Nuestra segunda y última excursión desde Punta Arenas fue para la ver la Colonia de Pingüinos Rey en Bahía Inútil. Esta excursión también la contratamos con una agencia. Hay gente que la hace por su cuenta, en coche de alquiler, pero se precisa pasarlo en ferry y después está el tema de que hay que conducir muchos kilómetros por carreteras de ripio.
Muy temprano por la mañana pasaron a recogernos en el hotel y nos trasladaron al muelle, para hacer la travesía en barco del Estrecho de Magallanes y llegar a Porvenir, la ciudad chilena más grande en la provincia de Tierra del Fuego.
La guía que nos acompañó, nos fue dando explicaciones, por una parte, de la historia de la formación del Estrecho de Magallanes y, por otra, del triste final de los Selk'nam, los aborígenes de Tierra del Fuego, por causa de los intereses de los colonos chilenos y argentinos.
Hace unos 10.000 años, Tierra del Fuego estaba unida al continente por un istmo, a través del cual pasaron la fauna y los humanos. El drástico cambio climático producido al final de la última glaciación, la aisló del continente.
Los Selk'nam vivieron como nómadas dedicados a la caza del guanaco sin prácticamente ningún contacto con otra cultura, incluidos los colonizadores españoles, hasta que, a principios del siglo XX, fueron prácticamente exterminados por los colonos que querían su territorio para introducir el ganado ovino.
En Porvenir, visitamos la Plaza Selk'nam, donde se representa la historia y costumbres de este pueblo y hay una placa donde se describe el genocidio que llevó a su extinción.

Después de un rápido almuerzo en Porvenir, continuamos la ruta sin más paradas por un paisaje bastante agreste y desolado, hasta llegar a Bahía Inútil, donde se encuentra el Parque Pingüino Rey.
A diferencia de Isla Magdalena, aquí los puntos de observación de los pingüinos son mucho más restringidos: hay un pequeño sendero que conduce a unos observatorios que disponen de catalejos.

Cuando nos acercábamos, había un grupo de pingüinos cerca de un observatorio, pero rápidamente se alejaron y se unieron a los demás.
Los observatorios están justo a la orilla del río Marazzi, que desemboca allí. Si se tiene la suerte de que los pingüinos estén de este lado, se les ve de cerca, si están del otro lado se les ve en la lejanía y se precisa del uso de los catalejos o de cámaras con un buen zoom para verlos en detalle.

El pingüino Rey es el segundo más grande de esta familia, tras el pingüino Emperador, que habita en la Antártida. Llega a una altura de 75 a 90 centímetros y es mucho más esbelto y llamativo que el pingüino Magallánico, por el color anaranjado del plumaje de su cabeza y cuello. Al igual que el pingüino Magallánico, el polluelo de pingüino Rey tiene un plumón marrón que va perdiendo al llegar a adulto.
La colonia de pingüinos Rey de Bahía Inútil es la única en el continente americano y llegó a desaparecer en los años ochenta. En la actualidad llega a los cien ejemplares.

Desde el año 2.010, empezaron a anidar y criar polluelos. Nosotros tuvimos la suerte de poder ver alguno de muy pocos días de vida protegidos del frío por sus madres.
La visita no se alarga demasiado, porque hay otros grupos que esperan en el centro de recepción para acceder a los observatorios. Cuando terminábamos había ya empezado a soplar un auténtico vendaval, que se puede intuir por el aspecto del mar en esta fotografía.

De regreso al autobús, el conductor nos dijo que había que apremiar, porque ya habían cerrado el paso del estrecho en Porvenir y debíamos de llegar a la mayor brevedad al Cruce Bahía Azul, más al norte, donde aún continuaban navegando ferrys.
Bahía Inútil es el lugar más austral en que hemos estado en este viaje (y también en cualquier otro). El punto azul en la captura de pantalla de mi móvil es nuestra ubicación en Google Maps en esta excursión, la masa blanca por debajo es la Antártida, de la que estábamos separados por poco más de 1.000 kilómetros. Para llegar más al sur de Bahía Inútil, hay que pasar la frontera con Argentina y llegar a Ushuaia.

Finalmente, y conducción a gran velocidad, llegamos a tiempo de encontrar aún el paso abierto a la navegación y poder volver a cruzar al continente. De lo contrario, habríamos tenido que pasar noche en Tierra del Fuego y no resulta fácil encontrar alojamiento por estas latitudes.
Para nosotros habría resultado mayor contratiempo ya que, a la mañana siguiente, recogeríamos un coche de alquiler para poner rumbo al Parque Torres del Paine.
Ya de nuevo en el continente, hicimos una breve parada en los restos de la Estancia San Gregorio, que fue el centro de un imperio ganadero construido por un emigrante asturiano de finales del XIX, llamado José Menéndez, al que el relato de nuestra guía situaba entre los responsables del extermino de los Selk'nam.
Ya de vuelta a Punta Arenas, volvimos a disfrutar de una buena cena en otro de sus agradables restaurantes y dimos por concluidas nuestras visitas en la Provincia de Magallanes.