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"Ese día viajamos por entre huertos, arroyos y bellas aldeas llenas de palomares y al atardecer llegamos a la ciudad de Isfahán, en el Iraq de los persas. Es una de las mayores y mas bellas ciudades, aunque ahora esta casi toda devastada a causa de la discordia entre la gente de la Suna y los rafidíes (shiitas), discordia que aún continua pues no dejan de pelearse entre ellos. Hay mucha fruta, sobre todo albaricoques, que son incomparables y los secan y conservan; rompen el hueso para sacar una almendra dulce. Hay membrillos también incomparables por su gordura y buen sabor, y uvas excelentes y melones de magnífica calidad que no tienen igual en el mundo, salvo los de Bujara .La gente de Isfahán tiene bella estampa y la color blanca y vistosa entreverada de rojo; son sobre todo fuertes, valientes y generosos, y rivalizan grandemente por convidarse a comer unos a otros." De nuevo seguimos los pasos de Ibn Batutta, que describe de este modo a la ciudad, sus frutos y sus gentes.
Leí en un relato del foro que “cuantos mas días en Isfahan mejor” y tomé buena nota de este consejo. Le dedicamos un día mas sacrificando la visita a Qom. Hoy nos relajaremos y disfrutaremos del bazar y las calles que rodean la plaza del Imán pero nos hemos dado el capricho de no madrugar, que ya van demasiados días al trote..
La calle sepah que conecta la avenida chahar bagh con la plaza tiene innumerables tiendas de calzado, incluso unas galerías interiores, además de estar las casas de cambio de la ciudad. Esta es la primera parada del día porque es una de nuestras debilidades. Modelos nike air max, Adidas, Salomón.. que nos hubiéramos llevado a pares, nunca mejor dicho. Los precios en estas tiendas están marcados y no son negociables, en una vemos como un local lo intenta y hasta se muestra cabreado al decirle el chico algo en farsi que suena a “esto es lo que hay amigo”. Hay que admitirle a este individuo, a pesar de su descaro al intentar negociar, un gran gusto en la moda ya que se lleva las mismas que me voy a probar yo. Ya veremos como no tenga talla.
Además de estas, que me cuestan 12 euros al cambio, nos gustan a los dos un modelo Adidas de tela vaquera desgastadas y nos compramos el mismo modelito los dos, no veas que pichis iremos cuando nos las pongamos a la vez… estas nos cuestan 8 euros.
Venga, arrancamos de nuevo pero no andamos mucho porque a 20 metros esta colgado de la entrada a la tienda el bolso vaquero diesel que combina a la perfección con las deportivas. Aunque su precio no es nada barato, 17 euros al cambio es una burrada pero el mostacho del dependiente me asusta mucho. No se cómo entrarle al regateo y además se parece a Saddam Hussein. Le muestro las zapatillas y le pongo el precio en la calculadora a ver si cuela. Salimos de la tienda con el bolso, en el que caben las deportivas gemelas y con 15 euros menos en la riñonera. Como esta claro que la cosa se nos va a ir de las manos cambiamos mas dinero un poco mas adelante y conseguimos llegar a la entrada de la plaza sin tocar estos nuevos billetes. Comentar que si no encontráis las casas de cambio no pasa nada, os asaltarán de camino muchas personas ofreciendo cambio, ahí están, a la izquierda.
Empezamos el día visitando Ali Qapu Palace. Sin mucha gente, la mayoría iraníes, visitamos sus estancias y pisos hasta llegar a la esperada sala de los instrumentos. Como visita no es tan impactante como las mezquitas de la plaza y hay zonas que están en bastante mal estado, de hecho un piso esta en reforma completa
Nos metemos de lleno en el bazar y pasa poco rato hasta que empezamos el regato en una tienda. Es enorme la cantidad de artesanía que se ve en este lugar. Pasear por los dos corredores cubiertos que bordean la plaza sin prisas es algo que se disfruta, además de tiendas hay talleres de artesanía donde poder ver, mostrando respeto y pidiendo permiso, como pintan las miniaturas, moldean jarrones o tallan en madera cuadros.
Algo queda en este mercado de lo que un día fue Isfahán, hay que buscar esos rincones, echarle un poquito de imaginación, ganas, mezclar y aparece ese bazar de la ruta de la seda que vio Rod en “el médico” o pisó Ibn Battuta. Es el encanto que tiene Isfahán y lo que se nos quedará en la memoria. Junto al lugar las artes del intercambio y los tipos que te empezarán hablando de lo que sea y como te descuides acabas en la tienda de su amigo o familiar, lo que resta algo de ese encanto, todo sea dicho.
Aprovechamos para pasar por la tienda de alfombras que nos recomendaron hace dos días pero no encontramos del tipo que queremos ni los precios son los que nos esperábamos, fuera de nuestras posibilidades.
Otro señor en nuestro paseo nos saluda en español perfecto y resulta que es amigo de Antonio, el de la guía ladrillo. Cuando le decimos que llevamos su nueva guía en la mochila se le abren los ojos y nos pide poder ver si sale él. En efecto, su tienda es catalogada como el rincón de España. Le echa fotos y nos pide poder enseñársela a otra tienda cercana que es amigo suyo y también sale en ella. A cambio un té, pues hecho.
Todos los precios se nos van del presupuesto, desestimada la alfombra ahora tiramos a jarrones pero nos obligará a facturar en la vuelta a Teherán y España.
Estamos en ese momento del día en el que todo el mundo desaparece, las tiendas cierran y el sol se hace omnipresente en el centro del cielo sin dejar lugar posible a la sombra. Hay algo que nos une a persas y españoles: la siesta. ¿circuló esta filosofía de vida por la ruta de la seda a la par que el Islam?
En la primera vuelta que hemos dado hemos localizado el restaurante Bastani donde vamos a comer, pues al igual que el cielo cuando vuelas, en este sitio parece que esta permitido ignorar la Sharia. Y que buena carta.. de entrada. Porque tajin no tienen ninguno de los dos, Couscous se ha acabado también, será por lo lleno que esta (ironía, estamos solos). Al final plato de arroz con brocheta de pollo. Eso sí el lugar tiene una decoración muy bonita, incluso una terraza muy disfrutable en otras épocas del año.
En el transcurso de la comida aparece por la hojas de la guía la hoja que me dio el señor que ofrecía camisetas a la entrada de la mezquita del imán. No me puedo creer lo que leo, ¡tiene camisetas de futbol de la selección! Es el regalo perfecto para nuestro sobrino que colecciona y viste habitualmente con camisetas de este tipo. Va a ser mas Friki con ella puesta que nosotros con nuestras zapatillas vaqueras a juego..
Tal como salimos del restaurante vamos en su búsqueda a la esquina por la que apareció a la carrera el día anterior pero no hay tienda que parezca tener ese género. Se percata un señor que llevamos el papelito en la mano y nos pregunta ¿t shorts?
- yes!!
Abre una caja junto a su mostrador a pie de calle. están ahí pero la vuelve a cerrar y nos pide con un gesto que esperemos. Al rato vuelve aparece el señor a la carrera, para variar. No tiene tienda pero su publi no es engañosa, tiene camisetas de la selección de futbol. Cogemos la del pequeño, talla de 9 años perfecta. Sin embargo no es igual que la de adulto que me pruebo yo. Varían el cuello y las mangas. El señor me insiste que esa es mi talla, la L, pero me viene pequeña. El testarudo y yo mas, hasta que cede. Tiene que ir a buscar las tallas XL si de verdad las queremos. Aquí esperamos, no problemo.
Se nos acercan 4 chicos a hablar, estudiantes de universidad uno de cada cosa. Pues bueno, al momento ya están sentados con nosotros, dos interrogando a Laura de cómo les gustan los chicos a las occidentales y los otros dos tomando nota en el móvil de cómo se dicen en español frases que no se cuándo tienen pensadas usarlas. También les enseño alguna mas cotidiana como “que pasa, co” “no lo flipes” o “quieres salami?”. Con esta última las risas ya son generalizadas, que buen rato pasamos. Pues aun se van y el señor no ha vuelto ¿las estará fabricando? No que ya viene, sofocado y exhausto que le va a dar algo.
Las XL de lujo, es la talla que me va. El único problema que al comparar los modelos de camiseta infantil con los nuestros vemos que la primera tiene una tara en el cuello, mal cosida una franja que hace una arruga muy fea. Mala suerte que el señor no tiene mas y vacía su gran caja buscando. Para el eso es no problem, es normal, que va a decir para no perder la venta pero así no nos la llevamos. ¿y que pasa ahora? Pues que el señor se tiene que ir de nuevo a buscar mas a donde acaba de ir a por las tallas XL. Su cara lo dice todo pero si quiere vender no queda mas remedio que otro paseíto para él y otra espera de cuarto de hora para nosotros
Los señores de las tiendas de al lado ya han aprovechado esta nueva espera para vendernos todo lo vendible de sus productos, hacernos 1001 ofertas y bajar el precio hasta cifras ridículas, pero no queremos ni postales, ni imanes, ni ajedreces…
Aquí esta el señor con dos camisetas nuevas así que perfecto pero ahora toca el regateo. Son 8 euros cada una, lo suyo serían las 3 por 20. Pero el señor es un encanto y con lo que se ha desvivido por nosotros ahora cómo le vamos a decir que le pagamos menos. Le pago al señor y ya que estamos le doy una sugerencia que se me ha ocurrido en el aburrimiento de nuestra segunda espera, en el que hemos podido curiosear con licencia total en su caja viendo todos los modelos. Le hago entender que el mejor articulo que tiene en su “port folio” es la camiseta de la selección así que le sugiero enseñarla a los turistas a la vez que muestra las turísticas una por cada lado, de tal manera que con un simple giro pueda enseñar las dos, turísticas y deportiva. No se si me explico bien pero el señor lo entiende perfectamente y ya no sabe cómo agradecérmelo. Lo mas que puede hacer es regalarnos un botellín de agua a cada uno y me enseña su publicidad escrita en italiano por otro chico que le compró, pidiéndome que si se lo puedo traducir al español. Me veo en una hora haciéndole un estudio de mercado o marketing como sigamos a este ritmo.
Llevamos aquí mas de una hora pero nos viene bien porque Isfahán ya ha despertado de la siesta y todo esta abierto. Nos quedan escasas dos horas para comprar nuestro souvenir y aún no lo tenemos nada claro. En un taller vemos como están haciendo una especie de copas-jarrón con hilo metálico plateado. Mientras entro a preguntar precios Laura se fuma un cigarro con disimulo en la puerta (que también esta prohibido en ramadán) a lo que entran por la puerta nuestros amigos mexicanos que conocimos el día anterior. A partir de aquí paso a un segundo plano porque es el señor iraní con su sobrino los que se enzarzan en la negociación del jarrón por mi. La mujer nos dice que estemos tranquilos que se le da muy bien y le encanta negociar… le pregunto al señor cómo va la cosa y me dice con ese acento tan característico “ya bajamos un 20% pero vamos a por mas”
La cosa se cierra en un 30% menos y ellos se llevan otro igual. Hemos triunfado.
Con tristeza volvemos para el albergue a recoger la mochila y esperar nuestro taxi que nos llevará al aeropuerto para volar a media noche a Teherán.
Pasamos por el palacio Chehel Sotun que queda frente a nuestro hotel pero esta cerrado. No tiene pinta de ser visitable y lo poco que se ve desde fuera deja entrever algo muy similar con Ali Qapu.
El hotel se ha encargado de que tengamos un taxi esperándonos para acercarnos al aeropuerto. Le pregunto por el precio pero para mi que me lo ha dicho mal o se ha dejado un cero.
El aeropuerto esta mas lejos de lo que nos esperábamos, tranquilamente a 30 kilómetros pero no se ha confundido de precio el del hotel, nos cobra 70.000. Aquí es donde nos damos cuenta de cómo funciona el negocio del taxi en Irán. Un cero mas para el turista.
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