A las 7 de la mañana comenzamos el trekking, que recorre la Montaña de Dande, campos de termiteros champiñones, Dientes de Dande (panorámica de la sabana), gruta histórica, nacimiento de la cascada Dindefelo y Pueblo Puel en la frontera de Guinea.
Cada uno de nosotros lleva una botella de agua de un litro y medio. Con nosotros viene nuestro guía y los chóferes, de manera que cada uno puede subir a su ritmo, y ellos se dividen para ir uno con los que van más rápidos y otros haciendo de escoba.
El primer tramo es el más duro para las piernas, pues es una subida de montaña de 1h aproximadamente. Vamos con ropa cómoda y ligera, y con nuestro calzado de trekking. Bueno, todos menos los madrileños que no sabían que íbamos a hacer esta actividad tan dura.
Por el camino nos vamos cruzando con niños que van bajando para ir a la escuela. Ellos llevan un ritmo más rápido que el nuestro y la mayoría van con chanclas (cholas para las canarias).
Vamos haciendo paradas en el camino para descansar y reagruparnos.
Una de las paradas la hacemos en un mirador de la sabana.


Una vez alcanzada la cima vemos un árbol rodeado de bicicletas. Pertenecen a los niños que bajaban al colegio. Ellos van en bici desde su poblado hasta esta zona, en la que las dejan para iniciar la bajada. Una vez acabada la jornada escolar, suben durante una hora la colina a más de 40 grados y recogen las bicis para regresar a casa.

A continuación encontramos una zona delimitada con palos. Oumar nos explica que usan ese espacio para separar el fonio (cereal) de la paja. Lo hacen con los pies, y una vez separado cogen con las manos el alimento que queda mezclado con la tierra, y el viento se encarga de quitar la tierra, quedando tan solo el cereal.

Los campos están llenos de termiteros. El guía nos explica que cuando es necesario, hay personas que comen termitas, y que cuando ya no quedan en el termitero, otros animales los aprovechan para refugiarse.

Seguimos avanzando hasta llegar a los Dientes de Dande, lugar que nos recuerda a la película El Rey León.
