
Día 11 (17-08-24): Gyeongju: templo Bulguksa, Seokguram Grotto, Museo Nacional de Gyeongju y mercado Seongdong
Segundo día en Gyeongju y nuestro objetivo era principalmente visitar dos lugares de las afueras: el templo Bulguksa y la cueva Seokguram (que está muy cerca). Luego según el tiempo que nos sobrase, ya visitaríamos alguna cosa más en Gyeongju de todo lo que llevaba anotado.
Todavía no he hablado de nuestro alojamiento en Gyeongju: el Dorandoran Guesthouse. Es una casita de diseño tradicional muy bien ubicada (cerca de los parques de túmulos y del campo de girasoles) y con una parada de bus prácticamente en la puerta. Los propietarios eran muy amables, y la habitación pequeña pero acogedora y con buen aire acondicionado. Había también botellitas de agua en una nevera común a libre disposición de los huéspedes.

Dorandoran Guesthouse
Todo bien, lo único que no está bien montado (en mi opinión) es el desayuno, que va incluido. El horario de desayuno empieza a partir de las 8, como es una hora bastante tardía y todo el mundo quiere irse temprano para evitar las horas de más calor, en cuanto se abre la veda se acumula demasiada gente en un sitio muy pequeño (si no estás al caso de ir 5 min antes te toca esperar porque no hay sitio en las mesas). No sé si existe la opción, pero a posteriori hubiera reservado todas las habitaciones en este viaje sin desayuno porque no vale la pena, es mejor comprarse algo en un combini y salir antes.
Cerramos paréntesis y volvemos a nuestro segundo día en Gyeongju: después de un desayuno que parecía los juegos del hambre, nos dirigimos a la parada de autobús que teníamos más cerca y al cabo de poco llegó el bus número 11 dirección Bulguksa Temple. Nos subimos y en 20-30 minutos te deja en la entrada del templo.
Cómo llegar al templo Bulguksa desde Gyeongju: se pueden tomar los autobuses 10, 11 o 12 que salen desde la Intercity Bus Terminal con paradas varias por todo Gyeongju. Se puede utilizar la T-money para pagar.

El templo Bulguksa o templo del mundo de Buda es una joya de la arquitectura Silla y está declarado como Patrimonio Mundial por la Unesco, pese a que una gran parte fue destruido por los japoneses en 1593 y en la actualidad es una reconstrucción.


Situado entre montañas en un entorno idílico a unos 16 km de Gyeongju, al igual que pasa con el templo Haeinsa, gran parte de su encanto reside en su bucólica localización rodeada de naturaleza.

La sala principal se llama Daeungjeon y data de 1765, ya que la origina fue destruida en un incendio a finales del siglo XVI. Estaba todo muy bonito decorado con flores y farolillos, y había bastante gente.


Este templo me gustó mucho, tanto los distintos edificios y la decoración, como que tiene detalles muy interesantes.


Una visita que se suele combinar con el templo Bulguksa es la Seokguram Grotto, también llamada templo de la Gruta de Piedra. Se puede llegar hasta allí tomando el bus 12 en la parada de Bulguksa (aunque solo pasa uno cada hora), pero también hay un sendero de unos 2.2 km por la montaña que conecta los dos puntos. Nosotros, como no, nos decidimos por ir andando pese al calor y que era todo subida (a la vuelta sería bajada).
Alternando tramos de subida más suave, con otros de escaleras, se tardan unos 50 minutos en subir los 2.2 km teniendo en cuenta que estábamos a 35 grados con sensación térmica de 40. Pensaréis que habiendo la opción de ir en bus somos unos masoquistas de cojones


Y luego ya se llega a la entrada a Seokguram, que es gratis (está abierto de 6:30 a 18:00h en verano). Éste lugar budista escondido entre montañas también está inscrito en la lista de la Unesco.


La gruta es conocida por albergar una estatua de Buda rodeada por más de treinta figuras de guardianes y deidades menores, aunque está prohibido hacerles fotos. Éste es el pequeño edificio que alberga la gruta y el Buda, se entra por una puerta y se pasa en fila ante las imágenes:


Una vez visto, nos sentamos a tomar unos helados (como ya he dicho varias veces en Corea venden comida en los sitios más insospechados) antes de emprender la vuelta a Bulguksa. Esta vez los 2.2 km eran bajando y se hacían rápido, además por suerte había sombra y comparado con la subida a mí me parecía ir flotando (por el contraste o igual el helado llevaba algo raro, no revisé los ingredientes con el Lens


Ya en la parada de autobús de Bulguksa nos tocó esperar 20 minutos hasta que pasó el bus número 10 en dirección a Gyeongju, éramos un grupo bastante numeroso de guiris y locales intentando refugiarnos en la escasa sombra de la marquesina y algún árbol junto a la carretera, la verdad es que no creo que hubiésemos sobrevivido mucho más rato.
Tardamos una media hora en bus hasta la parada del Museo Nacional de Gyeongju, uno de los lugares que yo tenía apuntados para pasar un par de horas a cubierto si las previsibles lluvias monzónicas hacían acto de presencia y nos fastidiaban alguno de los dos días. No había ni rastro de lluvia, pero igualmente decidimos entrar para huir del implacable sol que nos achicharraba como a pollos asados y disfrutar un poco del aire acondicionado, el mejor invento del mundo mundial.
Estuvimos un buen rato en el museo, está bastante bien y se nota que es uno de los museos de historia más importantes de Corea, donde se aprecia la relevancia de Gyeongju en la antigüedad. Únicamente trata sobre la época de la dinastía Silla, pero contiene muchos de los objetos que se encontraron en las tumbas de los túmulos de Gyeongju.


Había muchísima gente, eso sí, familias con sus hijos, grupos… Es un sitio que los locales van a visitar (además la entrada es gratis). El complejo está formado por varios edificios con distintas exhibiciones, y hay hasta un 7Eleven, esto es otro nivel.
Tras recuperar la temperatura corporal en el Museo, decidimos ir a ver el mercado Seondong, otro de los sitios que llevaba anotados. ¿Os he dicho ya que quizá somos masoquistas? Pues bien, decidimos ir andando desde allí pese a que las nubes escaseaban y el sol no daba tregua. Yo siempre digo que los sitios se conocen caminándolos y quería ver si había alguna cosa interesante por el camino, pero la verdad es que fue un error, no había nada que valiese la pena y hubiese sido una sabia decisión pillar el bus. Lo único bonito está cerca del Museo, los jardines de flores de loto que hay junto al estanque Anapji:

A partir de ahí recomiendo tomar el autobús hasta el centro de Gyeongju, porque lo que hay son 40 minutos de calles a la solana que se recorren sin pena ni gloria.
Seongdong es un mercado local donde se venden cosas variadas: pescado, accesorios, cosas de casa… También hay un callejón con puestos de comida y dulces. No sé si fue por la hora o qué, pero no había casi gente, no me pareció nada destacable comparado con otros mercados que habíamos visto. Si no os pilla de paso, posiblemente no vale la pena ir hasta allí si vais justos de tiempo.


Tras recorrer el páramo hasta llegar al mercado, habíamos aprendido la lección y esta vez al finalizar la visita tomamos un bus hacia la zona de Hwangnidan-gil, donde habíamos comido el día anterior. Es un sitio muy turístico, pero está lleno de tiendecillas y cafeterías donde se ven cosas curiosas (y que, como siempre, da pena comerse):

Dimos una vuelta y aunque era bastante temprano decidimos cenar, que al final al mediodía solo habíamos picoteado y no comimos decente. Encontramos un sitio donde hacían barbacoa pero también otros platos, así que puede pedir el “pajeon” esta vez con cebolleta y calamares. La verdad es que estaba delicioso, un plato que me encantó. Y las raciones eran enormes.

Cuando terminamos volvimos al alojamiento paseando, parando en un combini que nos pillaba de camino a comprar desayuno para el día siguiente (nos iríamos temprano y no queríamos esperar). Había sido un día agotador pero muy bien aprovechado, al día siguiente nos íbamos ya hacia Busán, la otra gran ciudad de Corea del Sur.
