A las 08:30 horas, Dashrath llegó al hotel como estaba previsto y nos llevó hacia Bikaner. El aire acondicionado del coche ya estaba arreglado y Dashrath estaba muy contento.
Nuestra primera parada fue en el Templo Karni Mata, conocido como el Templo de las Ratas. Confieso que al principio estaba un poco escéptica sobre la visita, pero al final resultó ser una experiencia fascinante. Este templo es hogar de miles de ratas sagradas, que son adoradas por los visitantes y cuidadas por los sacerdotes del templo. Las ratas son pequeñas y parecen hámsteres, y aunque al principio me dio un poco de repelús, después de unos minutos me acostumbré a su presencia. Dashrath, que es super-creyente, también entró con nosotros para hacer sus ofrendas.
Después de salir del templo, fuimos a probar una bebida local llamada Gannaa, hecha a base de caña de azúcar, lima y menta. Es una bebida muy refrescante y dulce, perfecta para combatir el calor del día.
Luego, visitamos el Fuerte Junagarh, una impresionante fortaleza construida en el siglo XVI. Aunque nos hubiera gustado tener más información sobre la historia y la arquitectura del fuerte, no encontramos ningún tipo de explicación escrita ni audioguías disponibles.
Después de preguntar a Dashrath, comprendimos que al país le interesa mantener a cuanta más gente trabajando mejor, por lo que muchos de los lugares de interés no ofrecen audioguías o explicaciones escritas para que la gente contrate a guías locales.
Después de visitar el fuerte, Dashrath nos propuso hacer un tour en tuc-tuc por el casco antiguo de Bikaner. Siiiiii!!!!!!! :D
Fue una experiencia increíble, recorriendo las pequeñas calles y admirando los havelis y las antiguas mansiones de la ciudad.
(Dashrath y yo)
Cuando acabamos del recorrido, Dashrath nos llevó a una "tienda-comisión" (como las llamábamos nosotros) y aunque le dijimos que no compraríamos nada, insistió y allí fuimos, estuvimos un rato y nos compramos nada, pero he de comentar que pudimos disfrutar mucho del recorrido con tuc-tuc.
Finalmente, nos llevó de vuelta al hotel, donde pudimos ducharnos y disfrutar de una cena en el bufé del Hotel Sagar Residency, que resultó estar muy buena y no muy picante.
Solo quiero mencionar que en la India todo se puede regatear, incluso los precios de los hoteles reservados con Booking. En algunos casos, como en este hotel, pudimos negociar el precio y obtener una tarifa más baja.
Nuestra primera parada fue en el Templo Karni Mata, conocido como el Templo de las Ratas. Confieso que al principio estaba un poco escéptica sobre la visita, pero al final resultó ser una experiencia fascinante. Este templo es hogar de miles de ratas sagradas, que son adoradas por los visitantes y cuidadas por los sacerdotes del templo. Las ratas son pequeñas y parecen hámsteres, y aunque al principio me dio un poco de repelús, después de unos minutos me acostumbré a su presencia. Dashrath, que es super-creyente, también entró con nosotros para hacer sus ofrendas.
Después de salir del templo, fuimos a probar una bebida local llamada Gannaa, hecha a base de caña de azúcar, lima y menta. Es una bebida muy refrescante y dulce, perfecta para combatir el calor del día.
Luego, visitamos el Fuerte Junagarh, una impresionante fortaleza construida en el siglo XVI. Aunque nos hubiera gustado tener más información sobre la historia y la arquitectura del fuerte, no encontramos ningún tipo de explicación escrita ni audioguías disponibles.
Después de preguntar a Dashrath, comprendimos que al país le interesa mantener a cuanta más gente trabajando mejor, por lo que muchos de los lugares de interés no ofrecen audioguías o explicaciones escritas para que la gente contrate a guías locales.
Después de visitar el fuerte, Dashrath nos propuso hacer un tour en tuc-tuc por el casco antiguo de Bikaner. Siiiiii!!!!!!! :D
Fue una experiencia increíble, recorriendo las pequeñas calles y admirando los havelis y las antiguas mansiones de la ciudad.
(Dashrath y yo)
Cuando acabamos del recorrido, Dashrath nos llevó a una "tienda-comisión" (como las llamábamos nosotros) y aunque le dijimos que no compraríamos nada, insistió y allí fuimos, estuvimos un rato y nos compramos nada, pero he de comentar que pudimos disfrutar mucho del recorrido con tuc-tuc.
Finalmente, nos llevó de vuelta al hotel, donde pudimos ducharnos y disfrutar de una cena en el bufé del Hotel Sagar Residency, que resultó estar muy buena y no muy picante.
Solo quiero mencionar que en la India todo se puede regatear, incluso los precios de los hoteles reservados con Booking. En algunos casos, como en este hotel, pudimos negociar el precio y obtener una tarifa más baja.