Nos despertamos, nos preparamos y subimos a la terraza a desayunar. Qué bien sientan los desayunos en las terrazas…
A las 9:00 nos vino el Tuktuk a recoger. Pero no vino el señor con el que negociamos el día anterior, sino otro enviado por él. Ya pensábamos que tendríamos que volver a negociar el precio. Al final no fue así, menos mal…
Habíamos hablado con A que iríamos al fuerte de Amber y nos juntaríamos allí. Pero el conductor de tuktuk nos había preparado otra ruta. D intentó enviar whatsapps pero no se conectaba ninguno de los dos móviles al wifi del hotel, así que intentaríamos ponernos en contacto con el a lo largo del día.
La primera parada fue el Palacio de los vientos. Solo lo vimos desde el exterior porque habíamos leído que el interior no merecía la pena. Se encuentra en mitad de la ciudad.

De ahí fuimos al templo de los monos. Para mí fue la peor experiencia de mi vida. Nada más bajarnos del tuktuk y cuando abrimos la mochila para cambiar el objetivo de la cámara nos saltó un mono del tejado. Que susto me llevé madre mía. Eso no presagiaba nada bueno.
Nos dejó en la parte opuesta del templo de los monos (así se ahorraba toda la vuelta que suponía el ir hasta la parte principal) por lo que tuvimos que subir andando bastante. Por el camino se veían bastantes monos.


Al llegar arriba del todo había una pequeña ermita desde el cual se divisaban unas vistas estupendas. En un murete había una especie de ventanas, nos asomamos y cuando estábamos admirando las vistas y sacando fotos uno de los monos saltó desde una de las ventanas a mi tripa. Que susto me llevé!!! Fue la peor sensación de mi vida. De ahí en adelante no pude disfrutar nada del templo.

Seguimos el camino y bajamos hasta la zona del templo, y era bastante bonito, pero yo lo pasé muy mal con los monos. Además vimos una mujer mayor con un chico más joven intentando darles cacahuetes y un mono le escupió
El sitio en sí es muy bonito, enclavado en la montaña y con varias piscinas, en alguna de las cuales había gente local bañándose.



Cuando decidimos que era suficiente empezamos el camino de vuelta. Seguían apareciendo monos por todos los lados, qué mal lo pasé… Además el calor era asfixiante, qué sudores! Por fin llegamos al lugar donde nos había dejado el tuktuk.

Camino al fuerte de Amber paramos a ver un palacio que estaba en la mitad de un lago, simplemente para sacar unas fotos, tampoco era para mucho más.

Para cuando llegamos a Amber ya no estaban los típicos elefantes que suben a los turistas al fuerte, suponemos que sería por el calor (tampoco teníamos intención de montarnos).
El fuerte está bien, pero en nuestra opinión comparando con el de Jodhpur se queda un poco atrás, además en el de Jodhpur la entrada incluye audio guía, aquí hay que pagar 250 rps. Estuvimos un rato viéndolo y aprovechamos la sombra en uno de los patios para comer nuestros típicos
sandwiches caseros.


Al hacer la ruta en distinto orden que la mayoría de los turistas no pudimos coincidir con A y sus amigos, así que pensamos mendigar un teléfono móvil al primero que nos pidiera una foto para poder ponernos en contacto con ellos (ellos sí que tenían teléfono indio), pero casi nadie hablaba inglés. A la salida del fuerte un chico mejor vestido vino a sacarse un selfie y con él sí nos entendimos para que le llamase a A. Al principio no nos cogió, pero después llamó el. Quedamos a la tarde junto al observatorio astronómico.
Tras la visita, el tuktukero nos ofreció ir a la ciudad de los elefantes, nos decía que podíamos andar en elefante y demás pero nos sonó a turistada total y además mi cupo de animales por día estaba más que cubierto, por lo que declinamos la oferta.
Nos dio una vuelta por la parte vieja de la ciudad y cómo no, nos llevó a la tienda de turno, a pesar de que le habíamos dicho que no queríamos que nos llevase. Estuvimos 5 min en la tienda por hacer aprecio y salimos. Creemos que le sentó mal porque después no dijo ni Pamplona, nos dejó donde le habíamos pedido, le pagamos las 600 rps pactadas por la excursión y nos despedimos.
Cuando llegamos al observatorio volvimos a mendigar otro teléfono para contactar con A, y como estaban comiendo quedamos allí mismo cuando terminaran. Mientras les esperábamos me hice un tatuaje de henna, que al principio me pedía 400 rps, pero se quedaron en 200. Comimos un par de helados y llegaron.
Una sensación muy rara eso de encontrarte con gente conocida a miles de kilómetros de casa… Nos tomamos unas cervezas con ellos poniéndonos al día de cómo habían ido nuestros viajes hasta ese momento y después cada uno a su hotel. Bueno, nosotros primero nos pasamos por la estación a buscar un taxi para hacer al día siguiente el recorrido entre Jaipur y Agra. Nos pedían unas 5000 rps, más de lo que teníamos pensado. Como A había hablado con su conductor para ver si podía contactar con algún conocido suyo, decidimos que nos daba más confianza el ir con alguien con referencias. Al llegar al hotel hablamos con A y quedamos en que al día siguiente a las 7:30 vendría su conductor con el que sería nuestro chófer en la ruta hasta Agra. Ellos se quedaban un día más en Jaipur, así que nos volveríamos a encontrar ya en Agra.
Cenamos en la terraza del hotel, dos tortillas de queso con una cerveza, muy bueno todo. Y enseguida a dormir que el día siguiente iba a ser largo.