Después de comer nos dirigimos al hotel City Samarkand para dejar las maletas e instalarnos. La habitación es enorme pero como siempre necesitamos ayuda para subir y bajar el equipaje porque no hay ascensor.
El hotel se sitúa al final del bonito Bulevard universitario, muy cerca de una calle llena de restaurantes.
Antes de la salida nocturna en grupo para ver la iluminación nos vamos a dar un paseo.
Junto al verde Bulevard, al otro lado de la calle, nos llaman la atención unos puentes chinos blancos. Nos acercamos y vemos que hay una estatua de Confucio. Los inicios de la Ruta de la Seda se remontan al siglo II a. C. cuando el emperador Wudi, de la dinastía Han, envió a Zhang Qian — su Marco Polo — a explorar las regiones del Asia central. Le tomó 13 años regresar a China y dejó testimonio en sus escritos luego de recorrer lo que hoy es Uzbekistán, Afganistán y el Turquestán con un relato coherente de lo que había visto y llevando al imperio, entre otras cosas una nueva raza de caballos y plantas desconocidas como la uva y la alfalfa. La estatua se ubica en el llamado Jardín chino de Samarcanda.

La Iglesia Ortodoxa Rusa en Uzbekistán es la principal comunidad del cristianismo ortodoxo oriental en Uzbekistán, un país principalmente musulmán. Muchos de sus miembros son rusos (en el país representan el 20% de la población). Desde el Jardín chino vemos la Iglesia ortodoxa rusa. Destaca por su torre y por sus tejados verdes muy llamativos. Construida en 1911, la Catedral de San Alexis de Moscú en Samarcanda es la segunda iglesia ortodoxa más grande en Uzbekistán, solo superada por la catedral de Tashkent. La catedral cerró en la década de 1920, pero fue devuelta a los fieles 70 años después. En 1996, Alexis II, Patriarca de Moscú y toda Rusia, consagró la catedral.

Un poco más arriba encontramos una iglesia católica. La iglesia de San Juan Bautista es la única iglesia católica en la ciudad de Samarcanda, donde el 95% son musulmanes. Depende de la administración apostólica de Uzbekistán con sede en Tashkent. En los tiempos del Imperio ruso en el siglo xix una pequeña minoría católica en Samarcanda la formaron comerciantes y empleados de origen polaco o alemán. Pidieron permiso para construir una iglesia en el año 1905, pero les fue negado. En 1915 se añadieron una serie de prisioneros de guerra polacos (originarios de Polonia, Prusia y Austria), por lo que fue posible que la comunidad católica pudiera construir su iglesia. Ellos compraron la tierra en la actual calle Makhmud Kochgari. La iglesia de estilo neogótico, fue construida por el arquitecto Nelle - y estuvo terminada en 1916. Fue cerrado por las autoridades de la República Socialista Soviética de Uzbekistán en 1930; para instalar un escuela.

En 1995, por iniciativa del padre Ivan Rolloff la comunidad católica de la ciudad obtuvo el permiso para registrar oficialmente y recuperar el edificio en 1997. Después de los trabajos de restauración se consagró en 1999.
No me pareció un edificio excepcional aunque no lo vimos por dentro (cierra a las 19 horas). Es un tanto llamativa su torre. En el patio había unos chicos jugando a fútbol.
Seguimos subiendo (con cuidado de no meter el pie en algunos de los enormes fosos que ponen para evacuar el agua-son peligrosos, la verdad), buscando la iglesia armenia. Pasamos por delante de un local donde celebraban una boda. Y al fin dimos con ella. Una decepción. No parece en absoluto una iglesia tradicional de ese país. Es muy simple, de color crema y con tres arcos en la fachada (el central, mayor que los otros). Aunque estaba cerrada he leído que también es muy sobria en el interior.
La Iglesia Apostólica Armenia de Samarcanda fue construida con fondos de la población armenia local a principios del siglo XX. En los primeros años de la independencia de Uzbekistán, el templo fue entregado a los creyentes y restaurado gracias a los esfuerzos de la comunidad armenia (que no creo que sea muy numerosa).

Volvemos rápido sobre nuestros pasos para unirnos al grupo a la visita nocturna. Primero paramos ante el mausoleo de Amir Timur, Gur-e Amir. Iluminado por la noche se ve precioso. No lo explicaré ahora sino que lo dejo para la etapa siguiente, para relatar la visita interior.
De ahí nos fuimos a Registan. Ver a la gente junto a la carretera no nos dio muy buena espina. Por algún motivo que no alcanzábamos a comprender, no dejaban pasar ni a los miradores. Nos dejaron sobre los parterres de flores, al pie de la carretera, y junto al foso. Del sonido del espectáculo ni rastro y la luz que se proyectaba sobre los edificios solo era verde moco. Seguía pintando mal.
-Es que Putin está de visita y va a venir a rendir homenaje al primer querido y amado presidente - dijo el guía, que siempre se refería así a Karimov. Pero había cosas que no encajaban. Karimov no está enterrado en Registan y las dos grandes pantallas que proyectaban de vez en cuando imágenes de fútbol no cuadraban con la figura del mandatario ruso.
Alguien preguntó a un policía y éste le contestó que al día siguiente el recinto sería visitable. A estas alturas todos andaban despistados y no vieron cómo tímidamente el complejo empezaba a cambiar de color.