 25 de Abril, nos referimos al Cristo Rei, el Redentor de Lisboa. Cuando llegamos ya estaba cerrado, estuvimos hablando un rato con el vigilante por si nos dejaba pasar y decía que no se podía entrar. Al final le dije que veníamos desde España, que por favor, etc... y accedió por un soborno de un café que fue lo que nos pidió, bueno, en realidad nos dijo, vale pasar pero darme algo para un café y le dimos unos 2 euros que era lo que llevábamos suelto y tuvimos todo el Cristo para nosotros solitos en visita nocturna
la visita nocturna es bonita, pero yo creo que de día es más espectacular porque ves mucho más, pero después del paseo y el dinerillo soltado no vamos a protestar, jajajajajaja. Hicimos alguna foto y en unos 15 minutos nos fuimos ya que nos dijo que no tardáramos mucho y no queríamos ponerle en peligro al hombre después del detalle que tuvo.

Volvimos a tomar el ferry de vuelta, comimos algo y a descansar al alojamiento