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Bajar por los ascensores es misión imposible por lo que utilizamos las escaleras hasta llegar al comedor de la cubierta 4 donde el caos ya está servido. Efectivamente allí se congrega más gente que en la guerra y la tripulación intenta de manera infructuosa organizar de alguna forma la cuestión. Nos hacen pasar al interior del comedor y nos hacen ir serpenteando entre las mesas para conseguir ir haciendo hueco a toda la gente que se incorpora, habida cuenta de que, en una tacada, han llamado a 4 turnos, del 28 al 31. Nos sumamos a la fila y, mira por donde, organizando el tráfico también anda por allí nuestro entrañable Dj Bocambres, al que han reclutado para esta ardua misión.
Como me podía imaginar, y no es por echarme flores, los miembros de la tripulación que están ordenando el discurrir de la marabunta, tienen toda la pinta de estar un tanto nerviosos por la situación y empiezan a pegar voces para encauzar la fila y que las tandas por tender se vayan haciendo efectivas. También los pasajeros están bastante alterados y algunos no hacen nada más que mirar insistentemente el reloj, señal de que puede que les esté llegando la hora de salir en una excursión externa ya en tierra. Continúa el tumulto, hay avances y parones y, por fin, la hilera marcha camino hacia los tenders, polizones incluidos, nosotros servidores.
Llega la hora de la verdad para ver si la Operación Caballo de Troya obtiene sus frutos. Llegamos a un punto donde pudiera haber el último filtro con la exhibición de tickets y avanzamos con el corazón en un puño….
Afortunadamente lo que hay por allí sólo son tripulantes arreándonos metafóricamente para que espabilemos y subamos lo antes posible al tender, salir y que llegue el siguiente. Allí no hay control ninguno y respiramos, yo el primero, de alivio. Entramos en el tender, nos sentamos, esperamos a que se llene y enfilamos el contorno del crucero en dirección al puerto de Kotor, propiamente dicho.
Me encanta que los planes salgan bien, decía Hannibal Smith o la fortuna sonríe a los valientes que diría el proverbio latino.
En menos de 10 minutos atracamos en el puerto junto a un crucero que sí esta amarrado al mismo. Ya estamos en la República de Montenegro.
Nos congratulamos de que la operación haya salido a pedir de boca. Hombre de poca fe, le digo a mi acompañante.
Acotación: como dicen en los anuncios de productos financieros: “rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras”. Es decir el hecho de que a nosotros nos haya salido la jugada a pedir de boca no quiere decir que ello sea garantía de éxito si en un futuro alguien más de los que está leyendo estas líneas lo intentara siguiendo las directrices descritas. Puede ser que sí pero también que no por lo que, queridos niños, no hagáis esto en casa.
Llegamos a la entrada del casco histórico de Kotor y el recorrido previsto es el siguiente:
. Puerta del mar
. Plaza de Armas
. Torre de la Campana
. Colegiata de Santa María
. Iglesia de San Lucas
. Iglesia de San Nicolás
. Museo Marítimo
. Catedral de San Trifón
. Puerta de Gurdić
En lo relativo a los baños públicos podemos apuntar los siguientes:
. Escaleras de subida a la Torre Kampana.
. En la calle trasera a la torre del reloj, junto a la oficina de mensajería de DHL.
. Saliendo de la Colegiata de Santa María, recto y a la derecha (hay un cartel indicativo).
Kotor es una ciudad costera de Montenegro, a orillas de la bahía de Kotor, una de las zonas más escarpadas del mar Adriático. Como antecedentes históricos en el siglo I d.C., Plinio el Viejo menciona Acruvium, situado en el territorio de la actual Kotor. Después de la caída del Im-perio Romano Occidental, la región de Boka quedó bajo el dominio del Imperio Oriental (Bizancio), con Kotor como su ciudad principal. A partir de entonces la bahía se llamó Bahía de Boka Kotorska. Permaneció dentro de Bizancio hasta 1185, cuando pasa a formar parte de Raška, el estado serbio bajo la familia Nemanjić. Kotor se convirtió en un puerto importante gracias a su posición geográfica, donde la ruta marítima se encontraba con la de las caravanas que, a través del cañón del río Škurda, conducía a las minas de Brskovo, Drvenik, Trepča y Novo Brdo. En el período de 1391 a 1420, Kotor disfrutó de autonomía, después de lo cual quedó bajo el dominio de la República de Venecia hasta su caída en 1797 cuando fue cedida a Austria hasta 1806, cuando quedó bajo el dominio de Rusia, pero sólo brevemente, ya que en 1807 fue cedida a Francia.
[b]En 1814, tras el Congreso de Viena, quedó bajo el dominio de Austria, donde permaneció hasta 1918. A partir de entonces todo el país, Montenegro, siguió el destino de los estados yugoslavos, dentro del país conjunto, el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, luego en el Reino de Yugoslavia, la República Federativa Socialista de Yugoslavia hasta 1991 y luego en la unión con Serbia hasta 2006, cuando se convirtió en estado independiente tras el voto popular en referéndum. Por su parte Kotor fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
[b]En 1814, tras el Congreso de Viena, quedó bajo el dominio de Austria, donde permaneció hasta 1918. A partir de entonces todo el país, Montenegro, siguió el destino de los estados yugoslavos, dentro del país conjunto, el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos, luego en el Reino de Yugoslavia, la República Federativa Socialista de Yugoslavia hasta 1991 y luego en la unión con Serbia hasta 2006, cuando se convirtió en estado independiente tras el voto popular en referéndum. Por su parte Kotor fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1979.
Iniciamos la ruta entrando por la Puerta del Mar.
La Puerta del mar es la entrada principal al centro histórico de Kotor y fue construida durante el dominio veneciano en 1555. Tiene en la parte superior de la misma al León de San Marcos (símbolo de Venecia), una estrella comunista con la fecha de la liberación de la ciudad de los nazis y una frase del último líder y dictador yugoslavo, Josip Broz Tito: Lo que es de otros no lo queremos, lo que es nuestro nunca lo entregaremos.
Es sábado por la mañana y al gentío típico de un fin de semana nos sumamos además el pasaje de 2 cruceros de gran capacidad. Cuando llegamos a la Puerta del mar había un jaleo impresionante por la gente acumulada en la zona y, además, porque un partido político tenía puestos sus tenderetes a ambos lados de la puerta y cantaban y animaban a que la gente se acercara por allí. Esto tiene pinta de convertirse en un Mykonos 2.0. Esperemos que no….
Traspasamos la puerta y llegamos a la Plaza de Armas.
La Plaza de Armas (Trg od Oružja) es el centro neurálgico de Kotor y contiene varios palacios venecianos y construcciones del siglo XVII como el Palacio del Rector o Duque, el Teatro de Napoleón, la Torre del Reloj y el Arsenal. La Torre del Reloj fue construida en 1602 y el mismo ha funcionado ininterrumpidamente hasta nuestros excepto durante el terremoto de 1979 que sí se paró. Está ligeramente ladeada por tal motivo y la inclinación es visible sobre todo del lado derecho.
En la plaza de armas hay bastante gente paseando y muchos tomando algo en las terrazas de bares y restaurantes. La piedra blanca de los edificios así como su níveo pavimento da una luminosidad bastante apreciable unido a que hoy se presentado un día muy bueno climatológicamente hablando. Todo ello contrasta con el verde de las montañas que circundan la bahía. El entorno es digno de ver.
Desde la Plaza de Armas nos encaminamos a las murallas de Kotor (a la izquierda según se entra por la Puerta del Mar) en dirección a la Torre de la Kampana desde donde rodearemos la parte oeste del casco histórico.
El sistema de fortificaciones construido durante la época veneciana para protegerse de los ataques otomanos rodea la ciudad y llega hasta el Castillo de San Juan alcanzando los 4,5 kilómetros de longitud y una altura de hasta 20 metros. A pesar del terremoto de 1979 que dañó a muchos de los edificios de Kotor, incluyendo las murallas, se han conservado y restaurado muchos de los elementos medievales que las conforman como torres, fosos, bastiones, cisternas y puentes levadizos.
Antes de subir las escaleras salimos por la puerta Norte de las murallas para ver desde fuera las mismas así como el arroyuelo que hay por allí.
Subimos a las murallas y llegamos a la Torre Kampana desde la cual hay bonitas vistas del puerto de Kotor y el fiordo al fondo. En este punto ya hace calorcillo y la subida por la escaleras ha añadido unos grados más a nuestro cuerpo humano. La dieta alimenticia de la semana empieza a pasarnos factura….
La continuación de la visita a Kotor proseguirá en la siguiente etapa.
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