Tras una hora andando, estamos a punto de llegar al Poblado Iwol. Nos sentamos bajo la sombra de un árbol para reagruparnos. Y desde aquí, ya vemos que hay movimiento de personas que se trasladan por los senderos para transportar mercancías, tanto adultos como niños.

Reanudamos la marcha y llegamos al Poblado Iwol.

Aquí se encuentra el baobab sagrado más grande de toda la zona.

Aquí se siguen repartiendo galletas y frutos secos.

En este poblado, al igual que en el anterior, también hay una iglesia. Y cuentan con un colegio, al que hacemos una visita.
También nos damos una vuelta por sus calles.

Y me llama la atención que en el tejado de una de las chozas tienen puestas las linternas con pequeñas placas solares, para que se recarguen durante el día y así poder tener luz por la noche.

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