Iniciamos la ascensión para llegar al recinto. Hay numerosa cartelería que te va indicando zonas y direcciones y llegamos por fin al inicio del recorrido.
La Acrópolis de Atenas es el conjunto arqueológico más importante de Grecia. Acrópolis significa "ciudad en lo alto" y todas las ciudades griegas tenían sus acrópolis en alguna colina de la ciudad en las que colocaban sus zonas sagradas destinadas al culto y donde construían los templos más importantes. A la Acrópolis ateniense se accedía por la Vía Sacra que venía desde el Ágora y entraba en el recinto por una puerta monumental, los Propileos. Antes de entrar, a la derecha el visitante se encontraba el Templo de Atenea Niké. En el interior se ubicaban varios templos de mármol pintados de vivos colores. Una gran estatua de bronce de Atenea, realizada por el escultor Fidias, se encontraba originariamente en el centro de la terraza de la Acrópolis. A su derecha se levantaba el Partenón o Templo de Atenea Partenos (la Virgen) mientras que a la izquierda estaba el Erecteion, con su conocida tribuna sostenida por 6 cariátides.
La Acrópolis estaba rodeada por una muralla construida por Temistocles y en la ladera sur de la Acrópolis había un teatro al aire libre llamado Teatro de Dioniso así como un Odeón, el templo de Esculapio y una Stoa. Tras su apogeo en la era de Pericles comenzó su decadencia. En el siglo VI, el Partenón se convirtió en iglesia cristiana. Luego los otomanos hicieron del Partenón una mezquita. Cuando los venecianos les atacaron, los Propileos y el Partenón eran usados como polvorín y fueron parcialmente destruidos por impactos de artillería. A principios del siglo XIX el embajador inglés Lord Elgin trasladó un gran número de esculturas del Partenón a Inglaterra y tras largas negociaciones las adquirió el gobierno inglés para el Museo Británico de Londres. Posteriormente comenzó la excavación del recinto así como su restauración que aún hoy continua. La Acrópolis de Atenas fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987.
Cuando se accede por la entrada principal, tras una pequeña cuesta sin mayor complicación, lo primero que nos encontramos es el Odeón de Herodes Atico.
Con una capacidad de 5.000 espectadores, fue erigido por el cónsul romano Herodes Ático en el año 161 d.C. en honor a su difunta esposa. El escenario era de mármol blanco y tenía una longitud de 35 metros. En la antigüedad el teatro estaba techado por una plataforma de madera de cedro del Líbano. Está excavado en la ladera sur de la Acrópolis aprovechando su forma para la pendiente de las gradas. Después de la renovación efectuada a mediados del s. XX, la antigua orquesta circular ahora tiene forma semicircular y está pavimentada con mármol. Las 35 filas con un diámetro de 80 metros tienen capacidad actualmente para 4.680 espectadores. Hoy en día se considera el Odeon conservado más antiguo de la antigüedad y muchos artistas han actuado aquí, entre ellos Luciano Pavarotti o Frank Sinatra.
[align=center]ODEON DE HERODES ATTICUS DE ATENAS
La Acrópolis de Atenas es el conjunto arqueológico más importante de Grecia. Acrópolis significa "ciudad en lo alto" y todas las ciudades griegas tenían sus acrópolis en alguna colina de la ciudad en las que colocaban sus zonas sagradas destinadas al culto y donde construían los templos más importantes. A la Acrópolis ateniense se accedía por la Vía Sacra que venía desde el Ágora y entraba en el recinto por una puerta monumental, los Propileos. Antes de entrar, a la derecha el visitante se encontraba el Templo de Atenea Niké. En el interior se ubicaban varios templos de mármol pintados de vivos colores. Una gran estatua de bronce de Atenea, realizada por el escultor Fidias, se encontraba originariamente en el centro de la terraza de la Acrópolis. A su derecha se levantaba el Partenón o Templo de Atenea Partenos (la Virgen) mientras que a la izquierda estaba el Erecteion, con su conocida tribuna sostenida por 6 cariátides.
La Acrópolis estaba rodeada por una muralla construida por Temistocles y en la ladera sur de la Acrópolis había un teatro al aire libre llamado Teatro de Dioniso así como un Odeón, el templo de Esculapio y una Stoa. Tras su apogeo en la era de Pericles comenzó su decadencia. En el siglo VI, el Partenón se convirtió en iglesia cristiana. Luego los otomanos hicieron del Partenón una mezquita. Cuando los venecianos les atacaron, los Propileos y el Partenón eran usados como polvorín y fueron parcialmente destruidos por impactos de artillería. A principios del siglo XIX el embajador inglés Lord Elgin trasladó un gran número de esculturas del Partenón a Inglaterra y tras largas negociaciones las adquirió el gobierno inglés para el Museo Británico de Londres. Posteriormente comenzó la excavación del recinto así como su restauración que aún hoy continua. La Acrópolis de Atenas fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco en 1987.
Cuando se accede por la entrada principal, tras una pequeña cuesta sin mayor complicación, lo primero que nos encontramos es el Odeón de Herodes Atico.
Con una capacidad de 5.000 espectadores, fue erigido por el cónsul romano Herodes Ático en el año 161 d.C. en honor a su difunta esposa. El escenario era de mármol blanco y tenía una longitud de 35 metros. En la antigüedad el teatro estaba techado por una plataforma de madera de cedro del Líbano. Está excavado en la ladera sur de la Acrópolis aprovechando su forma para la pendiente de las gradas. Después de la renovación efectuada a mediados del s. XX, la antigua orquesta circular ahora tiene forma semicircular y está pavimentada con mármol. Las 35 filas con un diámetro de 80 metros tienen capacidad actualmente para 4.680 espectadores. Hoy en día se considera el Odeon conservado más antiguo de la antigüedad y muchos artistas han actuado aquí, entre ellos Luciano Pavarotti o Frank Sinatra.
[align=center]ODEON DE HERODES ATTICUS DE ATENAS
Cuando llegamos a lo alto del teatro vemos que se están realizando pruebas de sonido y preparación del escenario porque esta noche actúa la veterana cantante estadounidense Dionne Warwick (la archiconocida canción "I say a little prayer" es suya, por ejemplo). En ese momento el batería está interpretando un solo y los que estamos allí nos apretujamos en las vallas y asistimos al improvisado espectáculo. Una vez finalizado todos prorrumpimos en aplausos y el músico alza una baqueta y saluda. No está mal empezar la tarde con este chute de energía… Ya lo decía el filósofo de la tierra, Platón: "La música es para el alma lo que la gimnasia para el cuerpo."
A continuación llegamos a la entrada propiamente dicha a la Acrópolis, los Propileos.
Los Propíleos, construidos en mármol pentélico, comprendían un edificio central rectangular que funcionaba como vestíbulo y dos alas laterales. El edificio debía salvar una gran diferencia de altura entre la puerta oeste y la que daba a la Acrópolis. La fachada oeste se proyectó como si fuera la de un templo con 6 columnas dóricas coronadas por un frontón. Por el vano central era por donde discurría la Vía Sagrada que recorrían las procesiones de las Panateneas. La fachada interna era tambien dórica y hexástila como la de un templo. El ala norte era la pinacoteca —la Stoa Pecile— una zona de recreo que guardaba tablas de pintura realizadas por grandes artistas de la época y es considerada la primera galería de pintura del mundo. El ala sur, más pequeña, se componía de una sala, que conducía al templo de Atenea Niké.
Aunque hasta el momento no había mucha gente por la zona es llegar a los Propileos y juntarse los que subimos, los que bajan, los que están por allí haciéndose selfies, los que no hacen más que estorbar…. Vamos, que se acumula mucha gente y aquello es un procesionar más que un caminar. Desde allí se vislumbra a lo lejos la silueta del Templo de Efesto, en el Ágora griega a la izquierda de la subida y el Templo de Atenea Niké a la derecha de la misma, alzando el cuello.
No sé si muchos de los que allí estamos hollando el marmoleo suelo somos plenamente conscientes de dónde estamos. Esto es el origen de la Civilización Occidental como la conocemos hoy en día. Si en su momento aquellos aqueos no hubieran conformado su sociedad de aquella forma no sabemos a ciencia cierta cómo habría devenido la cosa en todo el Mediterráneo…. Por eso, es muy de recibo honrar como se merece lo que estamos palpando y sintiendo.
Tras cruzar el paso que conforman los Propileos llegamos a lo que es el recinto propiamente dicho apareciendo ante nuestros ojos el Partenón en todo su esplendor andamiado.
El Partenón es uno de los principales templos dóricos griegos y uno de los mejor conservados. Fue construido entre los años 447 y 432 a. C. por Pericles como agradecimiento de la ciudad a Atenea por su victoria contra los persas. Sus dimensiones son 9,5 metros de largo por 30,9 de ancho, con 8 columnas en los pórticos y 17 en los lados de 10,4 metros de altura. En el interior, obra también del escultor Fidias, había una gran estatua de Atenea Partenos de 12 metros de altura en oro y marfil frente a un estanque que reflejaba su imagen. La decoración escultórica es una combinación extraordinaria de las metopas (esculpidas en altorrelieve extendiéndose por los cuatro lados externos del templo), los tímpanos (rellenando los espacios triangulares de cada frontón) y un friso (esculpido en bajorrelieve abarcando el perímetro exterior). Muchas de las esculturas están en el Museo de la Acrópolis y los frontones en el Museo Británico de Londres.
Hasta que uno no está allí no se hace la idea de las dimensiones de este monumento. Es majestuoso, impactante y pone los pelos de punta. Rodeamos el perímetro del templo y vamos sorteando a los visitantes que hay en gran número aunque menos de lo que yo pensaba por lo que se puede caminar sin agobios, pararse a echar fotos y disfrutar del entorno. Por allí anda una pareja de turistas orientales y ella está posando frente al Partenón dando saltitos y poniendo caritas. En uno de ellos resbala y se “esmorra” a cámara lenta contra el suelo aunque sin daños aparentes. ¡La venganza de Atenea milenaria contra la tontería contemporánea!
En el siguiente punto de interés, según se pasan los Propileos, a la izquierda, queda el Erecteion.
El Erecteión es un templo jónico construido entre 421 y 406 a.C. y está consagrado a Atenea Polias, que significa «protectora de la ciudad». Está ubicado sobre una pendiente de manera que los lados norte y oeste están situados cerca de 3 metros más bajos que los lados sur y este. En el lado sur se encuentra el famoso pórtico de las Cariátides, que tenía seis columnas formadas por estatuas de mujeres jóvenes drapeadas, de 2,30 metros de altura, que soportaban el entablamento. Las que se encuentran actualmente son réplicas: 5 de las originales se hallan en el Museo de la Acrópolis y la otra en el Museo Británico de Londres. Estas mujeres eran ciudadanas de la ciudad de Cariátide en el Peloponeso que había colaborado con el los invasores persas. Tras la victoria helena los atenienses vendieron a sus mujeres como esclavas y las estatuas se esculpieron como ejemplo que recordara la suerte de los que colaboraban con el enemigo, condenadas durante toda la eternidad a aguantar el peso del templo. Junto al templo hay un olivo, símbolo de Atenea y regalo de la Diosa a los atenienses.
Contemplamos la tribuna de las Cariátides con un arrobo destacable, identificamos el olivo y paseamos por las ruinas y excavaciones de esta parte. Nuestros pasos nos llevan al fondo del recinto donde se encuentra la bandera griega y donde va todo el mundo a echarse la típica foto con el Partenón. Esta zona sí está petada de gente y hay turno para posar pero la cosa va rápida. Continuamos la visita y decidimos comenzar el descenso para llegar a la entrada sur de la Acrópolis.
En este punto nos desubicamos un tanto porque no sé el porqué pensaba que la bajada estaba por la zona de la bandera y allí, obviamente, no había descenso alguno. Consultando mapas vemos entonces que la bajada está por la zona del Odeón de Herodes Ático por lo que desandamos camino, echamos últimos vistazos a los colosales monumentos allí visitados para empaparnos por última vez de la Historia allí presente y procedemos a tomar el camino en dirección al Teatro de Dionisio.
El teatro formaba parte de otro santuario dedicado al dios del vino y en sus ritos se incluían representaciones teatrales a las que el público inicialmente asistía sentado en la ladera de la colina. Luego se construyeron gradas de madera y finalmente en la segunda mitad del siglo VI a. C. se construyó un teatro permanente de piedra. Tenía 78 filas de gradas y capacidad para 15.000-17.000 espectadores constituyendo el mayor de la Grecia antigua. Todas las grandes obras teatrales de Esquilo, Eurípides y Sófocles así como las comedias de Aristófanes y Menandro se representaron aquí por primera vez.
La verdad es que este monumento está un tanto deteriorado y no muestra en toda su magnificencia lo que representa. Pese a ello tiene su aquel y nos estamos un rato admirando sus hechuras y fijándonos en detalles.
La tarde toca a su fin y ya apetece descansar después de esta ajetreada jornada. Lo que resta de día se expondrá en la siguiente etapa.[/align]