DÍA 1 – ATENAS – TERCERA PARTE – VIDA NOCTURNA ✏️ Diarios de Viajes de Mediterráneo

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A fecha de hoy todavía no he podido averiguar de qué se trata este tubo torcido. Tiene pinta de una posible salida de humos o foco de ventilación de local o sótano pero la forma es rara…. A ver si saco un rato en algún momento e investigo… De todas formas, si tú, apreciado lector, supieras la función de este elemento te agradecería infinito que pudieras ilustrarnos poniéndolo en los comentarios del diario. Gracias de antemano.


Ya vamos llegando al grupo de calles donde se concentra la oferta de restauración y, por de pronto, En Iordani, a simple vista, no tiene mesas libres. Bajamos a Bandiera y allí nos dicen que hay una lista de espera de 1 hora por lo que, ¡hasta luego, cocodrilo!.... A la vuelta, ya un poco tensos por cómo pintaba el panorama, pasamos por En Iordani de nuevo y parece algo más despejado el ambiente por lo que preguntamos y rápido nos dan en una mesa en el interior del local. Soplamos de alivio…..


Nos sentamos, nos traen la carta y una frasca con agua y pedimos, para empezar con lo clásico, ensalada griega, saganaki (queso frito) y moussaka. El ambiente es relajado y como hilo musical pasan sin solución de continuidad temas griegos que parecen de folklore, por lo que nos quitamos la espinita de la actuación en directo que pudo haber sido y no fue del Omorphi Polis. Curiosamente, uno de los temas es el que yo creo que a todo el mundo le viene a la mente cuando se habla de música griega: el Sirtaki de Zorba el Griego. Nos sonreímos y mientras nos traen la comida empezamos a lanzar nombres de artistas helenos que nos puedan sonar: Demis Roussos, Mikis Theodorakis, Nana Mouskouri, Despina Vandi, Evangelos Papathanassiou, Melina Mercoury… Al final tenemos que tirar de San Google para saber si María Callas era o no griega de origen.

Comentario al hilo: al salir a la palestra el compositor Vangelis nos acordamos de una batallita común ocurrida en París hace unos veintitantos años en la que nos propusimos encontrar alguna rareza del también compositor Jean Michel Jarre, tipo Musique pour Supermarché. Las vueltas que dimos para luego nada….. Estos abuelos cebolletas…. Vejez de águila, juventud de gorrión, que dice el proverbio griego.

Volviendo a lo que nos ocupa el restaurante está decorado como una taberna griega tradicional y las bandejas que pasan ante nosotros muestran comida con buena pinta. Por fin llega nuestra comanda y nos ponemos con ello, pudiendo concluir que está todo muy rico.


Tras abonar una cuenta bastante económica (24 euros por los 3 platos citados y el pan) decidimos darnos un último paseíto por la zona para bajar la comida y recogernos al hotel. Como muy cerca está Little Kook, el paraíso de los instagrammers, para allá que nos vamos.

Little Kook es una cafetería ubicada en la calle Karaiskaki nº17 que ha adquirido fama por adornar el establecimiento y sus exteriores de manera tematizada a lo largo del año y utilizando elementos muy rococós. Ello ha ocasionado que vaya la gente en manada a echarse las fotos correspondientes para sus redes sociales de turno. Por cierto, ya la gente no habla tan bien de lo que sirven en el lugar por lo disparado del precio y por la calidad del mismo.

Llegamos a la calle y nos topamos con la fiesta de Halloween en todo su esplendor. Objetivamente hablando, pese a ser una horterada, hay que decir que la ambientación está muy trabajada y tiene multitud de detalles alusivos a la festividad ésa anglosajona. Echa uno unos minutillos simpáticos viendo iluminación psicodélica, calabazas imposibles y todo tipo de imaginería sobre el particular.


Regresamos al hotel y nos disponemos a disfrutar de uno de los alicientes que nos ofrece el Attalos, su terraza con vistas a la Acrópolis. Subimos a la azotea y la verdad es que lo tienen muy bien montado: ambiente chillout, mobiliario de jardín, barra de bar surtiendo todo tipo de bebedizos y, lo más importante, una perspectiva lateral del conjunto de la Acrópolis espectacular acentuado por la iluminación del propio recinto y la propia luna, que llenaba el firmamento.

Nos aposentamos en unos sillones, pedimos unas cervezas a precio correcto y allí echamos un buen rato charlando, planificando el día siguiente y teniendo momentos de interna introspección con la pupila fija en el panorama que tenemos allá en el horizonte donde cada uno da rienda a sus propios pensamientos.


Como mañana habrá que madrugar decidimos recogernos. Mañana será lo más intenso en la ciudad y hay que intentar descansar. Buenas noches.

Conclusiones que nos deja el día:

- Investigando el tema del rito del incensario de la Iglesia Ortodoxa contemplado en la catedral he encontrado lo siguiente: El incensamiento de los objetos sagrados como son los iconos o el propio templo se destina a Dios, consagrándole el honor y la alabanza debidos. Cuando el incensario se dirige a las personas, es confirmación de que el Espíritu Santo desciende sobre todos los fieles como portadores de la Imagen Divina. En respuesta al incensamiento la tradición indica el inclinar la cabeza.

- Pudimos observar mucha mendicidad tanto este día como el siguiente. También se apreciaban zonas más degradadas que otras. Por el contrario no sentimos sensación de inseguridad transitando por las calles, fueran más o menos céntricas.[/align]Yo llevaba ciertas reservas en este punto pero la verdad es que se dio bien la cosa, afortunadamente.

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