Martes 7 de agosto
Una de mis motivaciones principales de este viaje, desde que vi un precioso documental, es visitar un pantano o humedal (llamado swamp o bayou).
Mi marido se enamoró de las fotos del fantástico diario de la viajera Annapsa y elegimos el lago Martin en Breaux Bridge.

El casero de nuestra cabaña nos trae un desayuno caliente en una cesta tipo picnic, que disfrutamos con vistas al lago y la compañía de unos simpáticos patos.

A poca distancia está el puesto de Champagne’s Cajun Swamp Tour. Reservamos hace semanas por mail el tour de las 9:30. (20$) Se recomienda evitar hacer la excursión a las horas centrales del día por el calor.
Llevábamos sólo 10 minutos montados en la barca, que es descubierta, cuando empieza a llover. Al principio no nos molestó porque los aligeraba el calor, y seguimos avanzando. El guía nos iba explicando datos sobre la zona, los caimanes y la vegetación. Vimos un par de caimanes pequeñitos cerca del agua.
Dato peculiar: las hojas de estos árboles, al entrar en contacto con el agua desprenden una sustancia similar a la citronela ¡que repele los mosquitos!

A los diez minutitos la lluvia empieza a ser más fuerte, nos resguardamos bajo los árboles, pero era tan intensa que quedamos empapados.

Hemos estado una hora en el lago, pero hemos visto muy poco. ¡Qué disgusto!


Tomamos el coche en dirección a Natchez, que se encuentra en el estado de Mississippi.
Paramos por el camino en St. Francisville para comer en un restaurante de carretera bastante bonito, The Francis Smokehouse, con raciones abundantes.
A 5 minutos en coche se encuentra la Myrtles Plantation. No vamos a hacer el tour porque tenemos el presupuesto ajustado y cuesta 15$ pero al ser un Bed & Breakfast se puede aparcar dentro y pasear por los jardines. En la tienda nos dan un mapita del complejo con las explicaciones del laguito, las cabañas, la mansión… Es bien bonito y se visita rápido. Nos encantan los enormes robles centenarios.
Llegamos a Natchez, la ciudad que en 1850 tenía la mayor cantidad de millonarios de los Estados Unidos

La Guerra Civil en EEUU inició en 1861 por una disputa del norte (Unión) contra el sur (Confederación) entre otros motivos, por la esclavitud.
En Natchez todos los negocios (mayoritariamente plantaciones de azúcar) prosperaron gracias al trabajo de la esclavitud. Aunque el sur perdió la guerra, Natchez no fue atacada por dos motivos: muchos de los habitantes eran gentes del norte que habían ido a hacerse ricos allí, así que las tropas unionistas no querían atacar a sus parientes :#l( . Y en segundo lugar, el retraso en la construcción de la línea ferroviaria hizo de Natchez un punto menos estratégico que otras ciudades que también tenían puerto en el río Mississippi pero que además, llegaba el tren.
Así que gracias al destino, aún podemos disfrutar de estas mansiones, reconvertidas en museo o en alojamiento.

En algunas se puede pasear libremente por el exterior, como es Stanton Hall o
Melrose Mansion.
En esta última contratamos también el tour guiado por el interior; son 10$ por persona. Nos atraía ésta especialmente porque mantiene el mobiliario de los habitantes de antes de la guerra. Tiene parking gratuito.
La más popular y fotogénica quizás es la Longwood, pero el presupuesto sólo nos da para una, y ésta cuesta 18$ y no está amueblada.

Otras mansiones que se pueden ver desde la calle, a través de la verja, son: Magnolia Hall, Rosalie, Auburn, Linden, Dunleith, la mayoría de ellas de estilo greek revival, con enormes columnatas en la fachada.
Para dormir esta noche hemos elegido una bonita habitación en una casa muy céntrica: The Natchez Pearl. Se alquila como si fuera un apartamento: no hay recepción, sólo nos enviaron por mail el código para abrir la habitación. Por 82€ la habitación doble, sin wifi pero podemos aparcar en la entrada.
Después de dejar el coche y las maletas en la casa damos una vuelta por el paseo peatonal que bordea el río Mississippi.
Hemos leído que la puesta de sol es bonita desde enfrente del bar Under-the-Hill Saloon y nos acercamos allí.
El bar es toda una institución entre los moteros de alrededor, y más tarde habrá música en directo, pero nos ha parecido que las vistas son mejores desde enfrente del Natchez Grand Hotel así que retrocedemos. La puesta de sol es preciosa.

No hemos visto muchos bares o restaurantes en nuestra caminata, así que cenamos en el primero que encontramos, Bowie’s Tavern, un acierto.
