Miércoles 8 de agosto
Antes de irnos de Natchez damos un paseo por el centro de la ciudad. No hay un alma en la calle. Todo son bonitas casitas con columnas blancas y jardín, un par de iglesias y la calle comercial, en la que está todo o cerrado o abandonado.
También en el centro está la William Johnson House. William Johnson fue un negro libre que vivió aquí antes de la Guerra Civil. El interesante y gratuito museo que ahora alberga el edificio contiene el testimonio de los diarios que escribió durante su vida.
Y seguimos subiendo Mississippi arriba. La siguiente parada es Vicksburg. Comemos en un restaurante de carretera en la entrada del pueblo, Goldie's Trail Bar-B-Q, es un local de lo más simple pero con raciones abundantes y comida típica.

Vicksburg tiene de interés la calle principal, Washington st y el Biedenharn Coca-cola Museum, que presume de ser el primer sitio dónde se embotelló la coca-cola en EEUU.


Aparcamos sin problema y sin pagar en la calle principal, muy cerca del museo. Y luego recorremos la calle principal con edificios de ladrillo muy bonitos y con hilo musical. Sí, sí, sonaba jazz de unos altavoces escondiditos entre los árboles. No hay un alma por la calle por dos motivos: en EEUU no se camina, se conduce; y porque hace un calor abrasador.

Visto el pueblo seguimos hacia el norte, hasta Clarksdale. Este pueblo es parada obligada para todos los viajeros de la ruta 61 porque aquí se encuentra el bar de Morgan Freeman, el Ground Zero Blues Club.
Fuimos y éramos tres parejas de turistas y dos paisanos. Los precios son los habituales (sospechábamos que al llevar la marca “Morgan Freeman” te la clavaban, pero no)

El siguiente bar fue el Red’s Lounge.
Lamentablemente tampoco había empezado a tocar la banda, pero en un lateral había un grupo de estudiantes sirviéndose de un buffet. Vino un señor que parecía empleado o quizás el dueño y nos ofreció dos platos de papel para que comiéramos. Veníamos de reventar de comer en el Ground Zero y lo rechazamos. Luego vino un adulto blanco, el profe del grupito y nos contó que aquí el tema de la hospitalidad y la comida se la toman muy en serio y nos sugiere que comamos, pero en plan amistoso. Tomamos un par de bebidas y nos vamos antes de que insistan, no queremos vernos obligados a ofenderlos seriamente.

En Clarksdale se encuentra el Delta Blues Museum que seguro que es interesante, pero pasamos de largo. Hemos elegido dos museos musicales de los muchos que hay en nuestra ruta.

Una vez más el completísimo diario de la viajera Annapsa nos sirve de inspiración y corroborado por el genial diario del viajero Dawlad nos decidimos por el alojamiento Shack Up Inn a las afueras de Clarksdale.
No sólo es un lugar único y peculiar, sino que la casita sólo nos costó 97€ por noche.

Este conjunto de chabolas destartaladas son auténticas cabañas restauradas (y bien equipadas) de los trabajadores de cuando esto era una plantación.


Para rematar la perfección del lugar,

