Hoy nos espera un día grande!! A primera hora hacemos el check in-check out todo a la vez. La señora de la casa es muy amable. Y como nos vamos tan pronto que aún no tiene el desayuno listo, nos deja que entremos a la casa donde se sirve el desayuno, y nos cogemos algo de fruta, unos yogures y unos muffins, además de un café para llevar, y desayunamos por el camino.
Al cabo de 1 hora y 20 min. Por un camino muy bonito y muy verde, estamos en el helipuerto de Papillon a la entrada del Gran Cañón. Es la primera vez que vamos a montar en helicóptero, y además para sobrevolar ni más ni menos que el Gran Cañón del Colorado, así que estamos un poco nerviosos. Esta es una de las experiencias, que aunque caras, no queríamos perdernos. Como todo es cuestión de presupuesto, a nuestro pesar sólo hemos podido reservar el tour corto, el de 30 min por el borde norte del Cañón. A la llegada tienes que dejar absolutamente todo en el coche, porque lo único que te dejan llevar es la cámara de fotos y la de video. Tienes que presentar tu reserva. Te pesan para organizar las plazas. Te ponen un video de seguridad, y tienes que esperar tu turno. Antes de subir al helicóptero te ponen un salvavidas y luego te colocan según tu peso dentro del helicóptero. A mí me tocó detrás en la ventana. Nuestro piloto era una chica…
La experiencia en helicóptero fue espectacular. No da nada de sensación, infinitamente menos que en avión. Las vistas del Gran Cañón desde arriba son alucinantes (aunque a mí me gustó luego más ir andando por el borde), te da una idea de lo grande que es y de cómo ha llegado a formarse a lo largo de miles o millones de años, que ya perdí la cuenta. Y son imágines que ya se quedan aparcadas en la mente, y aún 2 meses después las tengo recientes en mi retina. Simplemente no hallo muchas palabras para describirlo.



Cuando terminamos la excursión pusimos rumbo a la entrada del Parque Nacional. En las garitas de entrada donde están los Rangers compramos por fin nuestro Pase Anual que nos dará entrada a todos los Parques Nacionales que vamos a visitar. En nuestro caso nos hubiera dado igual irlos pagando por separado que junto, pero así te olvidas del tema y cada vez que entras a un parque simplemente enseñas la tarjeta y ya está. Cada parque suele costar 20$, y al Pase Anual cuesta 80$, ya depende de cuántos vayáis a visitar que os interese o no comprar el anual.
Aparcamos el coche y fuimos al centro de visitantes donde tienen unos paneles explicativos y te puedes hacer una idea de cómo es el Cañón y de lo que vas a ver. Después fuimos a la zona donde está el camping porque allí tienen un supermercado y necesitábamos comprar hielo para la nevera y para hacernos unos bocadillos, porque hoy de nuevo comíamos en ruta. Cuando uno tienen el tiempo limitado y quiere ver el máximo de cosas posibles, si te paras en un restaurante a comer has perdido mínimo una hora y media, y nosotros no estábamos por la labor…
De vuelta al Centro de Visitantes nos dirigimos a comenzar el Rim Trail, un trail de unos 3 km por el borde sur del Cañón. Comenzamos a las 12.00 h. y en una hora y media lo hicimos del tirón, parando a hacer algunas fotos, claro… Es completamente alucinante. Estar ahí arriba y ver la inmensidad del cañón. No os lo puedo describir, así que os pongo unas cuantas fotos que tampoco le hacen justicia, pero algo es algo…



Este trail os lleva hasta la zona del Bright Angel Lodge, y por el camino podéis ver rocas que han extraído de los distintos estratos del cañón desde las más recientes hasta las que tienen millones de años, la verdad es que es increíble, ya que lleva ahí 2 billones de años, viendo pasar el tiempo y transformándose con él. Cuando llegamos a la altura del Bright Angel Lodge estaban haciendo un espectáculo de malabares de los indios y estuvimos viéndolo. Después desde ahí podéis coger un bus gratuito que os devuelve de nuevo al Centro de Visitantes. Esto nos terminó de matar, porque el autobús tardó otra hora en regresar al Centro de Visitantes por todas las paradas que va haciendo por el camino. Con lo que finalmente salimos para Monument Valley a las 15.00h y no nos pudimos ni parar a comernos el bocata, lo tuvimos que hacer dentro del coche. Aunque íbamos alucinados, comentando todo el rato nuestro paseo por el Gran Cañón, y no nos importó mucho no poder parar a comer. La verdad es que no me podía creer, ni me sigo sin creer, que haya estado allí, desde el aire y en tierra, en EL GRAN CAÑÓN DEL COLORADO!!!!!
Hasta Monument Valley teníamos unas 3 horas de camino, y además, aunque está en Arizona, como Kayenta, que es donde dormíamos ese día, es territorio navajo y tienen una hora más. Esto de los cambios horarios es una cosa que tenéis que tener en cuenta si os vais a mover por la zona de los parques nacionales. De Gran Cañón a Monument Valley es una hora más. De Monument Valley a Antelope Canyon es una hora menos. De Antelope Canyon a Bryce Canyon es una hora más. En Zion Park igual que en Bryce Canyon. Y en Las Vegas es una hora menos. Espero no haberme confundido en nada.
Pues bien, con todo eso, y contando con que anochecía a las 20.00h más o menos, íbamos realmente mal de tiempo. Finalmente llegamos a las 19.40h, hora local. En la entrada nos dijeron que anochecía a las 20.30h, así que teníamos una hora escasa para ver el Parque. Monument Valley, al estar regentado por los indios navajos, no es Parque Nacional, y hay que pagarlo a parte. Cuesta 8$ cada entrada, y luego lo podéis recorrer por vuestra cuenta en el coche, o ir en uno de los todoterreno de los indios con un guía que os va dando explicaciones, y se supone que te llevan por sitios fuera del itinerario normal. Ya depende de lo que vosotros queráis. Nosotros en un principio no lo hicimos, pensábamos recorrerlo en nuestro coche. Entramos al Centro de visitantes a preguntar cuáles eran los puntos del recorrido que no nos debíamos perder, y esto fue un gran error, porque tienen una tienda maravillosa y enorme llena de recuerdos súper monos de los indios, hechos a mano, se supone, de la cual conseguí salir con algunas compras una media hora después. ¿Que pasó? que ya no nos daba tiempo ni por asomo a recorrer todo el parque, pero como nos habían dicho que la vista más bonita era la que divisaba desde allí mismo, (en la terraza del Centro de Visitantes), y anochecía a las 20.20h, y ya no quedaba nada, decidimos coger un buen sitio y quedarnos allí.




E-S-P-E-C-T-A-C-U-L-A-R!!!!!!!!! Como una postal, un paisaje maravilloso. El Gran Cañón fue fascinante, pero esta imagen, allí, en la terraza, que te hace sentirte tan pequeñito ante la madre naturaleza, no se cómo explicarlo, pero para mí fue una experiencia inolvidable. Tengo la imagen grabada en la retina. Y eso que no pudimos ver la puesta de sol en condiciones por culpa de una nube, pero aun así mereció mucho la pena. Vimos un espectáculo de danzas rituales indígenas allí mismo y sobre las 21.00h. dejamos Monument Valley y nos fuimos a Kayenta a nuestro hotel a descansar.
La zona india es curiosa, por destartalada y aislada. Ponen sus puestos de artesanía en los márgenes de la carretera. Llevan camionetas que se caen a cachos y corren mucho. Vimos algunas cosas un poco alucinantes, la verdad, jajaja, pero muy graciosas… Nuestro hotel era el Haptom Inn. Caro, pero no había mucha opción. Y nos llevamos un pedazo de sorpresa, porque era un motel de super lujo. Cenamos en la habitación las cosas que nos habíamos comprado por la mañana en el supermercado del Gran Cañón, y a las 23.40h cerramos los ojos. No me acuerdo de más, estábamos exhaustos, pero con la sensación de haber tenido un día maravilloso.