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Hoy hemos tenido un pequeño dilema a la hora de decidir qué espectáculo ver antes de la cena. Por un lado, hoy está el espectáculo de patinaje sobre hielo “Ice Odyssey” en el Studio B y, por otro lado, en el teatro, hacen una puesta en escena que nos parece bastante original: proyectar una película muda de Charles Chaplin mientras un pianista le pone música. Dado que el espectáculo de hielo lo repiten el día de navegación y el del cine mudo no, escogemos ir a éste último dejando el patinaje para dentro de unos días.
[align=justify]Llegamos al teatro y aquello es un solar (al finalizar el espectáculo gire la cabeza y entre las 2 cubiertas no llegué a contar 40 personas). Nos sentamos cerquita del escenario donde hay instalado un piano y esperamos la representación. Comienza la misma y se presenta Juan Nevani, pianista argentino que actúa en el barco en el Schooner Bar y que no usó el español en ningún momento. Nos cuenta en inglés que se entiende bastante bien que él tiene un proyecto personal desde hace tiempo en el que pone música en directo a diferentes proyecciones del primigenio cine, el mudo. En su país natal comenzó con la película “El chico”, de Charlie Chaplin, y ahora en el barco propuso a la naviera hacer otro tanto, creando un espectáculo propio, con la cinta “Una vida de perro” del también sin igual Charlot. La naviera dio el visto bueno y en estos instantes iba a ofrecernos lo que iba a ser el resultado final. Nos añade que el espiritu del proyecto es tocar sobre la marcha. Es decir, él se se va a sentar en el piano mirando la pantalla y va a tocar conforme las imágenes vayan pasando de manera que las piezas van a ser espontáneas según lo que él sienta en ese momento o lo que las mismas le sugieran. Así, cada representación va a ser única porque lo normal es que no se repitan las mismas canciones de una función a otra. (Comentario personal: está muy bien lo dicho pero supongo que tendrá piezas preparadas para según qué escenas porque improvisar continuamente puede cortar el ritmo de la narración).
[align=justify]Llegamos al teatro y aquello es un solar (al finalizar el espectáculo gire la cabeza y entre las 2 cubiertas no llegué a contar 40 personas). Nos sentamos cerquita del escenario donde hay instalado un piano y esperamos la representación. Comienza la misma y se presenta Juan Nevani, pianista argentino que actúa en el barco en el Schooner Bar y que no usó el español en ningún momento. Nos cuenta en inglés que se entiende bastante bien que él tiene un proyecto personal desde hace tiempo en el que pone música en directo a diferentes proyecciones del primigenio cine, el mudo. En su país natal comenzó con la película “El chico”, de Charlie Chaplin, y ahora en el barco propuso a la naviera hacer otro tanto, creando un espectáculo propio, con la cinta “Una vida de perro” del también sin igual Charlot. La naviera dio el visto bueno y en estos instantes iba a ofrecernos lo que iba a ser el resultado final. Nos añade que el espiritu del proyecto es tocar sobre la marcha. Es decir, él se se va a sentar en el piano mirando la pantalla y va a tocar conforme las imágenes vayan pasando de manera que las piezas van a ser espontáneas según lo que él sienta en ese momento o lo que las mismas le sugieran. Así, cada representación va a ser única porque lo normal es que no se repitan las mismas canciones de una función a otra. (Comentario personal: está muy bien lo dicho pero supongo que tendrá piezas preparadas para según qué escenas porque improvisar continuamente puede cortar el ritmo de la narración).
Nota histórica: El piano estuvo presente en el cine desde las primeras proyecciones de cine mudo. Ya en primeros trabajos de los hermanos Lumière existía el acompañamiento de este instrumento y su principal función fue la de acompañar a las imágenes “mudas” como un complemento de amenización y comprensión a través de diversos golpes de efecto, bien por el estilo pianístico o el repertorio escogido. Se llegó a desarrollar la profesión de pianista de cine. Normalmente tenían buen oficio y capacidad de improvisación, pues gran parte de su actuación era improvisada en el momento. Sin embargo, también se utilizaban piezas musicales ya existentes, como óperas, sinfonías y melodías populares, para acompañar las películas.
Comienza la proyección y hay que decir que nos metemos pronto en ambiente. Es como si uno retrocediera en el tiempo y estuviera viviendo los albores del 7º Arte. La trama es divertida y tierna y el pianista hace las transiciones entre escenas de manera bastante correcta y acompañan a lo que está pasando. Finaliza la película y los que estamos allí aplaudimos a rabiar. Ha sido una experiencia más que interesante y muy recomendable.
Para más abundamiento: A Dog´s life -
Tras el espectáculo nos marchamos a cenar al comedor principal. Hoy la temática de la cena es “Noche Británica”. Yo me pedí los fish&chips pero había otros manjares interesantes como la tarta de queso de cabra, roast beef con pudding de Yorkshire o pudding de caramelo.
Charlamos acerca de la película en el teatro porque nuestros compañeros de mesa también han ido a verla y nos comentan que la anfitriona que atiende a los pasajeros de habla hispana les había recomendado encarecidamente que asistieran y que se trata de una experiencia piloto para ver qué aceptación tiene y que si gusta puede que la extiendan a más barcos de la flota (objetivamente hablando, es una jugada redonda de la naviera a nivel económico: te ahorras el gasto de la actuación de un artista externo, las películas están libres de derechos por lo que tampoco tienen coste y el pianista lo tienes en plantilla).
Acaba la cena y nos pasamos un momento por el camarote a ver si vemos a Lauro (o nos ve él primero, con más probabilidad) para ver si ajustamos el aire acondicionado interior. Efectivamente, por allí anda el hombre y entre los 3, con señas y en inglés, logramos descifrar el mecanismo de la rueda para ajustar a nuestros deseos. Esta noche lo comprobaremos.
El siguiente evento que se va a llevar a cabo va a ser en la cubierta de la piscina bajo el título de “Bailando bajo las estrellas: Fiesta Toga”.
Hace una noche estupenda con una temperatura exterior muy agradable y cuando llegamos el equipo de animación está haciendo coreografías para que el pasaje baile y se lo pase bien. En un extremo de la cubierta, junto a las piscinas, han dejado una pila de sábanas y allí anda el personal cogiéndolas e intentando pergeñarse unas togas para entrar en ambiente e ir todos acorde con la temática de la fiesta. Nosotros no tenemos el talento de Balenciaga ni Pertegaz por lo que lo que pretende ser toga de senador se queda en pelliza de pastor. Bueno, allí todo el mundo va como le parece, unos mejor y otros peor pero se trata de divertirse. Baile va, baile viene, mayoritariamente pachanguero y latino y aquello se empieza a Costacrucerificar. Así son las cosas….
Tras la fiesta toga propiamente dicha continúa la fiesta en la piscina con el grupo latino Pulso Show Band pero nosotros nos vamos a la discoteca porque en un rato comienza la sesión del Dj del barco, Dj Bocambres (bautizado para consumo propio como Dj Cochambre).
Llegamos al High Notes y la sesión está a punto de empezar. Es importante estar por allí para catar los estilos musicales del pinchadiscos y ver qué nos espera a lo largo de la semana. Comienza bien con una versión “house” del September de Earth, Wind & Fire pero a continuación la mezcla con la versión original de Highway to hell de AC/DC. Inenarrable…. Ni cuadra en bpm´s ni en estilo. Vamos, como un huevo a una castaña…. Ya está el testeo hecho… Lo llevamos claro…
Nos sentamos y hacemos memoria del día disfrutado mirando por el ventanal la noche cerrada que nos envuelve.
Le pregunto a mi acompañante cómo está resultando la experiencia en el crucero, una vez que ya hemos agotado el 2º día a bordo. Está encantado de la vida y dice que esto hay que vivirlo porque no te puedes hacer una idea desde fuera lo que suponen unas vacaciones de este tipo por toda la oferta que tienes ya sea en tierra en forma de excursiones ya sea dentro del crucero con todo lo que conlleva y eso que mi mujer y yo le hemos ido enseñando estos pasados años fotos y vídeos de los cruceros en los que viajábamos. No es lo mismo ver una foto que estar donde la foto….Me alegro de que lo esté pasando bien.
Ya es tarde y nos recogemos porque mañana hay que madrugar más aún que hoy para bajar pronto a Chania, en la isla de Creta, la siguiente escala. Ya lo dice el proverbio de estas tierras: “Si quieres riquezas y honor, no te acuestes tarde”.
Volviendo por el pasillo de nuestra cubierta hasta la habitación vemos cómo es la gente de desconsiderada para con los demás: restos de comida en el suelo. ¡Qué les costará dejarlo dentro y que al día siguiente se lo lleve su cabinista….! En fin…
Acaba el día. Buenas noches.
Conclusiones que nos deja la jornada:
- Por la descripción hecha de nuestra visita a Mykonos creo que se puede traslucir algo de decepción al respecto. Y es que tal marabunta de gente le quita las ganas e ilusión a cualquiera…. Lo que no es normal es que se permita, por ejemplo, la llegada de tantos barcos en un solo día. Tanto navieras como autoridad portuaria deberían estructurarlo de una mejor manera porque esto va a morir de éxito. Salió en las noticias hace unos días que para el año que viene 2025 el gobierno griego va a establecer una tasa turística de 20 euros para cada crucerista que desembarque en las islas de Santorini y Mykonos y que con ese dinero se supone que van a mejorar las infraestructuras del lugar. Mejor organización es lo que debería haber….
- Para una futura e indeterminada visita puede ser una buena opción visitar la isla de Delos, a una media hora en ferry desde Mykonos, que fue antaño uno de los centros espirituales más importantes de la Hélade y que en la actualidad es uno de los yacimientos griegos más importantes.
- Hace mucho viento en Mykonos por lo que cuidado con las pertenencias ligeras. Vimos salir volando gorras, sombrillas para el sol….
- No hay que tenerle miedo, dentro de un orden, a experimentar todo lo que ofrecen los barcos de crucero porque son vivencias que no vas a hacer en tierra cuando regreses a casa. Consejos vendo, que para mí no tengo: en el simulador de surf, pese a ser apetecible y distinto, por ejemplo, a mí no me van a ver el pelo. De igual modo el tema de las comidas, probando platos que se desconocen o que no son de consumo cotidiano. A veces se lleva uno sorpresas...
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