Hoy nos toca de nuevo trekking. En esta ocasión visitaremos los poblados Endiel e Iwol. La duración estimada es de unas 4horas. Como ya teníamos aprendido del día de ayer que cuando el sol aprieta es agotador, hacemos menos paradas para que no dé tiempo a que suban las temperaturas, y finalmente el tiempo que necesitamos fue de 3h.
Para llegar al inicio del trekking nos movemos en los vehículos, y una vez llegados al inicio de la ruta, nos espera un guía local. Le preguntamos a Oumar para saber por qué contrata a un guía, y nos explica que para visitar poblados de otras etnias hay que salvar dos obstáculos. El primero es pedirle permiso al jefe del poblado para que nos acepten y el segundo es que el dialecto que usan es diferente al de Oumar ya que pertenecen a otra etnia (Bedick), por lo que en caso de ser necesario, nuestro guía no puede comunicarse con ellos. En cambio, al contratar a un guía local, dejas dinero en el poblado y eso facilita la decisión del jefe del poblado (además sabe que llevamos galletas y frutos secos para la población). Y además, para cualquier cosa, nosotros nos comunicamos con este guía local en castellano, y este a su vez lo hace en su dialecto con las personas de su etnia.
El inicio de la ruta también es subiendo una colina. El motivo por el que se asentaron en zonas tan inhóspitas fue para defenderse de otras etnias que tenían mejores armas y pretendían que cambiaran su religión de animistas a musulmanes. Al negarse a hacerlo se producían conflictos, y como sabían que perderían decidieron subir por las colinas para establecer sus poblados y que no fuera fácil localizarles.
Durante la subida vemos a niños que bajan a la escuela y que agradecen el paquete de galletas. También bajan mujeres con sus mercancías en la cabeza. A ellas les va dando, el guía local, los frutos secos. En esta ocasión estamos en el poblado en unos 10 minutos.
Allí hay personas hablando y trabajando bajo la sombra de un baobab sagrado.

Y justo al lado hay una iglesia. El guía nos comenta que los cristianos también trataron de convertirlos a su religión, pero en vez de usar la fuerza, les llevaban comida y ropa. Ellos a cambio le permitieron construir una iglesia, pero aún así, siguen siendo animistas. Es decir, le rezan a los árboles, rocas, animales...

Un grupo de mujeres nos espera junto a las chozas para vendernos pulseras y collares. Una forma de ingresar algo de dinero. Algunos de nuestro grupo compraron algunas cosas para colaborar con ellas.

Nos dimos una vuelta entre las chozas y antes de salir del poblado, dos lugareños nos hacen una demostración tocando los timbales.


A continuación subimos un poco más por una pendiente para tener, a mi parecer, la panorámica más bonita del viaje. Hacemos algunas fotos, y ahora sí, toca despedirse del primer poblado y continuar la ruta hacia el segundo.
